Lucas.
Estoy tan cansado.
Anoche fue una de las más largas y complicadas que he tenido en mucho tiempo desde que comencé a trabajar en el hospital ya varios años atrás. Por un lado el exceso de trabajo en el área de emergencias. Recibimos durante toda la noche a varios pacientes con traumas tan severos que tuvieron que ser operados, en la mayoría de las veces, sin el consentimiento explícito de algún familiar. Al parecer las carreteras están comenzando a congelarse por las noches y esto sumado a la incapacidad de ciertas personas de manejar en estado de embriaguez, hace que los accidentes de coche se multipliquen en estas fechas. Y por el otro lado el estúpido enfrentamiento entre Adam y Ethan, que tal como una película, sigue reproduciéndose dentro de mi cabeza una y mil veces. Cuanto no daría por regresar a esa rutina sencilla que tenía antes de que Ethan regresara a mi vida.
Sigo escuchando su voz en mi cabeza, que de manera desesperada me pide a gritos decirle la verdad. Sus manos sobre mi cuerpo, sus ojos a punto de romper en llanto, mirándome como si su mundo entero estuviera a punto del colapso. La forma en la que se despide de mí, diciéndome que nunca más me volvería a molestar y que solo espera que Adam me pueda hacer feliz. En parte me siento muy mal por mentirle, no está y nunca estará en mi naturaleza el mentir del modo en el que lo hice, pero era lo único que estaba en mis manos para evitar un enfrentamiento entre los dos, para prevenir una verdadera desgracia.
—Tenemos que hablar Lucas —leo por cuarta vez el mensaje de Adam en mi celular. Hay algo en él que me sigue inquietando; la manera en la que se comportó frente a Ethan, como si no tuviera miedo de enfrentarsele. Dentro de las jerarquías que existen en la comunidad de los hombres lobos, Ethan ocupa el lugar más alto. Es por mucho un hombre lobo muy poderoso, alguien a quien no quieres tener como enemigo y mucho menos enfrentar. Se dice que no existe humano alguno que pueda enfrentarlo de la manera en la que lo hizo Adam y aun así él lo reparó sin retroceder un solo centímetro. Es casi como si Adam fuera... un lobo.
He estado sospechando de eso en los últimos días. Adam oculta muchas cosas, mi intuición me dice que es alguien en quien se puede confiar y de hecho lo he ido descubriendo con el paso de los días, pero esos secretos que esconde comienzan a ser, al menos para mí, cada vez más pesados y preocupantes. Es como si tuviera la tajante convicción de encubrir su verdadero ser. Aquí la pregunta más importante es ¿por qué lo hace? Si mis sospechas son ciertas y Adam termina siendo al final un hombre lobo, eso solo significaría que tengo que irme con más cuidado. Aún desconozco sus intenciones conmigo, podrán ser buenas o malas, pero tengo que descubrirlas cuanto antes.
El sol brilla intensamente.
Camino por el estacionamiento del hospital hasta que doy con mi viejo Ford escort 98 blanco y abollado en la puerta del conductor. Después de la noche en la que Ethan regresó a mi vida, tuve que mandar a arreglarlo para evitarme en un futuro, más problemas como el que tuve esa noche. Aun cuando ya es un automóvil viejo y que me da muchos dolores de cabeza, me temo que es lo único para lo que me alcanza en estos momentos. Entro al vehículo y enciendo el motor. Conduzco por las calles de la ciudad, pensando en lo que debería hacer ahora, sopesando la idea de ir a hablar con Adam y descubrir cuáles son sus verdaderas intenciones. De pronto mi bolsillo derecho comienza a vibrar.
Me detengo en un semáforo en rojo, antes de responder.
—Diga.
—¿Quién es el hombre más guapo e inteligente que conozco?
—No lo sé —respondo con una sonrisa—, ¿será Drew por casualidad?
—¡Maldito! ¿Lo sabes ya? —pregunta Vanessa al otro lado de la línea.
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Lobo enamorado.
WerewolfHace nueve años Ethan Cormack tomó la peor decisión de su vida: rechazar a su auténtica pareja. Siendo el hijo del Alfa de la manada, se esperaba que encontrara a una hermosa mujer con la que dirigir la manada cuando su padre renunciara al cargo. Pe...