«Folio cuatro»

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Te levantaste de tu lugar y te acercaste a mí. Mi respiración se volvió acelerada y mis manos sudaban.

—Y pensar que no volvería a ver tus pigmentos, Pétalo. —Fueron tus palabras como recibimiento.

Reí y guardé un mechón detrás de mi oreja. El alias que habías elegido para mí era hermoso. Era especial. O al menos así me hiciste sentirlo.

Me invitaste a sentarme contigo y pensé que colapsaría. Me preguntaste por la salud de mi padre y te dije que todo marchaba mejor. Me invitaste una malteada y me preguntaste mi sabor favorito.

—Fresa con crema batida —susurré con pena.

La ordenaste y te vi tomar de la tuya mientras esperábamos. Yo miraba a todos lados, pero tú me mirabas a mí. Y sentía mi mundo florecer.

Porque así me lo hiciste creer.


Notas teñidas de sangre © [Notas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora