Capítulo 18

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  — ¿Qué dices? — Le pregunté sonrojada. Sentí un enorme calor cubrir todo mi cuerpo tan solo por imaginarme teniendo sexo de nuevo con Michael. Él me sonrió con esa maldita picardía que tanto me volvía loca.

— Lo que escuchaste, Katherine. — Lo miré a los ojos, cuando parpadeó, de repente sus pupilas estaban dilatadas, fundidas por el deseo que hace mucho tiempo no veo. De inmediato, el calor se convirtió en excitación, llevándolo a mi ingle.

Tragué. Hace tiempo que he querido hacer esto, saciarme, aplacar mi sed pero los nervios se han puesto en mi camino. Michael seguía mirándome de esa manera, de la manera que tanto me encantaba... ¿Qué hago? ¿Aprovecho esta oportunidad que se me ha sido dada? ¡Obvio!

— No estarás hablando en serio. — Le dije para incitarlo. Él se acercó a mí con una sonrisa dejándome claro que si lo decía en serio.

— Te probaré que lo digo totalmente en serio. — Sin decir otra cosa, me besó.

Sus labios se juntaron contra los míos. Abrí mis labios para darle acceso. Su labio inferior entró y me atrapó en un beso apasionado, con su mano derecha me acercó más a él y profundizó el beso. Joder, si. Después de una eternidad estoy sintiendo sus labios suaves y esponjosos violar los míos. Di un respingo cuando su mano izquierda me tomó de la cintura para aferrarme contra su cuerpo. Puse mis manos en su hombro y disfruté del beso más necesitado del mundo. Mi corazón latía muy fuerte, sentí mariposas salvajes en mi estómago y una felicidad crecer en mi interior así cómo la excitación dominaba todos mis sentidos. Y más con el sonido de nuestros besos. Él me apretó con fuerza provocando que me subiera a horcajadas sobre él. Michael gruñó de felicidad.

— No... sabes... cuanto... te he extrañado. — Dijo entre besos. Sonreí y lo besé más fuerte. Lo que él no sabe es que lo he extrañado más de lo que extraño a mis padres.

Puso ambas manos en mi cintura y me pegó a él, dejó mis labios y comenzó a besar deseosamente mi cuello. Hice a un lado mi cabeza para que pudiera disfrutar de esa bella sensación. Enterró sus dedos en mi costillas. Gemí. Sus manos sacaron la blusa de mi pantalón y la subió hasta sacarla por mi cabeza. Abrió los ojos y me miró los senos. Éstos brillaron al verlos. Sonreí. Depositó un beso en cada uno y me sonrió. Se veía tan contento.

Quise tomar un momento el control, me acerqué a él y besé tiernamente sus labios, bajé a su cuello y besé con dulzura. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No sé cómo rayos pude estar tanto tiempo alejada de él. Respiré hondo para calmarme y así no ponerme a llorar. Coloqué una de mis manos en su pecho y desabotoné agilmente su camisa, lo abrí y lo halé fuera de sus brazos.
Me hice un poco hacia abajo y besé su torso. Joder, olía tan bien. Era la gloria. 

Michael tomó el broche del sostén que estaba ubicado entre mis pechos y desabrochó agilmente. Mis senos fueron liberados frente a sus ojos y con uno de sus dedos acarició mi pezón y luego pellizcó. Gemí. Acercó su boca a mi seno izquierdo y lo tomó, la punta de su lengua lamió mi pezón y luego mordisqueó suavemente. Solté otro gemido. Debajo de mí, todo estaba increíblemente caliente. Podía sentir su erección crecer con cada mordida que me daba. No puedo mas. Lo quiero dentro de mi ahora.

— Michael, hazme tuya. — Le pedí entre jadeos. Él sonrió dejando mi teta en paz. Con su brazo derecho me envolvió en un abrazo, me atrajo hacia él y me besó en los labios con dureza.

— ¿Cuánto lo quieres? — Me preguntó mientras me devoraba la boca. Moví mis caderas circularmente para que supiera o se diera una idea de cuánto.

Gemí.

— ¡Muchísimo! — Grité en su boca. Él gruñó satisfecho. Michael me acostó sobre el sillón con suavidad, me sonrió malévolamente y con su dedo índice y pulgar desabotonó mi pantalón, bajó el cierre y después haló el pantalón hasta dejarme en bragas. Mordió su labio al analizarme.

#1 Mi Cuerpo en tus LabiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora