Capitulo 24

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Al día siguiente no todo es mucho mejor a como fue el día anterior.

Rubén despierta entre cabreado y feliz. Sigue con el dulce gusto de los labios de Mangel, pero también con el amargo sabor de saber que Cheeto intentará de todo por arrancarle esa ínfima esperanza que sigue albergando.

Y Lizzy nota todos esos cambios de humor.

- ¿Ocurre algo? – Pregunta mientras ordena su desordenada cama. Rubén se revuelve en la suya, acomodándose de lado para poder observarla mejor.

- Llegó Cheeto – Responde fríamente, como si el nombre que acaba de pronunciar fuese el del mismísimo Voldemort.

- ¿Y...? – Vuelve a preguntar ella, sin saber o recordar quién es él.

- Cheeto está enamorado de Mangel. Se supone que entre los tres éramos amigos, pero todo se fue por la borda cuando Mangel se fue. Un día llegó Cheeto acá y me contó todo, diciéndome que si volvía lucharía por Mangel todo lo que no luchó estando él conmigo – Responde resoplando.- Y el día llegó.

- ¿Y qué harás? – Pregunta, estirando las sábanas con gran esfuerzo.

- No lo sé, Lizzy, no lo sé –

- ¿Y qué crees que hará Mangel? – Insiste, alisando la cubrecama.

- Joder, ¿por qué tantas preguntas? – Pregunta ahora él, bufando.

- Porque soy curiosa – Responde la chica con toda la naturalidad posible.

- Sé que Mangel no caerá en los absurdos juegos de Cheeto, él mismo me lo dijo. Pero tampoco quiero ver a Cheeto pegado a Mangel todo el día intentando coquetearle o robarle algún beso – Las palabras salen con ira, y la ira aumenta al imaginar todo lo que el barbudo seria capaz de hacer.

- En otras palabras te da celos –

- Wow, damas y caballeros ante ustedes la hija perdida de Einstein – Resopla el castaño, sarcástico.

- Los celos te ponen muy irritado, ¿eh? – Lizzy saca un poco de ropa del armario y la deja sobre la cama-. Voltéate.

Rubén hace caso a la orden de la chica, volteándose en la cama hacia el lado de la pared, por lo que la morocha comienza a cambiarse.

- ¡Es que no me agrada Cheeto! – Exclama Rubén, enterrando su cabeza en la almohada.

- Vaya, esa es una gran excusa para estar de mal humor con personas inocentes. Ahora cada vez que me enfade con alguien le diré "¡Es que no me agrada Cheeto!" – Lo último lo dice con un tono de voz más agudo que el natural.

- Ja ja ja – Ríe sarcástico.

- Ya me voy al trabajo, y tú deberías levantarte y ordenar un poco – Toma su mochila, se la pone en la espalda y alisa su pantalón.

- Ten un buen día, y con respecto a levantarme y ordenar... meh – Responde perezoso.

Lizzy susurra un "gracias" y camina hacia la puerta, pero antes de salir por completo se voltea una nueva vez hacia el muchacho.

- Por cierto... -

- ¿Sí? – Pregunta el castaño, levantando su cabeza de la cómoda almohada.

- Deberías ir y hablar con ese tal Cheeto... si es que él no viene antes a hablar contigo – Dicho esto sale definitivamente de la habitación, dejando atrás el bufido de Rubén.

El castaño se mantiene unos minutos más en la cama, haciendo absolutamente nada. Pero después se levanta, se viste y, efectivamente, comienza a ordenar.

Broke (Rubelangel) 2da Temp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora