#1 Mi Cuerpo en tus Labios

Capítulo 12

  Cuando llegué a mi oficina, Elle estaba saliendo muy sonriente de la oficina de Michael. Traté de no pensar lo peor. Caminé hacia el archivero, abrí el último cajón e introduje las carpetas que "no pude leer". Saqué las carpetas que metí en lugar de esas, las llevé a mi escritorio, me senté en mi silla y comencé a leer: Contratos con directores musicales. Cerré las carpetas, las dejé a un lado, tomé el teléfono y marqué a servicio pidiendo un vaso de agua y algún analgésico. Me puse de pie, caminé hacia la oficina de mi Jefe y llamé a la puerta.

— Pasa. — Respondió. Al entrar, Michael estaba acomodando las cosas de su escritorio. Oh claro, tuvo sexo con Elle en su escritorio. Él alzó la mirada, y al verme, dejó de hacer lo que estaba haciendo.

— Buenos días, Sr. Jackson —Me acerqué al escritorio — Le debo una disculpa por llegar tarde, podré quedarme hasta tarde si usted lo desea.

Michael me analizó, arqueó una ceja aún serio y luego miró hacia su escritorio. Momento incómodo. Acaricié mis sienes tratando de aliviar el dolor, esperé a que dijera algo pero cuando no lo hizo, decidí darme la vuelta y caminar hacia la salida. No estoy molesta, lo merezco por no responder sus llamadas; Antes de abrir la puerta, lo miré, él me estaba viendo, y como nuevamente no dijo nada, decidí salirme. Llegué a mi escritorio y vi a través de una pantalla a una persona del servicio esperando a que le abrieran la puerta, caminé hacia la puerta y abrí.

— Gracias. — Tomé el vaso de agua y la servilleta que envolvía el analgésico. La chica se retiró, cerré la puerta y al darme vuelta, di un respigo al ver a Michael con las manos en la cintura, serio. Caminé hacia la sala, me senté en un sillón, dejé el vaso en la mesa y desenvolví la servilleta. Introduje la pastilla a mi boca, tomé el vaso y bebí tragándome el analgésico.

— ¿Estás bien? — Preguntó, acercándose a mí. Asentí. Me recordé que iba a mantener distancia, no quiero terminar como sus antiguas asistentas. Si, despedidas y con una orden de restricción. — ¿Por qué no respondiste mis llamadas? Quería verte.

Mi corazón dio un vuelco. — Bueno, me estás viendo ahora.

Apartó el vaso de la mesa y se sentó frente a mí.

— Discúlpame si he hecho algo mal. — Me estaba mirando profundamente a los ojos, los aparté, no quería arrepentirme sobre mantener la distancia.

— ¿Qué tengo que hacer hoy? ¿Crees que deba checar mi agenda? — Me puse de pie y caminé hacia mi oficina. Sentí la mano de Michael en mi muñeca. Me detuve y lo miré.

— ¿Te pasa algo? — Su mirada me decía que estaba realmente interesado y aunque mi corazón estuviera rompiéndose ahora mismo, debo guardar distancia.

— Yo... — comencé a balbucear — Yo... solo... quiero que...

— ¿Qué? — Colocó una mano en mi mejilla — Háblame Katherine.

— Debemos tener solamente una relación de trabajo — Dije sin mirarle a los ojos — No quiero tener problemas.

Y cuando dije "Problemas" incluí el dolor, la decepción, la desilusión y claro, con la ley. Lo miré, él me estaba mirando confuso, había algo en sus ojos que no entendía; poco a poco fue bajando la mano que había colocado en mi mejilla, se dio la vuelta asintiendo pero después se voltea a verme.

— ¿Estás segura? — Preguntó con esa voz grave y rasposa que tanto me vuelve loca. Asentí insegura.

— Es lo correcto. — Escuché mi corazón romperse — Quiero decir, esto solo es sexo y... solo eso...

Al menos para mí no, solo quería protegerme de futuros daños pero mi corazón estaba gritando que uniera mis labios con los de él, que lo abrazara y respirara hondo su aroma, que tomara todos los riesgos pero mi mente me preguntaba si él haría lo mismo por mí. Miré su rostro, me sentía como si lo acabase de terminar y su rostro reflejaba algo parecido. Él respiró hondo, soltó el aire rápidamente y luego asintió.