Capítulo 21: Ethan.

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Ethan. 

Estoy en el puto paraíso en estos momentos.

La cabeza de Lucas descansa sobre mi pecho. Tiene los labios entreabiertos dejando salir un suave e imperceptible ronquido. Su cabello alborotado cae sobre sus mejillas, cubriendo parcialmente uno de sus ojos. Un delicado rubor aparece en sus pómulos. Duerme tranquilamente entre mis brazos. ¡Mierda! Qué bien se siente decir eso en voz alta. Lucas descansa por fin entre mis brazos, ese lugar del que nunca debió haber salido. Sonrío como estúpido al sentir el calor de su cuerpo, su mano sobre mi piel desnuda, sus piernas entrelazadas con las mías. Por fin puedo decir con certeza que soy un lobo completo, un Alfa feliz. Desde el momento en el que lo perdí por imbécil nueve años atrás, nunca esperé tener la oportunidad de estar de nuevo en su vida, de poder hacerlo feliz. A partir de ahora dedicaré mi tiempo entero en hacerlo el hombre más dichoso de la tierra. Pienso convertirlo oficialmente en la Luna de mi manada y presumir con orgullo que Lucas es mi otra mitad. La parte faltante de mi corazón.

Me estremezco al sentir como su cálido aliento eriza la piel de mi abdomen. Su boca a centímetros de mis pezones que comienzan a ponerse duros. Cierro mis ojos trayendo a mi memoria las imágenes de la noche pasada. De nuestra primera vez como pareja, entregándonos a una pasión que comenzaba a consumirnos, a quemarnos por dentro. Aún puedo escuchar los gemidos de Lucas, sus manos rasgar la piel de mi espalda, la forma en la que sus labios se moldearon perfectamente con los míos. Puedo sentir aún el calor de su cuerpo, que anhelante, tembloroso y jadeante, esperaba pacientemente por mí. Permitiéndome descubrir lo que se siente hacer el amor con la persona adecuada, con mi otra mitad. Como pude ser tan estúpido como para perderme esta felicidad.

—Prometo recompensártelo cariño —susurro a su oído, besando su cabello.

Lucas se retuerce entre mis brazos, volviendo a acomodarse sobre mi pecho. Sin querer despertarlo, entierro mi mano izquierda en esos rizos color chocolate, jugando con los mechones de su cabello. Rozo con las puntas de mis dedos la piel de sus labios hinchados y rojos. Acaricio su mandíbula, bajando por su cuello hasta llegar a su abdomen plano, donde tomo uno de sus pezones rozados y lo aprieto suavemente. Lucas gime, respirando profundamente. Entierra su cabeza entre mi cuello, moviendo su mano por mi pecho y jugando con el vello en mi abdomen. Cierro los ojos y me dejo llevar por la sensación de tenerlo desnudo junto a mí y solo para mí. Porque nunca existió otra opción, la desnudez de Lucas solo me pertenece a mí y a nadie más. ¡Joder! Lo deseo tanto. Tengo la necesidad de volver a enterrarme profundamente en su culo, embestirlo hasta que Lucas desesperado y deseoso por una liberación, me pida permiso para correrse. Mi polla comienza a despertar, levantando un poco la sabana que nos cubre a los dos. Mi cuerpo arde por su cercanía, por sus roces, sus caricias y sus besos.

Meto mi mano derecha por entre las mantas, dibujando con las yemas de mis dedos el contorno de su cadera pegada que reposa junto a mi cuerpo. Bajo hasta llegar a su miembro. Lo tomo entre mis dedos, rozando la cabeza con forma de hongo, erecta y húmeda. Mi orgullo de lobo Alfa se dispara al cielo al saber que soy yo, nadie más, quien pone a Lucas de esta forma. Tan duro y caliente. Aprieto sus nalgas, golpeándolas suavemente, deleitándome con la piel tersa y fina de su culo. Lucas se mueve tranquilamente, acariciando con su mano mi pecho y besando mis pezones duros y fríos. Su mano baja de pronto, hasta tomar mi polla caliente y palpitante. Cierro los ojos, dejándome arrastrar por las sensaciones de su piel tocar mi miembro, moviéndolo de arriba abajo mientras sus labios dejan un recorrido de besos por todo mi cuerpo.

—Hola Ethan... —dice con una voz dulce.

No puedo contener más mi deseo por él. Lo arrempujo con fuerza, colocándolo debajo de mí. Arrojo las cobijas y sabanas a un lado, cayendo sobre el frío suelo de cerámica junto con la ropa de anoche. Sujeto sus manos sobre su cabeza, besando con fuerza esos labios rojos que sonríen para mí. Lucas enreda sus piernas alrededor de mi cintura, rozando su erección con la mía. Una corriente eléctrica atraviesa mi espalda hasta llegar a mis bolas. Estoy a punto de correrme. Muerdo sus pezones, retorciéndolos con mis dientes. Lucas gime desesperado, su cuerpo pintándose de un intenso rubor. Su cuerpo meciéndose junto al mío.

Lobo enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora