Capitulo 4

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Cuando Rubén despierta mira confundido la puerta de su habitación, podría jurar que por la noche la dejó a medio cerrar, y ahora estaba abierta hasta atrás. Deja pasar el detalle, pensando en que sólo fue parte de la borrachera. Se levanta muy despacio y va hacia la cocina, en donde se sirve un vaso de jugo. Cuando está a punto de beberlo, alguien toca a su puerta. Mira la hora en el reloj de la cocina: 14:30. Deja pasar el sonido, y se bebe con tranquilidad todo el líquido de su vaso. Aún terminada su tarea, la persona fuera del departamento sigue insistiendo. Bufa y deja el vaso encima de la mesa, al tiempo que camina molesto hacia la puerta. Sin molestarse en peinarse o arreglarse un poco, abre la puerta. La mujer que está fuera lo mira fingiendo una sonrisa.

- Hola, Rubén – Saluda Catalina. Rubén se mantiene unos segundos en silencio, sin creérselo del todo. ¿Qué hace ella en su departamento si se suponía que se había ido lejos?

- Hola – Responde al cabo de un rato. No le apetece para nada verla, ni mucho menos hablar con ella.

- Necesito hablar contigo, ¿puedo entrar? – Pide, al tiempo que avanza al interior. Rubén avanza hacia ella y cierra la puerta.

- No, se está mejor aquí – Miente. La chica lo mira confundida.

- Me parece que sería mejor allí dentro, ya sabes, donde hay más privacidad – Rubén arquea una ceja.

- ¿Y quien necesita privacidad? – Pregunta, esperando molestarla. Ella sonríe con cortesía, disimulando su molestia.

- Nosotros – Responde sarcástica.

- ¿Para qué? – Vuelve a preguntar Rubén, tomándole el pelo.

- Para hablar – El sarcasmo y la molestia aumentan acorde a las preguntas y respuestas que se dan.

- ¿Sobre qué? – Pregunta. La chica bufa, desesperada.

- Sobre un tema importante – Le corta.

- Entonces comienza – Catalina lo mira directo a los ojos y, si las miradas matasen, Rubén ya estaría muerto.

- No daré tanto rodeo inútil e iré directo al grano – Advierte. Rubén asiente, despreocupado. Catalina toma aire, pero no lo bota.

- No quiero que te acerques a Mangel, o que intentes arreglar las cosas con él. Porque no hay nada qué arreglar. Cada uno se fue por su lado y espero que sigan respetando aquello – Dice tranquilamente al tiempo que se alisa su ropa, aunque no había ningún rastro de polvo o arrugas. Terminada la inútil acción, mira a los ojos a Rubén, quien suelta una estruendosa carcajada.

- ¿Y quién eres tú para decirme qué hacer y no respecto a Mangel? – Pregunta alzando una ceja. Ella se acerca más a Rubén y, cuando va a contestar, baja el tono de voz, a uno más amenazador.

- Su novia – Responde con orgullo, como si Mangel fuese un trofeo. Rubén está a punto de hablar, pero se ahoga con todas sus palabras. Comienza a toser exageradamente y luego mira sorprendido a la chica. ¿Catalina es novia de Mangel?

- ¿Q... qué? – Es lo único que logra decir. Ella se aleja de Rubén y sonríe hipócritamente.

- Pues eso. Ten un lindo día – Dice al tiempo que se voltea y se acerca al ascensor, pero antes de poder entrar a este se da media vuelta hacia Rubén y le dice-. Ah, y quien ríe último ríe mejor.

Desaparece tras las puertas del ascensor, dejando incrédulo a Rubén. Se mantiene así durante un rato, inmóvil, mirando a la nada, en shock. Nunca se imaginó que Catalina sería novia de Mangel, siendo que hubo un tiempo en que Mangel la odió. Cuando por fin entra al departamento, se mantiene igual que cuando estaba fuera. No llora, no golpea cosas, no grita, no ríe, no hace nada. Vuelve a la cocina, en donde se llena otro vaso de jugo; y luego se dirige al baño en busca de las pastillas para dormir. No le apetece volver a dormir, pero prefiere eso antes de comenzar a torturarse despierto. Se va a su habitación, con el jugo y el bote de pastillas en la mano, y se sienta en su cama. Deja el vaso en su velador y saca una pastilla. Y luego saca otra. Y otra. Y otra. Y otra. Observa las cinco pastillas con curiosidad, como si necesitase saber qué pasa si se las toma todas, o toma más. Pero decide quedarse con esas cinco, echándoselas todas a la boca. Se las traga con una gran cantidad de agua, y vuelve a recostarse, sin tardar mucho en sumirse en un profundo sueño.

Broke (Rubelangel) 2da Temp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora