Capítulo 20: lo especial del zoológico

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 Era sábado, hoy nos encontraríamos con Heily en Open Park, pasaría una tarde entretenida a decir verdad. No pisaba un zoológico desde mis 14 años.

Todo lo que yo hacía o dejaba de hacer siempre tuvo y tiene una razón. Mi tío era amante de los leones, apreciaba su fina calma y gran paciencia, sus agiles movimientos y liderazgo. Solía llevarme seguido, los observábamos en su tranquilo esplendor. Cuando murió, visite por última vez a aquellos apasionados animales que se parecían tanto a él. Aspecto tranquilo con la capacidad de ser una furia en cuanto se lo planteasen.

En el tiempo transcurrido he llegado a la conclusión de que los miedos se vencen mejor estando en equipo, siendo acompañado por alguien. Uno tiende a mostrarse fuerte ante los demás. Las cosas no nos afectan del mismo modo que de estar solos.

Hoy vencería una barrera invisible que fue colocada por mí ante ese lugar. Tendría unos recuerdos nuevos, recuerdos felices con personas a quienes quiero.

Habíamos quedado con Heily a las 15:00, en este momento eran las 13:00 y hacía un gran esfuerzo por tragar un sándwich, los nervios presionaban mi boca del estómago haciendo que se cerrase.

- Mantén la calma, no es tan malo – mi madre apareció por el portal de la cocina, de no ser por sus palabras me hubiera llevado un buen susto.

- Sabes tan bien como yo el motivo por el cual no he pisado un zoológico en años.

- También sé que las fobias son malas.

- "también sabes" que lo que tengo no es una fobia. La fobia se define como miedo irracional hacia algo o alguien. Aún puedo ver a los zoológicos u oír el nombre sin necesidad de asustarme.- se había convertido en un juego de quien sabe o no que. Mi madre era médica y bien distinguía que yo no poseía una fobia. Solo lo hacía para picarme.

- Tienes razón. Pero aún así sigue siendo irracional el que no pises un lugar por los recuerdos. Todos los recuerdos que tienes de él, antes de la muerte de tu tío, eran buenos, divertidos.

- Ya entraré en un zoológico hoy, puedes dejar de agobiarme desde temprano.

- Si tienes todo superado, entonces no será un gran problema comer.

Y allí estaba la trampa, hacía que me muestre superada, hacía que me ponga en posición segura para que luego lo demuestre. Pero el sándwich seguía sin atravesar mi garganta, no podía tragarlo pero aún así lo hice. Para demostrarle que estaba bien, y por el simple y placentero hecho de ganar.

A las 14:00 me metí a la ducha, 14:20salí. Tomé una camiseta azul lisa de mi armario, me puse una calza negra y unos borsegos. ¿Qué me faltaba? Lo de siempre, una camisa.

Me pinte con un delineado negro y un poco de rímel en mis pestañas. Común. Normal. Quizá recurrí un poco a la rutina, quizá y solo quizá eso me ayudaría. La gente que sigue una rutina lo hace para sentirse segura, lo distinto es desconocido y a algunas personas eso suele causarles temor. Yo no era así, pero en este momento me encontraba asustada, asustada de que toda la verdad me golpeara como siempre lo hacía, con temor de que el dolor volviera con más intensidad.

14: 50 tomé mi Ducati y me dirigí a Open Park, cargaba con una mochila azul marino, mi teléfono, auriculares, cámara y dinero iban dentro.

Se sentía como la primera vez en que quedé con Heily. Mi nerviosismo aumentaba a medida que las puertas del Open Park quedaban cada vez más cerca.

Iba controlando la hora, era una mera manera de sentir que tenía poder sobre algo.

A las 15:00 estaba entrando, tan puntual como ellos solían serlo.

Tentación MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora