Lucas.
Hoy es su gran noche.
Vanessa corre de un lado para el otro, desechando vestido tras vestido. Está muy nerviosa y alterada, no es para menos. Después de varios años de miradas discretas entre ella y Drew, besos apasionados en las habitaciones de intendencia del hospital, caricias accidentales y pláticas largas en noches de primavera, finalmente los dos serán prometidos. Es la noche de su compromiso ante la sociedad, familiares y amigos. Qué extraña me resulta esa palabra: "Compromiso". Una palabra y diez letras que definen por completo la relación entre dos seres humanos. Dos personas que por voluntad propia se "comprometen" para que en un futuro cercano puedan contraer matrimonio. Sonrío de alegría al verla tan contenta, tan ilusionada y tan feliz. Es su noche, una velada única y especial.
Camino por la habitación esquivando los vestidos en el suelo.
La noche es profunda. Las nubes de la tormenta se aglomeran en el cielo nocturno. El reflejo de mi cuerpo entero aparece distorsionado sobre la superficie del vidrio de la ventana. Por un par de minutos me observo en silencio. Analizo la línea de mi rostro, el color de mí cabello, el rubor en mis mejillas. Me parece tan lejano el Lucas de hace nueve años. Aun lado quedó ese Lucas tímido, miedoso y solitario. Ahora soy otra persona, alguien un poco más fuerte y valiente. Respiro. Visto un pantalón oscuro, una camisa azul oscura, un saco blanco y un moño negro. Tengo el cabello peinado a un lado. Me sonrío, mas mi sonrisa no me parece sincera ni natural.
Las palabras de María siguen revoloteando dentro de mi cabeza. Estoy tan confundido. En esencia la pregunta que me hizo ayer en la tarde es fácil de responder. Quiero dejar el pasado atrás y permitir que el futuro me sorprenda. Pero no sé, siento como si una mano negra y pesada me detuviera por los tobillos. No consigo dar con la respuesta correcta, aun por mucho que me esfuerce. Quiero ser feliz, no hay nada que deseé más que encontrar mi felicidad, pero esa felicidad parece esquivarme cada vez que estoy a punto de atraparla.
Ojala pudiera tener la capacidad de olvidar todos los problemas de mi pasado. Quisiera empezar desde cero y ver qué es lo que me tiene preparado el destino, las maravillas del futuro. Pero entonces al cerrar los ojos, es inevitable que las mismas preguntas de siempre aparezcan frente a mí. ¿De verdad en ese futuro está Ethan a mi lado? ¿Y si se cansa él de mí? ¿Qué pasaría si después de años Ethan decide que yo no soy lo suficiente para él? No sé si pueda volver a confiar. Tengo el corazón tan lastimado, que no puedo confiar tan fácilmente.
Suspiro. El miedo amenaza por aparecer de nuevo en mi vida.
Acaricio la superficie del cristal de la ventana, dibujando el reflejo de mi rostro con mi dedo pulgar. Afuera las gotas de lluvia comienzan a condensarse y caer sobre la vida caótica de la gran ciudad. La frescura del vidrio y la brisa que entra por la ventana erizan los vellos de mi cuerpo. Miro el paisaje frente a mí. La luz artificial del cableado eléctrico desaparece detrás de la cortina de lluvia que cae copiosamente. Distraído, bajo la mirada hasta la copa de champagne que tengo en la mano. Escucho a Vanessa hablar a mi espalda pero no presto atención a lo que me está diciendo. Doy un sorbo a la bebida. El líquido dorado y burbujeante baja por mi garganta, dejándome con un ligero picor en la boca. Agito la copa. El champagne se mueve en pequeños círculos.
—Lucas ¿Cómo me veo?
La lluvia es cada vez más densa. Cierro la ventana de golpe.
—Lucas... ¿me estás escuchando?
Vanessa pone una mano sobre mis hombros.
—¿Lucas?
Giro al escuchar su voz.
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Lobo enamorado.
WerewolfHace nueve años Ethan Cormack tomó la peor decisión de su vida: rechazar a su auténtica pareja. Siendo el hijo del Alfa de la manada, se esperaba que encontrara a una hermosa mujer con la que dirigir la manada cuando su padre renunciara al cargo. Pe...