Broke (Rubelangel) 2da Temp.

Capitulo 19

La tarde es completamente silenciosa.

Ninguno dice nada más que lo necesario. Esta vez no hay risas, sólo un silencio sepulcral.

Ninguno está de humor para chistes.

Rubén lo único que quiere es ir a dormir, intentar olvidarse de todo lo sucedido por unas horas. Y lo hace. Se levanta, se disculpa, da las buenas noches y se retira, sin ánimos ni de caminar. Al cabo de unos minutos les lleva unas cuantas sábanas a Paola y Bruno, y se va definitivamente a su habitación. Lizzy, preocupada, lo sigue.

Cuando ella entra al cuarto, Rubén está tumbado boca abajo en la cama.

- Vamos Rubén, no quiero verte así – Le anima apenas entrar.

La muchacha se acerca a la cama del chico y se sienta de un salto, sacudiendo toda la cama.

- Mangel se va a casar, ¿cómo quieres que esté entonces? – Dice, apenas entendible gracias a la almohada cubriendo todo su rostro.

- Sé que no es fácil afrontarlo, pero lograrás superarlo de todos modos – Insiste.

Rubén se sienta pesadamente en la cama, y mira a Lizzy arqueando una ceja.

- Mangel me dejó hace más de un año y medio, y aún no lo supero. ¿Y crees que voy a superar esto tan fácilmente? – Sus ojos se llenan de lágrimas, pero antes de que alguna caiga vuelve a tumbarse en la cama.

Lizzy suspira.

- Rubén – Lo llama. Rubén gruñe, pero aún así no se mueve.

- Rubén – Insiste ella.

- ¿Qué? – Pregunta a medias.

- Levántate – Ordena ella. Rubén, bufando, lo hace. Se sienta como indio frente a ella, y apoya su cabeza en una de sus manos, al tiempo en que la mira.

Lizzy sonríe, y sin avisar toma entre sus manos el rostro de Rubén y le besa dulcemente la frente. Luego une su frente con la de él, dejando sus rostros a escasos centímetros.

- Estarás bien. Y si no lo estás, yo te ayudaré a estarlo. Pero saldrás de esta, y de todo. Así que no digas que no lo lograrás, porque yo pensaba que nunca lograría salir de lo que estaba, y lo he logrado. Con ayuda de una muy importante persona para mí, pero lo he logrado – Dicho esto envuelve el cuerpo de Rubén en sus brazos, acogiéndolo como si de un nido se tratase. Rubén sonríe, y le devuelve el abrazo.

- ¿En serio lo harías por mi? – Pregunta.

- Esto y en todo lo que sea necesario – Responde.

* * *

Por la mañana Rubén despierta gracias a Lizzy, que no deja de meter ruido en la habitación.

- Quiero dormir – Reclama, alargando lo más que puede la i.

- Lo siento, pero no puedo arreglarme en silencio – Se queja ella.

Rubén abre lentamente un ojo y observa el espectáculo que ella está montando. Hay una montonera de ropa por la cama, y Lizzy en pijama observando y analizándola toda.

- ¿Arreglarte? – Pregunta Rubén.

- Sí, he quedado con unos amigos. Estaremos juntos todo el día, ¿no te apetece venir conmigo? – Propone, mirando de reojo al castaño que se mantiene desparramado por la cama-. Digo, para que no te tortures pensando en lo de... hoy.

Todos los recuerdos inundan repentinamente la mente de Rubén, haciéndolo sentir mal una nueva vez.

- Prefiero quedarme aquí, pero gracias de todas formas – Sonríe intentando parecer convicto.