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*Tiempo después*

Dominik me ayudó a limpiar todo antes de que viniera Mary, también me ayudó a curarme las heridas. Cuando estuvo todo listo nos quedamos sentados en la cama un poco cansados, Dominik me abrazaba por los hombros y yo a él por la cintura.

Luego de unos minutos oímos la puerta principal abrirse y volverse a cerrar.

Me separé de Dominik sabiendo que Mary había llegado, planeaba salir de la cama cuando Dominik me tomó de la muñeca.

-¿Qué pas...?- antes de que pudiera terminar sentí sus labios contra los míos, le seguí el beso y luego nos separamos los dos con una pequeña sonrisa.

Bajamos las escaleras y encontramos a Mary de espaldas en la sala.

-¡Mary!- sonreí alegre, era como mi tía-abuela.

-Hola, Christine- dijo abrazándome cariñosamente- Hola, Dominik.

-Hola- respondió sonriente.

-¿Qué tal el viaje? ¿Cómo estás? -pregunté.

-Un poco incómodo, pero estoy perfectamente. Les preguntaría qué hacían pero me da miedo saberlo así que mejor no diré nada- dijo en broma mientras reía. Dominik y yo nos sonrojamos por la broma.

-¿Tienes hambre? -pregunté.

-Algo, puedo preparar un...

-Olvídalo, cocinaremos nosotros- dije mirando a Dominik de reojo- Y no pongas quejas, bien sabes que ya sé cocinar galletas sin quemar la casa- dije en broma a lo que ella rió.

-¿Pretendes que coma galletas para el almuerzo?

-No comerás azúcar en el almuerzo- reí por sonar como una madre- Pero también sé preparar espaguetis ¿Te gustan?

-Sí, pero yo soy la que debo cocinar.

-Hoy no- sonreí y llevé a Dominik a la cocina sin dejar a Mary responder.

Cuando terminamos de comer –sí, nosotros también comimos- dejamos los platos para lavarlos después.

-Pronto Helen saldrá al almuerzo- sonreí divertida.

-¿Podemos ir?- dijo emocionado a lo que yo reí.

-Sí, claro.

Ya que todavía faltaba un poco para que saliera fuimos caminando, aunque sí me aseguré de mandarle un mensaje a Helen para que saliera a comer afuera, ya que nosotros no podríamos entrar.

Unos minutos después de que llegamos sonó el timbre anunciando el almuerzo y varios chicos y chicas comenzaron a salir.

Cuando por fin llegó Helen le hicimos una seña y él vino.

-Hola- dije sonriendo.

-¿Por qué vinieron?

-Qué forma de recibirnos- dijo fingiendo tristeza mientras le daba un abrazo asfixiante a Helen, quien se rehusaba a ser abrazado, yo reí ante la escena.

-¿Quieres ir a por un café? -pregunté.

-Tengo que almorzar -se excusó Helen.

-¿Dos cafés?- dije divertida a lo que Helen esbozó una pequeña sonrisa- Ese es mi chico- dije abrazándolo- Vamos a comer.

Helen almorzó en un café cercano y Dominik y yo pedimos un batido cada uno para acompañarlo.

-¿Qué tal las clases?

Mundo cerrado, heridas abiertas (Basado en Suicide Room)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora