— Despierta...
Sentí algo suave acariciar mi rostro, me moví para apartarlo pero era persistente. Cómo les gusta joder, en serio. Esa ha de ser Madisson, pero ya verá un día mientras duerma, ¿qué será mejor? ¿Agua o Hielo? Abrí los ojos con dificultad, todo estaba borroso así que volví a cerrarlos.— Despierta, pequeña hermosa mujer...
Abrí mis ojos de golpe. ¡Mierda! ¡Lo había olvidado! Me senté en la cama tallando mis ojos, Michael estaba sentado a mi lado con una pluma blanca. Se acercó a la mesita de noche dándome una taza de leche caliente, mi favorito. ¿Eh? Esperen, ¿Cómo lo sabe? De hecho, ¿cómo sabe también que nací a la una de la mañana? ¿Y cómo supo mi fecha de nacimiento? Joder, ¿y cómo sabe la medida del brazalete? Miré la muñeca de la mano con que sostenía la taza - que había dejado a medio camino - ¿Y mi brazalete? ¿Cómo tardé en darme cuenta de todo esto? Mierda. Sabe más de mí que de lo que yo sé de él.
— ¿Cuántos años tienes? — Pregunté bebiendo de la taza. Él miró hacia el techo.
— ¿No ya habíamos dejado claro mi edad?
Asentí dejando la taza en la mesita.
— Se supone, pero me hiciste dudar cuando callaste a Madisson. — Arqueé una ceja, él sonrió.
— Tengo 26 años. — Se puso de pie. — Vístete, ya han traído el desayuno.
Y sin decir nada, caminó hacia la puerta y salió. Dejé caer mi mandíbula, definitivamente es un cofre de misterios. Bajé mis pies de la cama tocando el frío piso, caminé hacia una silla donde se encontraba cada prenda mía. Me puse las bragas, tomé mi vestido, mi cartera y mis zapatos, caminé hacia la puerta, abrí llegando a mi habitación. Qué desorden. Aventé todo a la cama, tomé mis jeans y la blusa que me puse para el viaje, caminé al cuarto de baño, me vestí y luego cepillé mis dientes, limpié el maquillaje escurrido y me deshice del peinado laborioso dejando caer mi cabello sobre los hombros. Salí del cuarto de baño, tomé mi teléfono y marqué el número de Madisson, salí de la habitación encontrándome al fondo a Michael sentado frente a una mesa con un rico desayuno, quien bebía algo de una pequeña taza mientras leía el periódico. Madisson respondió.
— ¡Hola! — Dije emocionada. — ¿Cómo estás?
Michael me miró.
— Bien, extrañándote. — Respondió Madi. — Aunque disfruto de una rica compañía desde que te fuiste....
— ¿Brian? — Dije caminando hacia donde estaba Michael.
— Sí, pero cuéntame... ¿dónde estás? ¿Cómo te lo estás pasando?
— Increíble, te contaré al llegar. — Me senté frente a Michael. Se veía hermoso leyendo el periódico. — Tenemos mucho que contarnos.
— ¿Estás con Michael ahora?
Lo miré con una sonrisa.
— Sí...
— Oh, en ese caso, salúdamelo y ¡adiós! — Colgó. Reí dejando el teléfono en la mesa.
— ¿Madisson? — Preguntó dejando el periódico sobre la mesa.
Asentí.
— Te saluda. — Le sonreí, él asintió y me hizo un movimiento con la cabeza para que comiera.
En silencio, comenzamos a comer unos ricos panqueques con jugo de naranja, era una mañana un poco fría aunque el sol lucía muy brillante. Recordé la noche salvaje que tuve con este dios, no dejé de gritar y gemir, en ese entonces, recordé que debía tomar las pastillas. Terminé mi desayuno, bebí un poco más de jugo, me puse de pie y caminé a mi habitación, entré dirigiéndome a mi cama, busqué entre todas las cosas hasta que di con ella. Tomé la caja color rosa y la analicé, sinceramente nunca he tomado esto, soy una inexperta ya que es la primera vez que no uso alguna protección, por ejemplo: un preservativo. Salí de la habitación, caminé hacia la sala y me senté para leer las instrucciones. ¿Llamo a Madisson? Seguro podrá explicarme esta mierda, vi cómo dos dedos largos se tomaban la caja hasta quitármelo de las manos.
ESTÁS LEYENDO
#1 Mi Cuerpo en tus Labios
Fanfiction(SINOPSIS - TRILOGIA DESEO #1) Katherine Ferrer se prepara para una entrevista de trabajo en MJJ Productions y durante el camino a la empresa conoce en la carretera de forma vergonzosa al hombre más guapo del mundo. Tiene la sonrisa más encantadora...