17

1K 76 5
                                    

Pasamos aproximadamente una hora y media cantando y oyendo música. Logramos divertirnos y olvidar el tema de antes, por suerte. Luego de eso nos dio hambre así que hicimos palomitas mientras mirábamos televisión en la sala.

-Me la he pasado genial ¿Sabes? Gracias- dijo sonriendo.

-Igual yo, me encanta pasar tiempo contigo.

-Creo que es hora de que me vaya, no sé si mis padres llegarán hoy y se enfadarán mucho si llegan y yo no estoy.

-Claro... Por cierto ¿Qué pasará con esa tal Veronika? Digo, ¿Cuándo la verás?

-No lo sé, pero desearía no verla jamás. Aunque supongo que mis padres me obligarán a verla después del baile. Están muy estresados con eso, quieren que todo salga perfecto a pesar de que ya no tienen nada que hacer. Mi madre me pide que me ponga el traje cada vez que tiene tiempo, sólo para asegurarse de que todavía me quede. Yo le digo que lo voy a gastar si sigue así pero ella sólo me regaña y empieza a tomarle medidas.

-Mis padres no se preocupan por eso, aunque sí sé que han llamado a tus padres para hablar sobre el transporte. Digo, como si eso importara ¿Para qué gastar un montón de dinero en un carro si después de todo nadie lo verá porque todos estarán adentro? Aunque no quiero imaginar a mis padres si les dijera eso.

-Parece que fuera su baile. Odio que intenten controlar cada paso que doy.

-¿Ellos saben que irás al baile conmigo?

-Es gracioso porque, es lo único que no han preguntado. Aunque sospecho que es porque ya tienen planeado todo mi maldito futuro y con quién yo vaya al baile no será nadie importante y que, después de graduarme, ella quedará en el olvido y podré enamorarme de esa tal Veronika y bla, bla, bla.

-Suena el peor plan que he podido oír jamás- dije riendo un poco.

-Ni pienses que les voy a hacer caso. Para cuando vaya a cumplir 19 yo ya estaré en mi departamento propio, ya lo verás. Por fin podré hacer lo que quiera. Conseguiré un trabajo y también una novia- dijo riendo- Tendré la vida que siempre quise.

-No creo que tus padres te perdonen jamás.

-Bueno, Christine, esa es la idea- dijo riendo a lo que yo también reí.

Nos pusimos de pie y lo guié hasta la puerta, cuando llegamos los dos salimos y yo cerré tras de mí.

-¿Mañana irás al instituto?

-Eso creo, no quiero que Mary le diga a mis padres que he faltado dos días. Se enfadarían mucho.

-Sí, igual los míos.

-Entonces...- dije un tanto incómoda- Nos vemos mañana.

-¿Quieres que te pase a buscar mañana?

-Claro, gracias- le sonreí y él también lo hizo. Me quedé mirando sus ojos, los suyos también eran hermosos. Dominik lo notó y sonrió aún más. Se fue acercando y yo retrocedí un paso pero me topé con la puerta. Dominik sonrió travieso y puso una mano en la puerta y con la otra acaricio mi mejilla.

-Eres hermosa, Christine.

"No, no lo soy" -pensé, pero no quise arruinar el momento con tal comentario.

Dominik miró mis ojos y luego fue bajando su mirada hasta llegar a mis labios, se acercó lo suficiente como para que nuestras respiraciones se mezclaran. Mi corazón latía tan rápidamente que no sabía si Dominik podría escucharlo a tal distancia. Los dos sonreímos al mismo tiempo por instinto y yo me acerqué a él acortando nuestras distancias.

Mundo cerrado, heridas abiertas (Basado en Suicide Room)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora