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—Necesito que me escuches atentamente y que prometas no salir corriendo después de que te diga esto.

—No me asustes más, por favor. ¡Solo habla!

Jimin me tenía sentada en mi cama, mientras él se paseaba nerviosamente por mi habitación. Había recogido todo el contenido del sobre y separado las fotos y las cartas, colocándolas a mi lado para que ambos fuéramos estudiándolas.

—De acuerdo. —Jimin tomó un gran respiro y se sentó a mi lado—. Primero que nada, quiero mostrarte esto. —Poco a poco, Jimin fue pasándome foto tras foto, permitiéndome observar cada una detalladamente y respondiendo todas y cada una de mis preguntas al respecto. La mayoría de ellas eran fotos de un Jimin entre sus trece y dieciséis años, siendo arrastrado por una pandilla clandestina llamada Bangtan. Los miembros originales, aparte de Jimin, eran Mandy, Jun Seo, un chico llamado Nam Joon y su hermana menor, mejor conocida como Star. En las fotos se podía ver a los chicos en una especie de bodega abandonada consumiendo drogas y alcohol, así como también portando algunas armas con ellos.

—Solo dime algo —le pregunté, después de ver la última foto. Jimin me miró expectante—. ¿Tú... has... —Tragué pesadamente y bajé la mirada, con miedo de enfrentarlo—. ¿Has matado a alguien, Jimin?

—No, Young Mi. Yo no —me respondió con firmeza—. Pero sí lo hicieron Nam Joon y Jun Seo. Ellos eran los líderes de la pandilla y... Tenían malos contactos. Eso es todo.

—Jimin, no me gusta que seas así conmigo. Si me vas a dar este tipo de respuestas, entonces prefiero llamar de vuelta a Jun Seo y...

—No te atrevas a mencionar a ese tipo en mi presencia —me advirtió Jimin con un tono amenazante. Lo miré fijamente y asentí despacio. Jimin soltó un largo suspiro y se recostó en mi cama, intentando recuperar las fuerzas para seguir hablando.

Pensé que continuaría hablando de inmediato, pero no lo hizo. Jimin tomó una de mis manos y me atrajo hasta su regazo, haciendo que los dos estuviéramos apoyados contra la cabecera de mi cama. Lentamente, fue rodeándome con sus brazos y me hizo girar para enfrentarlo. Ambos estábamos sentados, cara a cara, listos para continuar con nuestra conversación.

Jimin cerró los ojos y volvió a suspirar. Por instinto, acerqué mi mano a su rostro y acaricié su mejilla suavemente con mi pulgar.

—De acuerdo, Young Mi. Vamos a empezar desde el principio.

—No espero otra cosa, Jimin.

—Tras la muerte de mis padres, me sentía realmente perdido. Casi no comía, y mi vida parecía estar de cabeza. Había empezado a faltar a clases para pasar mis tardes en un parque cerca de mi casa. Todo parecía marchar bien, hasta que un día encontré a una chica sentada en una banca fumando un cigarrillo. —Jimin hizo una pausa y continuó—. Se hacía llamar Star. Tenía quince años y era la chica más hermosa que había visto en mi vida. —Miré a Jimin con recelo, intentando hacerlo reír, pero este solo hizo una mueca rara ante mi expresión—. ¡Ya no pienso eso, Young Mi! No creas que...

—Tonto —le dije, riendo suavemente—. Solo quería distraerte un poco. Estás muy tenso.

—Lo siento —respondió y sujetó mis manos entre las suyas con fuerza.

—Ese día, Star se acercó a mí y se presentó como lo mejor que pudo haberme pasado en la vida. En ese momento, lo creí. Era un pequeño tonto de trece años que estaba totalmente perdido, y ella era mayor; tenía seguridad y parecía gustarle... O algo así. Al cabo de unos meses, ella empezó a ayudarme con mi problema de afecto. Teníamos algunos encuentros y, pues... —Jimin titubeó— En ocasiones nos grabábamos también. Era totalmente loco, pero me hacía sentir bien. Con ella, todos mis problemas parecían desaparecer y me sentía el rey del mundo. —Jimin no dejaba de mirar nuestras manos mientras hablaba—. Todo comenzó con sexo, pero luego empezaron a aparecer los cigarrillos, el alcohol y las drogas. Star consumía un poco de todo gracias a su hermano, Nam Joon. Él tenía dieciséis y era conocido por traficar drogas. A medida que mi relación con Star fue haciéndose más profunda, Nam Joon y yo empezamos a pasar más tiempo juntos. Curiosamente, él y Mandy se habían revolcado en algunas ocasiones, por lo que no fue una sorpresa que todos termináramos en Bangtan.

Esa mirada © ➳ Park Jimin || Esa mirada #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora