Esa noche volví a casa con una sonrisita tonta y cuidé de papá hasta que se quedó dormido. No me preguntó las razones de por qué irradiaba tanta felicidad. Estaba demasiado sumido en su propio dolor como para notarlo.
Hubiese deseado que preguntara el por qué de mi sonrisa. Que me hubiese dicho que no eras lo suficiente para mí, aun sin haberte conocido. Lo hubiese preferido, porque aunque no le hubiera hecho caso, hoy me sentiría menos mierda porque recibí una advertencia. Porque al menos fui avisada.
Solo hubiese querido una señal que me dijera que eras un riesgo para mi integridad emocional.
Pensé que nunca te volvería a ver. Que nunca volvería a vislumbrar tu sonrisa, y que el chico de mis sueños escapaba de mí. Y hubiera sido lo mejor. Pero la semana siguiente te vi en una cafetería a dos calles y mi corazón se aceleró. ¿Muy idiota yo, no? Pero así ocurrió.
Yo entré a esa cafetería y tú sonreíste cuando la campana anunció mi llegada.
Pensé que moriría en ese instante. Ahora sé el verdadero significado de la muerte.
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Notas teñidas de sangre © [Notas #1]
General FictionPrimer libro de la bilogía «Notas». Aclaración: la segunda parte la pueden encontrar accediendo a mi perfil, estando como «Notas impregnadas de olvido © [Notas #2]». * «Él ya no está, y ella escribe con el corazón en la mano, mientras tiñe las notas...