Epílogo

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Ya saben, cuando aparezca esto "(#)" comiencen a reproducir la canción que se encontrará en multimedia. Lean mientras escuchan la canción, do it <3 (Talk me down – Troye Sivan)

Pocos días más tarde, Mangel se encuentra de pie en un verdoso pasto, bajo un ancho cielo cubierto de unas pocas nubes, en el que algunos pájaros vuelan en completo silencio. La brisa es lo único que rompe aquella capa de paz.

Al lado de él, Paola le mantiene agarrada la mano firmemente, sosteniéndolo. Él hace todo lo posible por mantenerse fuerte, por no quebrarse y derrumbarse.

Lizzy se encuentra al otro lado de Mangel, con la cabeza gacha, mientras que Bruno se encuentra a un lado de Paola, mirando hacia el frente sin un punto fijo.

Alex junto a su novia, se encuentran al frente de Mangel; al otro lado de la madera; guardando completo silencio, aguantando derramar una mínima lágrima. Los padres de Rubén se encuentran justo al lado de ellos, sin poder mantenerse tan fuertes como los demás, sin poder reprimir las lágrimas que escapan salvajes de sus ojos. Mientras que los padres de Mangel se encuentran justo detrás de él, guardando completo silencio. Unas cuantas personas más se encuentran en el lugar, personas a las que Mangel no quiere prestarles atención.

Todos escuchan, o eso intentan, las palabras del hombre, esas palabras que intentan consolar a cada alma que se encuentra allí de pie, sin sentirse completamente presentes. Menos Mangel, quien no puede escuchar nada más que un pitido agudo en cada oído. No puede sentir nada más que su corazón latiendo a mil por hora. No puede ver nada más que ese cajón de madera.

Y es que frente a él, recostado en el suave colchón, con expresión seria y plena, absolutamente quieto y con sus bellos párpados juntos para siempre, se encuentra Rubén. Enfundado en un traje, peinado con delicadeza, maquillado con la misma elegancia, se encuentra el hombre al que tanto ama. Allí recostado, sin aliento, sin sangre corriendo por sus venas, sin luz iluminando su rostro. Completamente quieto, más pálido de lo normal, con sus finos labios en una recta línea permanente. Allí se encuentra Rubén, aún teniendo contacto con el mundo exterior por esa simple tapa abierta. Por esa simple tapa abierta que en pocos minutos será cerrada para siempre.

Sabe que no es el único que se sintió así. Sabe que cuando Paola, Lizzy, y los padres de Rubén se enteraron de la noticia se sintieron igual o peor que él. Sabe que no es el único al que todo su mundo se le vino abajo. Sabe que no está solo sufriendo. Pero aún así se siente así. No logra evitar sentir que sólo él tiene el corazón en un puño, que solo a él las piernas le tiemblan de una manera inhumana, que solo él tiene el pecho comprimido, sin saber muy bien cómo continúa respirando. No logra evitar sentir que sólo él perdió a la persona más importante de toda su vida.

Aguanta con fuerza las lágrimas, aguanta con fuerza todo el dolor que guarda en el pecho. No sabe por qué lo hace, simplemente lo hace. No quiere mostrarse derrotado frente a los demás, aunque por dentro esté muriéndose y pudriéndose a una velocidad impresionante. Y cómo no hacerlo, si frente a él reposa el cuerpo de su novio fallecido. Cómo no hacerlo si frente a él está el hombre que ama con toda su vida... muerto.

Luego de que unos cuantos dijesen unas palabras; y él intentase hacerlo, pero dejara de intentarlo al notar que de ninguna manera podría hablar sin derrumbarse en el acto; cierran con cuidado la única tapa del cajón que permanecía abierta. Aquella simple acción rompe más el corazón de Mangel, quien con cuidado acaricia la mano con la que había tocado el frío rostro de Rubén, acaricia con cuidado la única mano que tocó por última vez el rostro de su novio antes de que rompieran cualquier contacto con el mundo. Aquella acción rompe más el corazón de Mangel, porque desde ahora en adelante no podrá ver más el rostro de su amado, porque aquella vez fue la última vez que pudo contemplarlo.

Broke (Rubelangel) 2da Temp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora