Falling For You (Ziall)

8: Say Something

La puerta que cerró Niall con fuerza casi golpea a Zayn en la cara.

-¡Hey! ¡¿Puedes decirme de una vez qué fue lo que te molestó?!- Gritó el moreno, abriéndola y sosteniéndola para que quedara abierta.

-Tengo trabajo- Susurró cortante el otro chico y lo empujó esta vez con el hombro llevando una bandeja de muffins en sus manos y saliendo de la cocina.

En seguida el rubio se acercó a la mesa dos, dejó el pedido con una sonrisa, la cual le costaba mucho mantener, y se dirigió rápidamente hacia la caja registradora borrando la sonrisa automáticamente.

-En algún momento tendrás que hablarme- Le dijo cantarinamente, a lo cual el rubio sólo se alejó y entró en la cocina nuevamente. Zayn hizo lo mismo.

-¡Ya deja de seguirme!- Niall volteó y casi choca contra él.

-No, hasta que me digas qué ocurre-.

-Qué mal que tu memoria te falle, galán-.

Cuando Niall intentó pasar por su lado, Zayn lo tomó del brazo impidiéndole alejarse.

-¿De qué hablas?-.

-Suéltame- Con un rápido movimiento quedó libre y abandonó la cocina.

Deseaba tener más trabajo para mantenerse ocupado y fuera del alcance de Zayn, pero las últimas personas que quedaban ya se estaban yendo.

La lluvia no había amainado desde el día de ayer, a Niall incluso le parecía que iba aumentando cada vez más.

De repente, un golpeteo más fuerte comenzó a hacerse oír en las vidrieras de la pastelería. Granizo.

-Oh, no- Zayn, quien no había despegado su atención de Niall, se dirigió rápidamente a bajar el toldo y cerrar antes de que los pedazos de hielo quebraran el cristal.

Antes de que pudieran darse cuenta, los relámpagos, truenos, el granizo y el viento que silbaba como en una película de terror los dejaron encerrados en el pequeño local lleno de bizcochuelos.

La tormenta no parecía querer amainar, las nubes se encontraban casi negras en el cielo.

En ese momento, la luz se cortó y la estancia quedó a oscuras.

-Iré por unas velas- Dijo Niall, tratando de no sonar asustado, y dirigiéndose a la cocina guiado por sus instintos en la oscuridad.

En cuanto volvió con las velas como si fueran candelabros, comprobó que el moreno se había sentado en una de las mesas. Se acercó rápidamente y le dejó una vela, para ir a sentarse a otra de las mesas vacías.

-¿De verdad? No sabía que fueras así de infantil, Niall-. Se quejó Zayn, mirándolo fijamente.

-Y yo no sabía que tú jugaras a dos puntas*- El moreno frunció el ceño.

-De nuevo: ¡¿A qué te refieres con eso?!-.

El rubio negó con la cabeza, sin responder. Luego de suspirar, Zayn susurró.

-Me destrozas el alma-.

Esto lo indignó profundamente.

-¡¿Y cómo crees que debo estar yo después de lo de ayer?!- Se le escapó. En seguida miró hacia la vela que se encontraba consumiéndose lentamente sobre su mesa.

-Entonces fue algo que hice ayer. Pero si ni siquiera vine a trabajar. ¿No vas a decirme nada?-.

El rubio no respondió.

Se quedaron un largo rato en un silencio roto únicamente por la lluvia, los truenos y el silbido del viento furioso, hasta que Zayn se paró de su silla sin previo aviso. El rubio levantó la cabeza hacia él, alarmado. En cuanto notó que el moreno tomaba la vela y se dirigía hacia él, lo detuvo.