Capítulo 18: Sabiduría.

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Ethan. 

Cierro los ojos.

Me recuesto sobre el sillón de su departamento.

Fue una completa pesadilla la que pasé anoche. Todo iba tan bien, la velada perfecta hasta que de pronto todo se fue a la mierda por mi estupidez. Una media sonrisa aparece en mi rostro al recordar los detalles antes de la discusión. La plática sin sentido, la forma en la que Lucas se acurrucó contra mi cuerpo, sintiéndose seguro entre mis brazos, el único lugar en el que él puede estar seguro que nada malo le pasará. Aún escucho su voz pastosa por las cervezas y las rebanadas de pizza, su cálido aliento junto a mi oreja. Recuerdo la manera en la que comenzó a desinhibirse, atreviéndose a calentar mi cuerpo con sus caricias. La noche estaba resultando ser una de las mejores en mi vida, hasta que encontró su diario y todo se fue al carajo

¿Cómo pude ser tan estúpido y descuidado? Si tan solo Lucas no hubiera estado tan ebrio y no fuera tan testarudo, estoy seguro que me habría permitido darle una explicación sobre porque tengo yo su diario. Nada de esto estuviera pasando si él no hubiera decidido sacar en ese momento todo su carácter terco y obstinado. En parte la mayoría de la culpa recae en mí. No debí haberle mentido de esa manera, si tan solo hubiera sido un poco más honesto con él.

Suspiro.

Puedo escuchar leves ronquidos en la otra habitación.

Entiendo que por el calor de la noche y todo el alcohol que corría por su sistema, Lucas haya malinterpretado la situación con el diario. Me acusó de jugar con él para lastimarlo de nuevo. Yo nunca podría hacer semejante cosa. Quiero poder explicarle que ese pequeño diario se convirtió en lo único que me quedaba de él, un lazo entre los dos. Era como mi salvavidas, algo que me ayudó a superar muchos de los momentos más difíciles de mi vida. Siempre que sentía como la tristeza se apoderaba de mí, siempre que necesitaba sentirlo un poco más cerca y profundizar más en sus pensamientos, conociendo mejor esa vida que para todos era desconocida, recurría a ese diario con muchas esperanzas. Pero al mismo tiempo, me daba miedo encontrar entre sus ojos, algo que me hiciera odiarme profundamente.

Aprendí muchas cosas en esas páginas. Descubrí a un Lucas dulce, tímido y alegre. Alguien que disfrutaba de las pequeñas cosas que la vida nos regala y que la mayoría del tiempo pasan desapercibidas. Encontré a un ser humano herido por las manos frías del destino pero que al final sabía cómo encontrar la luz en los lugares más oscuros. Entre esas hojas conocí el cielo y al mismo tiempo las puertas que me llevaron de la mano a las profundidades del infierno. Conocí su dolor, su desesperación y mucho del sufrimiento que guardaba solo para sí.

A través de ese diario pude verme con los ojos de Lucas, una imagen que aún hoy en día sigo sin poder sacar de mi cabeza. Fui testigo de un Ethan egocéntrico, detestable y perverso. Alguien que disfrutaba con humillar y lastimar a las personas a quienes no consideraba como dignas de estar en su presencia. Con el paso de las noches, terminé por odiar al Ethan descrito en esas páginas. Después de varios meses de insomnio por la desesperación de no tenerlo a mi lado, me juré que haría hasta lo imposible por cambiar. Quería demostrarle, si algún día tuviera la oportunidad de hacerlo, de que ese Ethan que él conoció años atrás, había desaparecido por completo.

Ese pequeño libro hizo que me enamorara más de él.

Estoy agotado. Mis piernas duelen por canto caminar. Pasé gran parte de la noche buscándolo por toda la maldita ciudad. No podía permitir que Lucas vagara por los callejones en su estado y más cuando su vida está en grave peligro por una fuerza que aún no logro ubicar. En una ciudad como esta no se sabe lo que puede estar esperándote al doblar la esquina. Por fortuna cuento con un excelente olfato y un buen oído, si no la búsqueda hubiera sido realmente titánica. No debí haber permitido que bebiera de la manera en la que lo hizo. Pero al verlo así, tan sonriente, tan contento y relajado, disfrutando de mi compañía, no pude más que gozar de la noche. ¡Que imbécil fui!

Lobo enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora