Ethan.
Se siente tan bien tenerlo entre mis brazos.
Su mirada tan trasparente y pura me observa con mucha curiosidad y gran atención. Clavo mi vista en esas perlas cafés frente a mí, adentrándome por completo en las innumerables preguntas que sé se forman dentro de su cabeza. Inadvertidamente sonrió al ver lo mucho que Lucas ha cambiado en los últimos nueve años que ha estado lejos de mí. Su piel que antes era tan pálida como la muerte, ahora tiene un ligero tono bronceado que enmarca a la perfección las líneas finas de su rostro. Sus cabellos castaños ahora tienen más brillo e intensidad, mismos que se pegan a su rostro por las gotas de lluvia que escurren por su piel. Su sonrisa ha mejorado bastante, una línea perfecta de dientes blancos y pulcros. Sus ojos ahora destellan con más seguridad y fortaleza, algo que antes no ocurría muy a menudo. Mis manos descansan sobre su cintura, ya no es el niño de diecisiete años que conocí en el pueblo, ese pequeño flacucho y débil, ahora puedo sentir a través de la tela de la camisa los pequeños pero marcados músculos por todo su cuerpo.
—Así está mejor —susurro acercándome a su oído—, entre mis brazos.
Entierro mi nariz entre sus cabellos, inhalando su dulce aroma.
Mi corazón late apresuradamente al sentir el calor que emana de su cuerpo, esa calidez que nunca antes había sentido con tal intensidad y pasión, y que solo con Lucas podré conocer, con nadie más. Cierro mis ojos y disfruto de la sensación de tenerlo tan cerca de mí, su pequeño y perfecto cuerpo entre la seguridad de mis brazos. Esas noches en las que me acurrucaba en su cama, aferrándome a su almohada, ahora parecen tan poco en comparación con lo que siento ahora al estar junto a él.
—Ethan... —recarga su cabeza sobre mi pecho— ¿Qué... que haces aquí?
—Vine a recuperarte cariño —respondo ciñéndolo más a mi cuerpo.
—No...
—Eres mío Lucas —respondo dejando salir sin querer mi lado más salvaje—, estoy aquí para recuperar lo que me pertenece.
—¿Lo que te pertenece? —pregunta con cierto tono en su voz.
Lucas comienza a luchar entre mis brazos. Con un fuerte empuje se zafa de mi agarre cayendo de lleno contra el suelo de concreto. Su mirada fría sobre la mía. De inmediato intento tomarlo de nuevo en brazos pero antes de que siquiera pueda tocarlo, él golpea con fuerza mis dos manos apartándolas a un lado. Su mirada que antes me veía con curiosidad, ahora está cargada de furia. Mi corazón se rompe en mil pedazos al ver pequeños destellos de ira y odio en esos preciosos ojos cafés. Respiro profundamente. Esto era algo que esperaba que sucediera, pero no significa que me vaya a rendir antes de tiempo. Mi prioridad ahora es recuperar a Lucas y mantenerlo a salvo de todas las personas que quieran lastimarlo y alejarlo de mí.
—Déjame ayudarte cariño...
—¿Cariño? Haber Ethan respóndeme esto porque la verdad no logro entenderlo del todo —con lentitud veo como se aferra a un bote de basura y se levanta del piso— ¿desde cuándo yo te pertenezco?
—Lucas... —digo caminando hasta él, odio la distancia entre nosotros.
—¡No Ethan, detente! —Grita poniéndome una mano en el pecho— ¿Qué demonios haces aquí? ¿Qué es lo que quieres?
—Ya te lo dije cariño —respondo mirándolo a los ojos— vine a recuperarte.
—¿A recuperarme? —Sonríe— ¿A recuperar que exactamente?
—A ti, a nosotros.
Me duele verlo de esta manera, tan herido, tan furioso, pero no hay mucho que pueda hacer ahora por solucionarlo. Yo soy la causa de tanto dolor en su vida, tanto sufrimiento. No me queda más que aceptar y comprender por todo lo que está pasando, no debe ser fácil volver a ver a la persona que más te ha lastimado en la vida.
ESTÁS LEYENDO
Lobo enamorado.
WerewolfHace nueve años Ethan Cormack tomó la peor decisión de su vida: rechazar a su auténtica pareja. Siendo el hijo del Alfa de la manada, se esperaba que encontrara a una hermosa mujer con la que dirigir la manada cuando su padre renunciara al cargo. Pe...