Ethan.
No puedo evitar dejar de mirarlo.
Estos últimos días con Lucas han sido de los mejores en toda mi vida. Hemos pasado grandes momentos juntos. Siendo capaces de conocernos mucho mejor. En tan solo un par de horas fui capaz de descubrir tantas cosas sobre él, pequeños detalles que parecen insignificantes pero que en conjunto forman el carácter y la personalidad de Lucas. Me hace sentir orgulloso el hecho de que se haya atrevido a compartir todo eso conmigo. Puedo decir ahora que soy el lobo más feliz del mundo. Parecemos adolescentes estúpidos, que acaban de descubrir el amor. Hemos platicado hasta caer rendidos por el cansancio, reído hasta faltarnos el aliento, jugado como niños pequeños.
Pero sobre todo puedo decir que ahora sé perfectamente lo que significa ser capaz de unirte con tu otra mitad. Gozamos de las caricias del amor, de tantas formas inimaginables, que aún sigo sin poder creer que Lucas es por fin mío y de nadie más. No hay un solo rincón en todo su departamento en el que no hayamos experimentado con las sensaciones de nuestros cuerpos desnudos, uniéndose hasta alcanzar el clímax de un orgasmo intenso y duro. Después de haber vivido tantos años en el infierno, por fin puedo decir lo que el paraíso es.
Lo observo mientras duerme. Su cabeza descansa sobre mi hombro derecho, su mano cerca de mi corazón. Su cabello castaño y alborotado, cae sobre la frente cubriendo parte de sus ojos. Paso mis dedos por sus mechones rebeldes, acomodándolos detrás de sus orejas. No puedo evitar rozar con la punta de mis dedos su piel blanca y tersa. Acaricio sus labios entre abiertos, deleitándome con la sensación de su carne sensible. El recuerdo de mis besos desesperados, anhelantes y tiernos, aparece de nuevo en mi memoria.
Joder. Lucas es una de las mejores cosas en mi vida.
Me deslizo por la cama con cuidado. No quiero despertarlo y arruinar su sueño tranquilo. Esta mañana desperté con la suma intención de complacer a mi compañero. Después de la noche tan intensa entre los dos, es momento de demostrarle a Lucas que también puedo ser alguien dulce y romántico para con él. Acomodo su cabeza sobre la almohada, besando su frente con ternura. Sonrío al ver como se retuerce sobre las sabanas, enseñando parcialmente la piel de su culo expuesto.
Camino hasta el baño, lavándome la cara con un poco de agua caliente.
Me observo en el espejo y no logro reconocerme del todo. Tan acostumbrado estoy a ver la sombra del dolor en mi rostro, que ahora que ha desaparecido me parece algo extraño en mí. Estoy más feliz que nunca, un poco más relajado. Mis ojos parecen brillar con una curiosa intensidad. Sonrío más de la cuenta. No cabe la menor duda que Lucas era lo que tanto necesitaba para sentirme bien conmigo mismo. Este es un Ethan nuevo, un Ethan que me agrada conocer.
Camino hasta la cocina de su departamento, completamente desnudo. Veo los remanentes de la noche pasada. Mi ropa desparramada por todo el piso de la sala. Los restos de chocolate y fruta sobre la mesa de cristal. La corbata azul en uno de los sillones. Me sonrió en aprobación y orgullo. Aún puedo sentir el calor de su piel, escuchar los gemidos de placer que Lucas daba mientras lo embestía con dureza sobre el suelo. Me juro que cumpliré cada una de sus fantasías. Desperdicié nueve años a su lado. Voy a recuperar todo ese tiempo a como dé lugar.
Enciendo el televisor con el control remoto. Me gusta escuchar las noticias al despertarme por las mañanas. Tomo del refrigerador un par de huevos, una cebolla, tomate, cilantro y un poco de leche fresca. Pongo un poco de café en la cafetera metálica al lado del horno de microondas. Enciendo la estufa y dejo que se vaya calentando un poco el sartén antes de echar todos los ingredientes. Quiero sorprender a Lucas con un buen desayuno en la cama.
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Lobo enamorado.
Loup-garouHace nueve años Ethan Cormack tomó la peor decisión de su vida: rechazar a su auténtica pareja. Siendo el hijo del Alfa de la manada, se esperaba que encontrara a una hermosa mujer con la que dirigir la manada cuando su padre renunciara al cargo. Pe...