Una semana había pasado, y la Víspera de Navidad estaba a la vuelta de la esquina. De manera misteriosa, Ha Na se había comunicado con mi madre para organizar una cena familiar. Dijo que esta sería la ocasión perfecta para formar lazos inseparables y unirnos más. No sé si hablaba de nuestras familias o de Jimin y yo; de todas formas, me pareció un gesto muy tierno. No solíamos cenar en casa en estas ocasiones, sino salir a alguna plaza y pasar el rato, pero este cambio de planes fue agradable.
Finalmente, decidimos preparar la gran cena en casa de Jimin. Había pasado la noche anterior allí, después de haber hecho más compras con Ha Na de las que seré capaz de hacer en los próximos diez años. Habíamos estado preparando todo para el momento en que mamá y TJ llegaran y empezaran a ayudarnos con la cena. Ji Yeon y Jimin nos ayudaban picando algunas verduras, y Ha Na y yo nos encargábamos de organizar las carnes y demás. Todo estaba marchando a la perfección.
A media mañana, Ha Na preparó un pequeño aperitivo para todos.
—Estoy muerta —dijo Ji Yeon, fingiendo un cansancio extremo.
—Nada de eso, jovencita. Apenas son las diez de la mañana y aún te queda mucho por hacer el día de hoy. —Ji Yeon resopló e hizo una breve rabieta.
De repente, Jimin me dedicó una breve mirada y me indicó que lo siguiera. Con cuidado de no llamar mucho la atención, me retiré de la cocina y lo seguí hasta su habitación. Una vez dentro, encontré a Jimin removiendo varios de sus cajones en busca de algo.
—¿Qué buscas?
—¡Aquí está! —dijo Jimin después de unos segundos—. Cierra los ojos —me indicó. Hice lo que me había pedido y lo sentí tomar mi mano entre las suyas. Repentinamente, algo pequeño y delicado se deslizó por uno de mis dedos, haciéndome estremecer. ¿Qué es esto?
Cuando abrí los ojos, me encontré con un hermoso anillo de plata con una gema turquesa incrustada en su interior. Era extremadamente hermoso y costoso. No sabía cómo reaccionar.
—Yo... Jimin, tú... No tenías que...
—Quería hacerlo —me interrumpió Jimin. Estaba sentado en el borde de su cama, mientras me veía con una gran sonrisa en su rostro. Le devolví la sonrisa y corrí a abrazarlo.
—¡Muchas gracias! En serio, yo... —No tenía palabras. Jimin me indicó que me quitara el anillo y me hizo leer una pequeña inscripción que traía dentro.
—"Un segundo es suficiente para decirte lo mucho que te quiero, señorita Potasio". —Las lágrimas se apoderaron de mis ojos y volví a abrazarlo con fuerza. Me arrodillé en su cama, intentando sujetarlo aún más cerca. Tomé su cabello suavemente y empecé a acariciarlo, mientras depositaba pequeños besos en su cuello y mejilla. Lentamente, fui apartándome de él.
—Gracias. En serio, no tenías que darme esto. —Jimin limpió algunas de mis lágrimas y me dio un casto beso en los labios.
—Ya te lo dije, Young Mi. Quería hacerlo.
Poco a poco, me fui levantando de la cama y tomé mi bolso. Saqué un pequeño paquete y se lo tendí. Jimin me miró emocionado.
—Young Mi... —me dijo después de abrir mi regalo.
—Sé que no es algo comprado ni costoso. Yo... Lo siento. Solo no sabía... —Jimin puso sus dedos en mis labios y se acercó a mí, mirándome profundamente.
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Esa mirada © ➳ Park Jimin || Esa mirada #1
FanficTras su encuentro furtivo en el armario de mantenimiento aquella tarde, ninguno de los dos había podido dejar de pensar en el otro. Después de ese beso fugaz frente a los casilleros, ambos se habían quedado en silencio, observándose fijamente. Des...