#1 Mi Cuerpo en tus Labios

Capítulo 25 Final

Mil veces he cedido al embrujo de su mirada, de su sonrisa y de aquél aroma tan característico de él, le he permitido en dos meses que me dominara y poseyera, le he permitido que sus efectos embriagasen mi sistema y que me enamorara de la única forma en el que se enamoran las mujeres inteligentes, si, como una idiota. Mi corazón no ha dejado de palpitarme como la primera vez que lo vi, no ha perdido el ritmo desde entonces, pero en estos últimos días he pensado seriamente en que quizás vaya a sufrir un infarto. No puedo creer que ese hombre haga latir mi corazón con tal magnitud, él es la razón de que mi órgano esté saludable y más a los grandiosos orgasmos que definitivamente son inigualables. Esta mañana me he despertado hablando sobre lo que él me hace sentir y en todas las cosas bellas para describirlo, además, estoy muy emocionada ya que me llevará a un lugar, he pensado en darle indirectas para decirle lo que siento, estoy segura de que me responderá con algo similar ya que ayer me dijo algo increíble como que soy maravillosa y que soy su joya, demostraré que la zorra de Elle se equivoca con este último mensaje.

Terminé de arreglarme, bajé las escaleras y al llegar, caminé al comedor. Tomé asiento, me preparé cereal y me dispuse a comer relajadamente. Madisson no llegó para maquillarme y tampoco me ha preparado el desayuno, ¿estará enojada porque no le conté o estará dormida? Iría a despertarla pero me ha dejado muy en claro que no entrara a su habitación por ninguna razón a menos que se trate de una emergencia. Después de un rato, tomé mis cosas y salí de casa, entré al auto y conduje hacia la empresa, encendí la radio, busqué la estación de Rock encontrándome con "Don't Stop Me Now" de Queen; subí el volumen ya que parte de la letra coincidía con mi vida ahora: Estoy flotando en éxtasis gracias a Michael. Cuando la canción acabó me quedé con ganas de seguir escuchando a mi banda favorita, cuando llegue a casa pondré la música en alto para poder cantar y bailar a todo ritmo, odio que no estén sacando discos, quiero decir, es una nueva década, son mis ídolos, ¿qué esperan?
Cuando llegué a la empresa, me estacioné, tomé mis cosas y bajé, caminé hacia la entrada, y sin prestar atención a las miradas, caminé hacia el ascensor. Entré presionando el botón diez, y mientras esperaba, mi corazón latía con mucha fuerza por alguna razón. Respiré hondo y exhalé por la boca, repetí una y otra vez el procedimiento, y cuando las puertas se abrieron en el piso indicado, salí caminando por el pasillo, hice mi bolso hacia adelante para sacar la tarjeta pero al acercarme a la puerta, noté que estaba un poco abierta. Esto es raro. Seguro la señora de limpieza dejó abierto, si, seguro es eso. Junté mis dedos en la fría madera y empujé suavemente, asomé mi cabeza mirando a todos lados pero estaba despejado. Empujé más la puerta dejando pasar mi cuerpo, caminé de forma sigilosa hacia mi oficina... esto es ser paranoica, es como si me encontrara en una zona restringida o algo parecido. Al llegar a mi oficina, escuché susurros no tan discretos provenir de la oficina de Michael, miré que la puerta estaba igual que la de la entrada, me acerqué y pegué el oído a la puerta.

Risas.

- No puedo creerlo...- Silencio. Mi corazón latió con más fuerza. - De verdad que no puedo creerlo, ¿cómo...? ¿Cómo pudiste hacer eso?

- ¿Hacer qué? - La voz rasposa de Michael atravesó mis oídos.

- Tú sabes, cariño. - Sus tacones sonaron. - Se te da bien el fingir, ¿has pensado hacer películas?

¿Fingir?

Silencio.

- No puedo creer que fingieras todo este tiempo, quiero decir, ambos estábamos bien todo este mes...- Agregó, mi sangre comenzó a helarse. - Déjame contarte la historia, ese primer día, aquél día de la presentación, ambos supimos que tendríamos algo candente...

Sus primeros coqueteos se me vinieron a la mente.

- Pero entonces la estúpida de Katherine Ferrer apareció en tus narices, tú y yo hablamos en el estacionamiento antes de que entráramos a la empresa, entonces, ¿por qué no fui yo la elegida? - Silencio. - No creí que Katherine llegara a meterse contigo pero me quedó claro por sus mejillas sonrojadas...