(21) La carne es débil

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Así como vine a mariconear aquí mis tristezas amorosas hice lo debido con las mosqueperras y mi mejor amigo en un café la noche del lunes. A todas les dio ternura eso de que terminé llorando pero una copas después me agarraron de carrilla. Aún así me sentí liberada. Pues ayer, al salir de mi trabajo, cuando iba caminando hacia el coche, me topé con una mujer exuberante. Era una rubia hermosa, alta, como de 1.80 vestía un saco gabardina color oscuro, con unos pantalones a rayas del mismo color. Vino hacia mi muy decidida y me dijo: "¿Cassandra?" yo instintivamente me hice para atrás porque ya había oscurecido y temía un secuestro. "¿Sí?" Sonrió bien esplendorosa y continúo: "Hola (me estrechó la mano) soy amiga de Gerardo y vine para que tomáramos una copa". Me quedé sin habla porque de verdad era hermosa, me puse toda roja y lo que hice fue disculparme un momento, pedirle un minuto para hacer una llamada. Muy correcta ella asintió y dijo que me esperaba más allá mientras se alejaba fingiendo que sacaba su cel. 


Entonces le llamé a Gerardo: "¡¿Qué te pasa, cabrón?! ¡Te la mamaste, guey! ¡Cómo se te ocurre, pendejo!" Gerardo en cambio se atacó de la risa. "¡No mames, guey qué te pasa?! ¡Pinche puto!" claro mientras le decía eso miraba a la chava y ella me miraba a mi como riéndose. "Mira, Cass es una de mis mejores amigas. Es un regalo, tómalo, no te hagas la santa y no seas pendeja, orale babosa, quítate las algas marinas que has de tener ahí" "¡No mameees, pinche pendejooo, guuuey!" (al mismo tiempo que me humedecía los labios). Aquel idiota se seguía riendo y como sabía que no iba a ganar al hacerlo sentir mal concluí: "¡De perdido me hubieras avisado!". Colgamos y me dirigí a la chava, ella a su vez vino hacía a mi. "¿Cómo te llamas?" "Nicole". "Hola, Nicole, oye qué pena, guey, Gerard es un baboso. ¡Ay, que pena! Es que en serio no puedo. Lo siento". La chica con una normalidad de aquellas me escuchaba como si yo le hubiera dicho que me gustaba ponerle queso amarillo a los sandwiches.


Cuando terminé mi escusa nerviosa me miró con esos ojos azules hermosos como canicas y me dijo: "Bueno, como quieras, no te puedo obligar... pero son cuatro horas que ya tengo agendadas... sí me entiendes...ya está hecho el trato.." "Ah, no hay pedo guey, o sea yo te hago un depósito, ¡qué pena, guey! Ya conoces a Gerard".. "No, no me expliqué bien. Ya está hecho el trato. Tengo dos opciones, o me quedo sola en un café a esperar o te vienes conmigo y aunque sea platicamos". ¿Qué se hace en esos casos? ¿Con ese pinche forro, todo pagado? ¿Dejarla sola? ¿A su suerte? Obvio no, ante todo soy una dama. Así que accedí a tomarnos una copa por ahí en un barecillo fashion y que me vieran entrar con ella, obviously. Nos fuimos en su coche. Comenzó una cervecita y luego otra mientras platicábamos de Gerard y sus pendejadas, de cómo nos conocimos y lo que lo he hecho sufrir, todo súper ameno. Pero mientras más cerca estaba y le empinaba al tarro más me iba calentando. 


El detonante fue: "Oye Cass, eres muy linda y muy simpática, Gerdardo tenía razón". Derretida oficial. Nos besamos (aún no sé si estaba permitido o accedió por ser caso especial). Y ni lenta ni perezosa cambié de opinión pues a quién le dan pan que llore, ¿verdad?. "Oye, es que nunca he hecho esto, te lo juro". Pagó y nos fuimos a la oficina (así le llaman a los departamentos que les monta la agencia para sus citas, a menos que el cliente tenga un evento público o una idea mejor). Están en una zona bien nice y como el portero sabe todo el business es super discreto y privado, nadie se entera. Arribamos a la Nave 3 depa 37. En cuanto cerró la puerta, Nicole ya me estaba quitando la ropa. Lesbiana. Comenzamos. Me bajó los pantalones y me metió mano bien bonito, yo aproveché las influencias y la besaba en la boca (eso me pone ¿ y qué?) si tenía un precio extra pues que el pendejo de Gerard pagara, total.


Lo hicimos dos veces (¡chingadamadre por qué perdimos tanto tiempo en el bar!) una de pie, a media luz, y la otra en la cama (la más salvaje) a oscuras. El cuerpo de Nicole es envidiable, obvio, y no sé qué me gustó más si su forma de llevarme o su cabello largo desparramado sobre mis pechos y mi abdomen. Cuando terminó yo estaba super excitada. Y mientras mi sexo seguía dilatado, caliente, acalambrado y tembloroso ella se puso de pie, abrió su bolsa y sacó un porro que me ofreció y rechace. Después nos reímos ¿quién no se ríe después de tener sexo? En su bolso alcancé a ver una pistola y me inquiete. "¿Andas armada?" "Sí, tranquila. A como está la situación nos enseñaron a cargar cartucho, pero por suerte no te tenido que usarla, me asignan más mujeres ahora". "Ah" le dije mientras la veía fumar y esperaba a que mis altas se bajaran. Como ya me sé las reglas no hice más pedos. No saber el nombre de real de Nicole, ni preguntarle nada personal.


 Antes de que la hora número cuatro terminara (lo que es saber hacer su chamba) ya estaba en el estacionamiento del centro comercial de mi trabajo despidiéndome de ella. Gracias y fue todo. "Eres linda" fue lo que me dijo antes de arrancar. Para que entiendan un poco mejor Gerdardo es un escort, o sea prostituto ambos sexos. Lleva cuatro años en el negocio. Todo comenzó cuando él estudiaba música y por las tardes daba clases de guitarra; hasta que un día, una de sus clientas, la mamá de su nuevo alumno, después de verlo de arriba a abajo le ofreció trabajo en algo discreto. Bastó que probara una vez para quedarse en el puesto y le va re bien. En una cita buga gana 1. 700 por tres horas. En una gay 3, 600 con derecho a todo. Y aunque infinidad de veces cotorreabamos con el asunto, tuvo que verme echa un mar de lágrimas (LOL) para tomársela muy en serio... y estoy ¡tan agradecida! ¡Un detalle así se agradece, ¿no?! Mientras tanto el viernes cita con el ginecólogo. A la chingada, el precio del placer.


Años sin hacer nada (Tema lesbico)-completo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora