Capítulo 5: Los enanos de la fealdad

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A la distancia, pude ver el volcán alejándose de nosotros. Estaba dejando aquello que había parecido mi hogar, de nuevo.

Jamás había ido más allá de las afueras del volcán, jamás había salido del territorio Draka. Apenas crucé la frontera, me sentí desamparada, como si ya no supiera a donde pertenecía.

Debajo de nosotros, habían unos doscientos metros de altura. Yo tuve que hacer un esfuerzo por no vomitar. El Folka volaba como si fuera un águila, fluidamente y sin miedo. Perfectamente, comparado a lo que yo había logrado.

-Ugh, eres pesada-dijo el chico, lo cual me sorprendió, pues no parecía que estuviera haciendo esfuerzo alguno.

-Tú te ofreciste a llevarme-le dije.

-¿Puedes volar?-dijo él.

-Lo dudo, al parecer volar no es lo mío.

El chico me dió una mirada de "no te creo" y, a continuación, me soltó.

Si diez años de entrenamiento con gente traicionera no me prepararon para eso, nada lo haría.

Mis gritos desgarrantes cortaron el aire, estaba tan sorprendida que no reaccioné hasta que estaba a menos de diez metros del suelo. Con un dolor que casi me provoca un desmayo, agité mis alas para volar. Debí de haber parecido una paloma con una sola ala, pues cuando volví a mi anterior altura, el Folka se estaba riendo a carcajadas.

-Estoy bastante seguro de que si puedes volar-dijo.

Rabia se arremolinó dentro de mi, y no pude evitar hacer lo que hice. Me abalancé contra él, lo tomé de su camisa, o lo que sea que fuera esa prenda, y lo estrellé contra un árbol altísimo que había a la distancia.

-Vuelves a hacer algo como eso y te juro que...-

-Ya, ya. Cálmate Rhodeva, los Folka no peleamos entre nosotros.

-¿Qué? ¿No pelean entre ustedes pero si desean destruir mi especie? Los Folka no tienen nada de pacíficos.

-Los Draka no son tu especie, recuerda eso. Y sobre nuestras maneras, las aprenderás con el tiempo. Somos algo complicados.

-Da igual. ¿Cuánto para llegar a el bosque Folka?-pregunté.

-Oh, no sé. Unas cuantas semanas, tal vez-dijo.

-¡¿Semanas?! ¡¿Qué?!

-Sí, con vuelo rápido. Aunque, no estoy seguro, el tiempo en esta dimensión es extraño.

-¿Por qué hay tanta distancia?

El Folka me miró con desprecio, como si estuviera pensando "qué persona tan poco pensante."

-Sí los Draka y los Folka estuvieran más cerca, ¿no crees que nos hubiéramos exterminado ya? Debemos estar lo más lejos posible.

Fruncí el entrecejo.

-Hablas como si no estuvieras de acuerdo con la guerra-dije.

-Bueno, no soy nadie para decidir los asuntos de los Folka, pero tengo sentimientos mezclados ante la guerra. Es estúpida. Sólo peleamos porque no nos soportamos, pero a duras penas y nos hablamos.

-Los Draka y los Folka están destinados a ser enemigos. Las fortalezas de los Draka son las debilidades de los Folka y viceversa, ¿como no podríamos ser contrincantes naturales?-expliqué.

-¿Hablas de nuestra debilidad hacia el fuego y la suya hacia la magia? Eso también es tonto. A los humanos los ahoga el agua, pero no asesinan a toda la vida acuática por eso, y los humanos son la especie menos sabia existente.

Draka y Folka, Libro 1: Los híbridosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora