#1 Mi Cuerpo en tus Labios

Capítulo 21

Había tenido una noche muy activa, demasiada activa diría yo. Grité tanto como si me encontrara en un concierto o algo así, y probablemente bajé un par de kilos. Sé que es de mañana porque un rayo de sol que entra por la ventana me pega directamente en la cara, sin embargo, no quiero abrir los ojos por nada del mundo ya que los siento como piedra. Cerré los ojos a las cuatro de la mañana cuando nos quedamos sin energías y calculando, puede que haya dormido cinco horas o menos. Sé que Michael no se enojará si llego tarde al trabajo... Esperen, Michael se quedó esta noche. Traté de abrir los ojos pero apenas y los pude mantener abiertos, estiré mi brazo y busqué su cuerpo pero lo único que pude sentir fue las frías sábanas. Que se joda. Seguiré durmiendo... ni que sea un día importante. Escuché la puerta abrirse ¡Ay no! Tal vez finja que estoy muerta. Los pasos se escucharon acercarse a la cama, el aroma a vainilla inundó mis fosas nasales y el magnetismo que solo sentía con una persona me hizo atraerme. Sonreí.

- Despierta, bebé. - Escuché su suave voz llamarme. ¿Qué? ¿Me ha llamado bebé? Me tapé la cara con la sábana. - Feliz cumpleaños a ti, - Comenzó a cantar - feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querida Katherine, feliz cumpleaños a ti...

Abrí los ojos de golpe, me destapé y lo miré. ¿Qué? ¿Hoy es mi cumpleaños? Negué con la cabeza confundida y lo miré sacada de onda. Miré el despertador y vi que eran las nueve de la mañana.

- Hoy no es mi cumpleaños... - Le dije burlona. Él sonrió y miró su reloj.

- ¿Desde cuando no miras el calendario? - Arqueó una ceja y me enseñó su reloj - Hoy es 29 de Mayo.

Grité.

- ¡Dios mío! - Me aventé a su cuerpo - ¡Gracias! Joder... no lo recordaba.

- Feliz cumpleaños, pequeña hermosa mujer. - Me abrazó y luego juntó sus labios con los míos. Que hermoso detalle. ¿Cómo es que olvidé mi propio cumpleaños? Claro, he estado muy ocupada pensando en él que me he olvidado a mí misma.

- Gracias - Dije con ternura - Es muy lindo de tu parte. Por cierto, ¿estabas abajo con Madisson?

Sonrió dándome otro beso.

- Sí. - Me dio otro beso - Será mejor que te arregles porque te he dejado muy mal... y luego bajas, te estaremos esperando.

Me guiñó el ojo, tomó mi labio inferior y mordió. Asentí. De su bolsillo sacó mi teléfono y me lo dio. Se puso de pie, caminó hacia la puerta y salió dejándome sola. Miré el teléfono y vi que habían llamadas perdidas de mi madre. Será mejor que la llame. Marqué su número y esperé a que respondiera.

- ¡Mi cielo! - Gritó emocionada - ¡Feliz cumpleaños!

- ¡Gracias, Mamá! - Le dije con lágrimas en los ojos, ya extrañaba escuchar su cálida voz. - ¿Y papá?

- ¡Pegado al teléfono! - Ríe - Te lo paso... contesta viejo...

- ¡Hola, hija! - Dijo emocionado - Muchas felicidades, ojalá estuviéramos todos juntos pero pronto será.

- Gracias, Papi. - Limpié la lágrima que escurrió de mi ojo - Pronto nos veremos, lo prometo.

- ¿Cómo está mi otra hija? - Sonreí.

Me alegra mucho que llame hija a Madisson, pues si, ella es como mi hermana.

- Muy bien, creo que pronto tendré cuñado. - Reí. - Está abajo con Michael...

Me golpeé mentalmente. No debí decir eso.

- ¿Quién es Michael? - Preguntaron los dos. ¿Qué le digo? ¿Mi Jefe? ¿Mi amigo? ¿Quien me folló anoche?