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Al salir de clases le dije a los chicos que prefería irme a casa sola por hoy. Me preguntaron si todo estaba bien, y lo que les dije fue que sólo me dolía la cabeza y necesitaba descansar.

"Qué buena respuesta, definitivamente se la tragaron"- pensé con ironía, pero era demasiado tarde como para cambiarla.

Cuando salimos de clases esperé a que todos salieran para luego irme yo.

Cuando salí de mi clase casi todos se habían ido, al parecer todos tenían prisa hoy.

Caminé lentamente por los pasillos, disfrutando del silencio que emitía todo el instituto. Lo único que se podía oír por todo el alrededor eran mis pisadas y escasos ruidos de afuera.

Al salir del instituto no pensé encontrarme con Aleksander en la puerta.

-¡Christine! Querida, ¿Cómo estás?- preguntó sonriendo.

-Como si te importara- le respondí sin dejar de caminar, dejándolo atrás. Pero él no se dio por vencido y me siguió.

-¿Estás nerviosa? Por el baile, me refiero. Yo no paro de pensar que algo saldrá mal mañana. No puedo dejar de pensar en eso- dijo adoptando un tono menos molesto y más serio- No lo sé, es como una intuición.

-¿En serio?- pregunté esperándolo para caminar junto a él- He tenido ese mismo sentimiento en la clase pasada- comenté sin mirarlo.

-Me has hablado, eso es un avance- sonrió- Seguro que todo saldrá bien mañana en el baile. Ya te lo dije, seguro que sólo es una suposición.

-Sí, seguramente sólo es eso- comenté distraída.

-Por cierto, ¿Y tus amigos?

-Les he dicho que se adelantaran hoy ¿Y los tuyos?

-Les he dicho lo mismo. La verdad es que he querido hablar contigo desde hace un par de días, nunca coincidimos ¿No crees?- rio nervioso.

-¿Hablar conmigo? No te creo, tienes mejores cosas que hacer.

-Te sorprendería saber la poca vida que tengo... No te esperé para hablar de esto- dijo dejando de caminar y mirándome.

-¿Qué tienes que decir?

-¿Quieres tomar un café?- preguntó sin mirarme.

-No me quedaré por mucho tiempo- le advertí un poco desconfiada.

-Confía un poco más en mí, sé cuáles son mis límites contigo ¿Bien?

-Lo sé, sólo no me das buena espina- comenté demasiado sincera.

Caminamos en silencio hacia un café que según Aleksander siempre visitaba. Cuando llegamos ambos pedimos una rebanada de pastel y un café.

-Bien, el tiempo corre. Así que mejor empieza a hablar- le dije tomando un sorbo de café.

-¿Te cuento cómo nos conocimos Dominik y yo?- preguntó distraído. Pensaba preguntar algo pero entonces siguió hablando sin esperar respuesta- Seguro que te lo ha contado, pero quiero contarte mi versión.

"El primer día de clases Dominik llegó vestido absolutamente horrible- rio- Mis compañeros se burlaron de él, pero realmente veía lo que quería encajar, algo que aparentemente sólo yo notaba. Les dije a mis compañeros que no podía ser tan malo y los convencí para ir a hablarle... Días después se decidió por mostrarse por quien realmente era. Hicimos bromas al respecto, pero no realmente de una manera hiriente. Sé que nunca nos ha considerado amigos, es una suerte que te encontrara a ti... Pero... ¿Qué puedo decir? Los chicos nunca tienen problemas, entonces asumen que los otros nunca los tienen. Y al igual que ellos, soy demasiado burlista, no lo hago en una mala manera, pero apuesto a que puedo llegar a ser muy molesto... Es sólo que así soy, no voy a cambiar por provocarle lágrimas a alguien.

-¿Y qué me dices de un suicidio? Eso yo lo considero homicidio- respondí viendo por dónde iba.

-No lo harían ¿Verdad?- respondió mirándome a los ojos, como si de verdad yo supiera la respuesta.

-No con todos se puede bromear de la forma en que tú lo haces, Aleksander...- luego de unos segundos volví a hablar- ¿Por qué me estás contando todo esto?

-Eres la única persona que de verdad se preocupó por mí en todo este tiempo... Sólo necesitaba desahogarme con alguien y yo no tengo a nadie así que quería contártelo a ti.

-No sirve de nada contármelo ¿Sabes eso? Tú no cambiarás y yo no sentiré pena por ti.

-No quiero que sientan lástima por mí...

-No soy la clase de persona que pueda llegar a ser tu amiga.

-¿Me odias?

-No, yo no siento nada por ti. Si me disculpas, me voy ahora...- dije poniéndome de pie.

Salí del local caminando un poco rápido y sin mirar atrás. Al dar la vuelta me recosté en un local cualquiera y suspiré cerrando los ojos. Segundos después oí sus pasos viniendo.

-¿Por qué me esperaste?- preguntó acercándose.

-Porque sentí lástima por ti... Ser así de odioso siempre debe cansar- comenté sin mirarlo, a lo que él esbozó una pequeña sonrisa, y yo hice lo mismo.

-Gracias- dijo junto a mí.

-¿Gracias? No tienes por qué agradecerme.

-¿Por qué te preocupaste por mí ese día en clases?

-No lo sé...-admití- Te vi tan vulnerable... Me recordaste a alguien y yo quise ayudarte- sonreí melancólica.

-¿A quién?

-A mi hermano...

-No sabía que tienes un hermano.

-Oh, sí. Él murió hace ya un tiempo... Las palabras matan ¿Sabes?- dije después de unos segundos.

-Lo siento, soy un idiota.

-Sí, lo eres. Un idiota y un ignorante- sonreí, a lo que él también lo hizo.

-¿Te acompaño a casa?- preguntó incorporándose.

-¿Sabes dónde estamos? Queda más cerca tu casa.

-No tengo ganas de volver pronto a casa... Podemos rodear este barrio por la casa de Dominik y luego caminar hacia tu barrio directamente.

-Después de todo es la ruta más corta- suspiré.

En el camino hablamos de cualquier cosa, tanto de temas serios e irrelevantes como graciosos.

Increíblemente había momentos en los que Aleksander no era del todo molesto.

-¿Dominik y tú están saliendo?

-Sí, eso creo...- respondí distraída.

-Genial, espero que salga todo bien.

-¿Alguna vez has tenido una pareja de verdad?

-No, realmente nunca he tenido una relación sincera. Supongo que las chicas a las que les gusto no me gustan y las que me gustan yo no les gusto ¿Y tú?

-Se puede decir que antes de Dominik tuve pareja, pero no salió bien.

-Tus padres tienen mucho dinero ¿No? Mi madre pasa discutiendo con mi padre siempre por no ser como el tuyo o como otros mejores.

-Lamento eso... Mi padre y yo no nos llevamos y con mi madre muy poco. El trabajo los mantiene muy ocupados así que nunca estoy con ellos.

-Qué suerte tienes.

-Llegamos- respondí incómoda unos segundos después viendo mi casa unos metros más adelante.

-Yo mejor me voy, fue bueno hablar contigo hoy. Nos vemos- dijo incómodo sin saber cómo despedirse.

-Ya, sólo dame un abrazo y vete- sonreí, dándole un abrazo, a lo que él me correspondió para luego irse caminando.

...

Mundo cerrado, heridas abiertas (Basado en Suicide Room)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora