Capítulo Final: Aideé...

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¿Qué? ¿La niña tenía que morir? Pero... Era mi primer encuentro cercano con la hermanita que siempre quise tener ¡No podía dejarla morir así!

Me dijo que no era por él, si no causas ajenas a nuestra voluntad. Si la cura funcionaba, la niña moriría ya que los priones morirían y como ya son parte de su organismo, alteraría todo, caería en coma y moriría.

Y si no, la niña se convertiría en zombi, porque la "cura" solo mataría sus linfocitos y eso le provocaría la muerte, dejando el prión libre por su organismo y así se convertiría. Si funciona prepararía muchas y muchas de ellas para mandarla a sus contactos en otros lugares escondidos y salvar lo que queda de la humanidad.

Tenía ganas de llorar, un nudo en la garganta. A pesar del poco tiempo que estuve con ella me encariñé un poco...

No dije una sola palabra y volteé diciendo que hagan lo que tengan que hacer. Entramos al laboratorio con los demás y dije que estaba listo todo, el Dr. Dio la orden y empezaron a preparar todo, acostaron a la niña, la anestesiaron y ella empezó a dormir. Yo por otro lado, viendo como preparaban su equipo para extraer su sangre, mientras recargaba mi amada Casull con mis últimas balas que me quedaban.

Mil cosas pasaban por mi cabeza, ¿Este será el fin de ella? ¿Nos salvaremos todos? ¿Seguiré vivo? Y si es así, estaré solo de nuevo, ella no merece morir, es muy pequeña como para morir, sé que es la salvación y todo pero, no estoy dispuesto a vivir sin ella, he perdido a muchas personas en el transcurso de este infierno, no pienso perder a alguien más, no esta vez.

En eso tomé el cuchillo y maté al tipo que me acompañaba encajándoselo en la garganta, los demás voltearon asustados del ruido, y le disparé a cada uno un balazo en la cabeza, en medio de las cejas, dejando solo al Dr.

-Estúpido, ¡¿Qué haces, acabas de matar a mi equipo?! Tardaré siglos en hacer la cura, ¡¿A caso quieres ser la causa de que lo que resta la humanidad se quede sin esperanza?! Me gritó.

-No soy tan frío como pensaba. Perdí a todas las personas que me seguían en este camino, intenté salvarlos y terminé perdiéndolos, me sentí mal por ello, me encariñé de una niñita que estoy dispuesto a proteger en este maldito infierno que todos llaman mundo, no quiero que muera, no quiero perder a nadie más. ¡Ya no más!

Le dije al Dr. Mientras una lágrima en los ojos brotó de mí.

Tomé el cuchillo y se lo clavé en el tórax dejándolo sin poder reaccionar y muerió de hemorragia.

Levanté a la niña anestesiada, salí por la puerta de atrás, entre tantos golpes y rasguños de zombis alcancé a llegar a un carro casi apto para manejar, la acosté dertás, y manejé brutalmente sin fin. Al cabo de unas horas, con mucho trabajo y esfuerzo estaba llegando a las fronteras de la ciudad, estaba un poco desértico, me estacioné para ver el estado de la niña, al hacer esto ella empezó a despertar.

-Hola pequeña, ¿cómo amaneciste? Por cierto, ¿cuál es tu nombre?

Me vio, y me preguntó con esos ojitos tiernos, modorros y esa voz tan sutil de ángel.

-Amm...Aideé... ¿Dónde estamos? ¿Qué pasó?

- Estamos a las afueras de la ciudad sanos y salvos, oye ¿sabes que me dijo el Dr.? Le dije.

-¿Qué cosa? Me preguntó.

- ¡Me dijo el Doctorsito que ya encontró la cura para la enfermedad de esas personas feas que tanto nos persiguen! Ahora solo falta que la apliquen y esperemos y funcione, todo saldrá bien, y si no, yo estaré aquí para protegerte.

-¿Si no se curan los malos, me cuidarás? Me dijo con la voz más tierna que haya escuchado.

-¡Por supuesto princesa! Todo aquel que se atreva a querer tocarte, se las verá conmigo.

En eso la niñita me miró, sonrió y asintió con la cabeza diciendo que estaba bien, al fin y al cabo todos se salvarán.

Me sentí una completa bazofia en este momento, acababa de mentir a una pequeña e inocente niña, ¿Saben? Eso no me importo, no me importa nada, ni la humanidad, ni yo mismo, lo único que me importaba era cuidar a la pequeña Aideé a toda costa. No sé si fue lo más loco que haya hecho, o si fue una buena o mala decisión, lo sabremos con el tiempo, ya saben lo que dijo Maquiavelo: "El fin justifica los medios" Y yo, hice todos los medios posibles por cumplir mi fin, sobrevivir, y ahora tengo otra meta, cuidarla.

Perdónenme madre, padre, abuela, mi primer amor Yahira, Melanie, Nicholas, los sujetos del auto, les fallé a todos, gracias a mi están muertos, Aideé, te mentí como el mísero insípido que soy, perdónenme. Les fallé.

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora