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Poco a poco, Jimin y yo nos fuimos acercando a nuestra mesa, tratando de no interrumpir el momento entre Jung Kook y Sun Hee. Esto era realmente extraño. Nunca imaginé que Jung Kook pudiera haber estado observando a Sun Hee durante las prácticas de fútbol; es decir, si no lo hubiera hecho, entonces ¿cómo podía describirla tan bien? Jeon Jung Kook, eres más interesante de lo que imaginé.

Jung Kook tenía su mirada fija en la mesa. Mientras tanto, Sun Hee seguía observándolo; procesando lentamente lo que el chico le había dicho minutos atrás. Jimin y yo tomamos asiento, y Sun Hee nos enfrentó.

—Ya están aquí.

—Sí —le respondió Jimin con una sonrisa, mientras le pasaba un jugo de manzana y un panqué de vainilla.

—Gracias, Jimin. No tenías que... —dijo Sun Hee, algo sonrojada—. De hecho, ¿puedo preguntar algo? —Jimin asintió—. ¿Por qué están ustedes aquí? Digo... Siempre se sientan con el resto del equipo de fútbol. —Ante este comentario, Jung Kook y Jimin se miraron.

—En realidad, queríamos saber cómo estabas. Vimos a Young Mi sola y decidimos acercarnos a preguntar —respondió Jung Kook suavemente. Sun Hee lo miró una vez más.

—Yo... Gracias —murmuró con un leve sonrojo en sus mejillas—. No creí que fuera algo importante para uste... —Sun Hee se detuvo abruptamente—. Un momento; Jimin no estaba en nuestro salón cuando eso pasó. ¿Cómo es que...

—Yo le dije. —La interrumpió Jung Kook.

—Yo... Lo siento. Es solo que nunca antes pensé que Jimin estaría interesado en... Solo ignórenme; no sé lo que digo —respondió Sun Hee, mientras tomaba un trozo de panqué y lo llevaba a su boca. Algunas lágrimas aún corrían por sus mejillas, pero se notaba que estaba un poco más calmada. Sabía que lo mejor era cambiar el tema. Sun Hee solía superar sus problemas poco a poco, por lo que era mejor dejarla tranquila y distraerla.

—En realidad... —dijo Jimin de repente—. También me acerqué aquí para saludar a Young Mi. —Todos en la mesa —incluyéndome— lo miraron sorprendidos. Jimin me sonrió de lado.

—¿Young Mi? ¿Cómo es que tratas a Young Mi? ¿Acaso han hablado antes? —preguntó una curiosa Sun Hee. Jimin inhaló lentamente, y Jung Kook me dirigió una breve mirada.

—Desde hace algunos meses, he tenido problemas con química. —Empezó—. La profesora Smith me dijo que Young Mi era una de sus mejores estudiantes y que podría ayudarme a estudiar. Un día, decidí pedirle ayuda, pero... las cosas no resultaron muy bien —dijo, mirándome fijamente en esta ocasión. Mis mejillas empezaban a tornarse rojas—. Fue tan difícil lograr que aceptara que tuve que pedirle ayuda a Jung Kook. —Señaló a su amigo. En ese momento, el castaño pareció recordar todo el incidente del armario de mantenimiento. Sus ojos se ampliaron y me observó fijamente.

—¿E... eras tú la chica a la que Jimin... —me preguntó sorprendido. Asentí.

—Pensé que lo sabías.

—No. Es decir... Sí. Cerré con llave la puerta del armario, pero eso fue todo. No vi cuando saliste ni nada. Yo... Esto es extraño —respondió Jung Kook, pasando suavemente una mano por su cabello.

—El hecho es que... —continuó Jimin—. Después de mucho esfuerzo, logré que Young Mi aceptara ser mi tutora de química por este año; así mejoraría mis calificaciones y no correría el riesgo de ser expulsado del equipo de fútbol.

Esa mirada © ➳ Park Jimin || Esa mirada #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora