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Jimin y yo volteamos de inmediato para ver qué ocurría. Pude observar dos siluetas masculinas tras el auto. Una de ellas estaba de espaldas, siendo apoyada violentamente contra el vidrio, mientras la otra la tomaba por el cuello, sujetando su camisa con fuerza.

—Rápido, tonto. No tengo todo el día. ¿Dime dónde rayos consigo a tu hermana? —amenazó uno de los chicos.

—No... no lo sé. Digo, ella sale a otra hora de casa. Aún no ha llegado —respondió el otro, completamente asustado.

—Apenas la veas, dile que su viejo amigo, Jun Seo, quiere hablar con ella.

Jun Seo se alejó abruptamente del chico, quien ahora reconocí como Jake, y se dirigió a la entrada de la escuela. El pobre chico intentó acomodar su camisa y empezó a caminar, pasando a nuestro lado. Cuando estuvo cerca de la ventana del conductor, se percató de nuestra presencia y nos observó fijamente por unos segundos. Jimin y yo lo miramos de vuelta. Segundos después, Jake siguió de largo, desapareciendo a través de las puertas y dejándonos a ambos con una sensación de desconcierto.

—¿Qué fue eso? —pregunté al fin.

—Nada, Young Mi. Es mejor que no sepas nada al respecto. —Jimin hizo una pausa—. Tengo que irme. Nos vemos por ahí. —Y así, salió del auto sin decir adiós y me dejó sola allí. Me quedé en shock por unos minutos, pero luego me di cuenta de que había dejado sus llaves dentro, por lo que pude salir del auto y bloquearlo sin problema. Le devolveré sus llaves en cuanto lo vea, pensé.

En ese momento, justo cuando estaba empezando a caminar, una preocupada Mandy apareció en mi campo de visión. La vi salir de su auto apresuradamente y marcar un número en su celular. Esta empezó a caminar, pero se detuvo frente al auto de Jimin para iniciar su conversación. Aproveché el momento para ocultarme y escuchar parte de lo que decía.

¿Qué quieres, Seo? —dijo Mandy en un tono seco.

¿No te dije que no quería saber más nada del asunto? Entiende que Nam Joon ya no está aquí. Jamás volverá, y eso es algo que tienes que aceptar. Jake y yo no tenemos más nada que ver con ustedes. Todo eso quedó en el adiós.

Mandy seguía diciendo cosas sin sentido; hablando de un tal Nam Joon y de su relación con esos otros chicos. De repente, esta dejó de hablar.

¿Qué? ¡Hey, Jun Seo! No te atrevas a decirles nada a mis padres. Sabes que eso pasó hace mucho tiempo, y no quie... —Se detuvo de inmediato. Alcé la mirada para encontrar a una temblorosa Mandy en el medio del estacionamiento.

He hecho todo lo que me has pedido en los últimos años, Seo. He sido la chica perfecta que se supone debía ser, soy parte del equipo de animadoras, me metí con Jimin durante aquella fiesta y le saqué toda la información que pude al respecto. Ya no sé qué más hacer. Jake se ha mantenido al margen de todo, trabajando en el club de física sin llamar la atención. Yo... —Hubo un breve silencio—. Entendido. —Y colgó.

Antes de que pudiera procesar todo lo que había escuchado, vi que alguien se acercó a Mandy, tomándola de la cintura y depositando un sonoro beso en sus labios. Cuando traté de detallar la figura del chico a su lado, mis ojos se abrieron de par en par ante la sorpresa.

¿Qué hace él aquí? ¿Por qué está besando a Mandy si él está con...?

—Gracias por eso, Tae. No sabes lo bien que me hacen tus besos en este momento —le dijo Mandy.

—Nena, sabes que mi meta es hacerte sentir bien; cuando sea y como sea —le respondió Tae Hyung con una gran sonrisa en su rostro. Ella le devolvió la sonrisa y volvieron a besarse.

Mi estómago se encontraba revuelto. ¿Qué rayos estaba pasando aquí? Había escuchado demasiado en muy poco tiempo y mi cabeza empezaba a doler. Mandy y Tae Hyung salieron del estacionamiento tomados de la mano, mientras se dirigían a la puerta de entrada. Antes de entrar, ambos compartieron otro beso y se separaron.

Mi mente daba vueltas, y mi corazón latía a mil por hora. Estaba en un completo estado de shock. De inmediato, tomé un cuaderno de mi bolso y empecé a anotar todo lo que había presenciado esa mañana. No quería olvidar nada. No podía hacerlo. Tenía muchas dudas, muchas preguntas, y mucha intriga. Mi cabeza palpitaba por la rabia y el desconcierto.

Había mucho que tenía que averiguar, pero sabía claramente que había algo que debía arreglar cuanto antes.

Esa mirada © ➳ Park Jimin || Esa mirada #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora