2: You're beautiful

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Al cruzar las puertas del colegio, Niall se ajustó la bufanda al cuello, se aseguró que su abrigo estuviera bien cerrado y se dirigió a la parada de autobuses llevando la caja rosa en sus manos.

Quien lo hubiera visto habría pensado que estaba loco. No paraba de refunfuñar e insultar a Harry por lo que le había hecho hacer.

El frío parecía meterse por sus huesos y no lo dejaba pensar con normalidad. Por suerte el autobús iba relativamente vacío, y se pudo sentar y escuchar música a gusto. Tenía 40 minutos por delante.

Al bajar notó que algo de aguanieve había comenzado a caer, y se ajustó la bufanda un poco más. Sentía que había descendido otro grado desde que había subido al transporte.

Caminó entre la gente por las calles del centro y al divisar la pastelería en la dirección que Harry le había dado, se dirigió rápidamente hacia allí. Sólo esperaba que el aire acondicionado del lugar estuviera bien caliente.

Lo que no esperaba era encontrarse con esa mirada penetrante a través de la vitrina. Unos ojos miel que lo miraban con decisión a través de los deliciosos pasteles de diferentes colores que se exponían.

Niall se paró en mitad de la acera luego de cruzar la calle. No podía despegar su mirada. Harry tenía mucha razón con respecto al chico de la pastelería: podría aparecer tranquilamente en las revistas en algún anuncio de ropa. Si era interior, mejor.

Un bocinazo lo sacó de sus pensamientos y entró enseguida. Al abrir la puerta una campanita lo recibió y el olor a pastel recién horneado le hizo agua la boca. El aire acondicionado se encontraba tan fuerte que el chico moreno sólo usaba una camisa blanca remangada hasta los codos.

-Buenos días- La voz profunda mareó al rubio durante un microsegundo.

-Hola. Venía a...- De repente no recordaba por qué estaba allí. Al mirar hacia la caja que cargaba su mano izquierda, lo recordó.- Mi amigo retiró esta mañana este pastel que se suponía tenía que ser de cumpleaños. Resulta que no lo es- Se dirigió hacia la barra detrás de la cual se encontraba el dependiente y apoyó la caja.

El moreno la abrió y comprobó que se había equivocado de pedidos.

-Oh, oh. Entonces, ¿Qué mandé a la fiesta de esos pobres ancianos?- Le sonrió bromeando, y Niall se estremeció por dentro.

Su sonrisa era hermosa. Lo mejor que había visto en mucho tiempo. Una risita nerviosa e histérica se escapó de sus labios, y eso lo avergonzó inmediatamente.

-¿Podrías cambiarme... el pedido?- Habló tímidamente.

De repente las mejillas comenzaron a arderle y la bufanda le picaba el cuello. ¿El calor del lugar le había hecho efecto tan rápido, o era algo más?

-Claro que sí-. Respondió- Sólo que tendrás que venir por él en un par de días. No es broma que ya mandé el pastel de tu amigo a la fiesta de aniversario. Si logro que no nos clausuren o me echen del trabajo, podrás venir a buscarlo el lunes- Seguía sonriendo.

Al rubio no se le ocurría qué decir. De sus palabras sólo había entendido lo indispensable: "venir a buscarlo el lunes".

-De... acuerdo. Adiós- Se dio la vuelta como pudo y ya se estaba dirigiendo a la salida, cuando la profunda voz lo detuvo.

-¡Espera!- Los latidos de su pecho comenzaron a latir desbocados como caballos que corren por una pradera. Se volteó ligeramente.- ¿No vas a dejarme el pastel de aniversario?-.

Niall vio que su mano se negaba a soltarlo. Estaba ejerciendo una presión tremenda sobre la manija de la caja inconscientemente.

-¡Oh, sí! Lo siento- Regresó rápidamente hacia la barra, dejó el pedido y se fue igual de rápidamente. La vergüenza amenazaba con hacerle subir la presión por los aires.

Al cerrar la puerta, la misma campanita lo despidió, y el viento helado le pegó una bofetada. Ni siquiera miró atrás, pero enseguida extrañó el agradable calor que se concentraba en la pastelería.

En multimedia tenemos la pastelería.

Falling For You (Ziall)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora