Pase un día en la cabaña que era de mis padres y hablando de ellos, ya los había enterrado con dignidad. Luego Salí a tomar aire fresco, por precaución había llevado la escopeta y el hacha conmigo. Pegue una vuelta a la zona, en algunos momentos sentía como si no hubiera oxigeno y en otros un olor horrible pero nunca preste mucha atención a los riesgos, solo me tapaba la nariz que después me daría cuenta de que me ayudo a sobrevivir.
Al llegar a la cabaña empecé a vomitar y a sentirme muy raro, no tenía idea de que me había pasado. Minutos después de decaerme vi por una ventana que una clase de niebla empezó a cubrir gran parte del bosque que se encontraba allí. Mire unos minutos por la ventana y vi que las hojas se marchitaban y los troncos se volvían débiles hasta caerse, cada rato me preguntaba qué era lo que pasaba y solo tenía una respuesta con sentido: Que la infección ya se esparcía por el aire.
Tenía que salir de la cabaña antes de que la niebla la cubriera por completo porque o sino no tendría escapatoria y se me explotarían las venas, mi piel y mis nervios se quemarían, etc. Lo deduje porque a los árboles les pasaba lo mismo con sus hojas, ramas y el tronco.
Al salir corriendo de la cabaña escuchaba otros pasos cerca de mí, no podían ser otras cosas además de zombis y para colmo no se veía nada, para ese momento la niebla ya había cubierto todo el antiguo bosque y no veía nada solo corría y corría para cualquier lugar tapándome la nariz y las heridas con un saco viejo. Me estaban empezando a arder los ojos así que los cerré y luego también me tape los oídos, sabía que inhalar la niebla o que ésta entre en mis heridas me infectaría.
Luego de minutos corriendo la niebla ya empezaba a aclararse y se escuchaban Maullidos de lobos por doquier. Recuerdo que empecé a entristecer como un bebé al que le quitaron su juguete y no pude evitar abrir mis ojos.
-¡Dios, si es que escuchas o existes...por favor máteme, máteme de una vez por todas!
Ya estaba cansado, en este infierno que en cierta forma llaman tierra y lo único que quería era dejar este mundo de crueldad y carnicería, pero Dios no lo permitía. Sentía que Dios estaba probando mi valentía y quería ver que tan lejos podría llegar.
-¡¡Mierda!! Grité. ¡Lobos de porquería, cómanme, vamos!
Estaban en frente mío, una docena y media de lobos infectados que obviamente querían hacerme trozos de carne, agradecí a Dios por eso pero cuando pensé que sería mi fin los malditos lobos simplemente pegaron la vuelta y se metieron en la niebla. Recuerdo que luego de eso empecé a gritar muchas groserías y empecé a respirar, me quite el saco atado a mis heridas y quite las manos de mis oídos. Quería morirme pero en cada oportunidad de muerte algo salía mal pero ya estaba cansado de eso. Agarre una navaja que anteriormente era de mi padre e intente cortarme el cuello pero al levantarla, la navaja se me resbalo de las manos y por la niebla no la pude encontrar. De repente escuche una voz de hombre rudo gritando:
-¡Mierda, mierda, mierda!
Me pare y trate de seguir los sonidos que poco a poco escuchaba.
-¿Quién es usted? Pregunte mirando al sujeto que parecía salir de una película de ficción por todos esos músculos que tenia.
-¡¿Pero qué?! Me respondió mirándome fijamente a la cabeza y apuntándome con un rifle.
-Tranquilo, no pienso hacerle daño. Fue lo que le respondí, de verdad quede como un tonto al decirle eso.
-Aunque quisieras no podrías, eres una pluma. Me respondió y luego siguió con una gran risa.
El me ofreció ir con él y eso hice, me sentía seguro frente a alguien como él, pero también un tonto.
Después de un tiempo con él me di cuenta de que fui un total imbécil al querer ir con ese estúpido pedazo de músculos. El desgraciado me llevo a una granja donde había 2 hombres y 3 mujeres más, todavía vivos y bien armados, y como si fuera poco tenía que dormir en un pedazo de madera. Por suerte la infección que se esparcía por el aire no había llegado hasta allí...
Al día siguiente 27 de marzo 2013 desperté temprano y fui al baño que por cierto era un agujero en la tierra tan solo, oriné pero logre observar desde "el baño" algunos muertos que lograron encontrar la maldita granja y venían en busca de carne fresca. Rápidamente levanté a los demás y salieron caminando como si nada.
-¡Mierda! Vamos, háganlos pedazos. Dijo el maldito "jefe" del grupo.
Los demás hicieron caso y los fusilaron a los zombis. Ya no había ningún otro zombi en la granja, pero un zombi de los cuales el grupo fusilo era la anciana de raza negra que vi en la estación de servicio.
Al ver a la anciana empecé a pensar en ciertas cosas. Luego entre a una vieja choza donde estaba "mi cama" y me dormí. Casi morí por estar dormido, casi.
ESTÁS LEYENDO
Memorias De Un Sobreviviente.
HororLa historia se trata de un joven común y corriente, que al llegar un día tras venir de un congreso fuera de la ciudad se encuentra con una situación extraña, lo cual lo deja muy confundido. Al Descubrir lo que sucede queda muy alterado, asustado y a...