Capitulo 20

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Unos cuantos días más tarde, Rubén y Mangel viven vidas completamente opuestas.

Mangel y Catalina están plenamente felices casados. Lo llevan muy bien, y satisfechos. No estaban seguros de que esta fuese una muy buena decisión, pero ahora más que lo están.

En cambio Rubén lo único que quiere hacer es permanecer en su cama, refugiado de todo su alrededor.

Pero aquel día parecía que el destino no quería aquello.

Con Lizzy fuera de él, el departamento parecía un lúgubre lugar, lo que hacía peor para Rubén. Por esto mismo es que se levantó de su cama, y milagrosamente se duchó y vistió.

Comió algo poco, y luego se dispuso a salir. Pero cuando estaba a punto de tomar el pomo de la puerta, alguien se le adelanta y comienza a tocarla estrepitosamente.

Rubén se queda inmóvil, con pánico de abrir la puerta. Puede ser Lizzy, o Paola, o Mangel... o Catalina. Ninguna posibilidad le convence, exceptuando la última. Pero no puede llegar a tales puntos de temer abrirla, por lo que gira el pomo y deja al descubierto a la persona que se encuentra tras ella.

Lamentablemente una de sus posibilidades fue la que acertó.

- Hola, Rubén - Saluda la chica, sonriendo egocéntricamente.

- ¿Qué quieres Catalina? - Pregunta bordemente él, intentando llegar al grano lo antes posible.

- Hala, ¿y ese mal genio? - Pregunta ella, riendo.

- Contigo nunca estaré de buen humor - Responde él, cruzándose de brazos. Catalina suelta una estrepitosa carcajada, pero luego su expresión se transforma en una seria y fría.

- Vengo a darte otra... advertencia - Responde, sonriendo maliciosamente. Rubén bufa.

- ¿Para qué? Ya conseguiste todo lo que quisiste, ¿y quieres joderme aún más? -

Mangel, al escuchar murmullos y risas fuera de su departamento, decide espiar un poco. Está seguro de reconocer la voz de Catalina.

Se asoma en puntillas a la puerta, y la abre lo más sigiloso que puede, asomando la cabeza por esta misma. Y tal como lo pensó Catalina está de pie frente a Rubén, con una expresión fría y amenazadora, parece a punto de hablar. Rubén sólo se mantiene quieto, y al parecer tranquilo. Quizás descubra unas cuantas cosas hoy.

Rubén desvía su vista de los ojos de la chica hacia la puerta del otro departamento, viendo a Mangel asomándose por esta. No le habla, ni le sonríe, obedece a la señal de que se mantenga callado que le hace él.

Mangel avanza en silencio hacia la muchacha, hasta ponerse detrás de ella, con un mejor panorama auditivo.

- Escúchame bien, Rubén - Habla por fin la muchacha, luego de unos segundos de su mortificadora mirada-. Ya logré joderte una vez, y creo que lo recuerdas perfectamente. Porque, ¿cómo olvidarías aquella mirada de odio que te brindó Mangel al ver la supuesta escena de tú intentando golpearme? - Catalina ríe nuevamente-. Y al recordar eso, estoy segura de que recuerdas lo bien que puedo actuar. Y no creo que quieras hacer otra escenita en la que tú parezcas el malo, así que deja de lado ese manto de hombre indestructible y orgulloso que tienes cuando estás conmigo, porque no sirve de nada.

Mangel debe taparse la boca para no emitir ningún sonido. ¿Todo lo que vio fue una completa mentira? Y peor aún, ¿Catalina fue la responsable de que él creyese esa mentira? Entonces Rubén había tenido razón, y Mangel siempre evitó la razón. Al parecer era verdad el hecho de que Catalina lo cegaba, dejando que él viera sólo lo que ella quiere que vea. Todo su cuerpo se estremece de arrepentimiento, y la punzada en el pecho no tarda en aparecer. Pero debe mantenerse en silencio si quiere descubrir a mayor profundidad como es su supuesta esposa.

Broke (Rubelangel) 2da Temp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora