Capítulo 17

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  No quise mover los labios, porque si lo hacía, no iba a querer parar. Voy a querer saciar toda la sed que he tenido desde hace un mes, pero se me hacía difícil por sus labios suaves y esponjosos que aún estaban sobre mí. Sus manos se colocaron en ambos lados de mi rostro, movía lentamente sus labios para incitarme a mover los míos pero traté de no dejarme llevar, me hice recordar todo lo que ha pasado en todo este tiempo y entonces, me obligué a separarme. 

Fue como una guerra mundial. Luche contra mi corazón, con todo lo que sentía por él y casi de manera imposible, aplicando demasiada fuerza de lo normal, traté de apartar su duro cuerpo. Él reaccionó con más fuerza, sentí como se me salía el alma al empujar y cuando logré zafarme de su agarre, di un paso atrás. Él me miró a los ojos mordiéndose el labio, quería decirme algo o hacer algo pero se estaba debatiendo si debía hacerlo o no. Miré sus labios húmedos, lucían suaves como la seda, mi piel se erizó con solo verlo y sentí la necesidad de besarlo y mostrarle cuanto le he extrañado. 

Después de unos segundos, aún mirándome a los ojos, se acercó lentamente. No tengo el ánimo de moverme. Respiró hondo y entonces me habló.

— Dime en lo que estás pensando, Katherine. — Dice con voz ronca, cuando vio que no contesté, agregó: — ¿Sabes? Las palabras son muy poderosas. No tengas miedo de decirme lo que piensas.

Reí dentro de mí. Si algo he conocido de él, es que tiene un lado dominante. Solo con mirarle a la cara te intimida y te hace replantearte lo que le vas a decir. Es un loco de la perfección, quiere que todo se lleve a cabo como él lo dice y de verdad, no pongas peros, simplemente hazlo. Quiere controlar todo, todo, todo, perfeccionarlo y que nada, absolutamente nada esté fuera de sí. Lo miré a los ojos. Ahí está. Sus estanques marrones estaban mirándome directamente, intimidándome; estaba replanteándome la cuestión de responderle y si no lo hago, ¿me hará una cuenta regresiva?

— Estoy pensando en que eres un idiota — Le dije sin mirarle a los ojos, quizás si le insulto un par de veces él deje de estar interesado en mí. — Un imbécil también...

— Esto no tiene sentido. — Dijo negando con su cabeza. Se pasó sus manos por su cabello, exhalo y me miró. — Sé que he sido un idiota, lo acepto, pero no sé si estamos en la misma página.

¿En la misma página? Sea como sea es la misma página. Lo fulminé con la mirada.

— ¡Joder! Claro que lo estamos, Jackson. — Me quité el saco y lo aventé a los sillones. — Solo te dije que quería una relación de trabajo y tú te pusiste dramático. Mira lo que has hecho con la puta de Elle.

— ¿Qué he hecho según tú? — Subió las mangas de su playera hasta los codos, me miró serio y esperó a que respondiera.

Puse los ojos en blanco.

— ¡Follártela, cogértela, cual quiera que sea la puta palabra! — Grité. Lo bueno que este piso estaba protegido, quiero decir, es aprueba de sonidos. Miré cómo fruncía el ceño, una vena sobresalía de sus sienes, estaba apretando su mandíbula y noté que estaba conteniendo su enojo.

Explotó.

— ¡Esa puta boca! — Gritó y después golpeó la pared con su puño izquierdo. — No lo he hecho, Katherine... ¡Joder!

Reí. 

— ¿Me estás tomando el pelo? He visto como la puta de Elle sale excitada de tu oficina de mierda... No juegues conmigo Jackson.

— ¡Katherine! — Gritó enojado — Cuida. Tu. Puto. Lenguaje.

Su pecho subía y baja salvajemente. Traté de tranquilizarme, estaba diciendo palabrotas tan temprano y creo que eso no es de una dama. Caminé hacia uno de los sillones pasando a su lado, me senté y cerré los ojos para que pudiera relajarme. No llegaremos a ningún lado si seguimos discutiendo de esa manera. Escuché sus pasos acercarse y después como el peso de su cuerpo hacía sonar la piel del sillón. Abrí los ojos. Me estaba mirando.

#1 Mi Cuerpo en tus LabiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora