•Lα cαrtα• ||Alan Navarro •CD9•||

21→ "¿Por qué?"

Narra _____:

Desde que llegué al instituto todos estuvieron muy raros y Gus no dejaba de molestar desde que me había visto.

-¡Por favor _____! ¡Tienes que decirle a Alan que tu eres su anónima!- Me suplicó.

-Gus, no entiendo tu insistencia, ya te dije que no- Bufé caminando hasta la clase de literatura.

-¡Por favor!- Me detuvo del brazo.

-¡¿Por qué quieres que se lo diga?!- Le pregunté irritada.

-¡Porque si no lo haces ahora, otra chica se lanzará a Alan y le dirá que ella es su anónima!- Exclamó.

-Tengo que ir a clase, Gus- Suspiré y caminé más rápido a la clase de literatura.

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En receso, Gus siguió suplicando y entonces llegaron los demás chicos y se sentaron al lado Marian y Johanna. Las demás estaban pidiendo su almuerzo.

-_____, apoyamos a Gus. Creemos que es necesario que le digas ya a Alan que tu eres su anónima- Habló Jos con una mueca de preocupación.

-¿Por qué tanta insistencia?- Bufé.

-Porque no tengo un buen presentimiento en este momento- Tragó saliva- Algo va a pasar y tienes que ir con Alan ¡Ya!

-Jos, estás paranoico- Rodé los ojos.

-_____, por favor...- Lo interrumpieron las chicas.

-¿Saben que va a pasar en las canchas? Hay millones de chicos rodeándolas y Alan está en medio- Habló Giovanna sentándose al lado de Johanna.

-Te lo dije- Habló Jos y él junto con los chicos salieron corriendo a las canchas.

Las chicas tomaron sus almuerzos y me acompañaron a ver que pasaría.

Todos estaban círculo, observando a Alan. Yo estaba confundida, al igual que mis amigas y me abrí paso entre la gente para ver mejor. Gus llegó a mi lado igual de confundido que yo.

Entonces todas las miradas se posaron en la puerta de 3°C.

América Garcia venía saliendo de allí con una gran sonrisa en el rostro y por un momento el pánico llegó a mi de a montones.

América se acercó a Alan con una sonrisa tímida y se posó frente a él.

-Esto es difícil, pero... Yo soy tu anónima- Cuando dijo, ahogué un grito y tapé mi boca- Y como sé que no me crees, te recitaré un poco de la carta- Aclaró su garganta-
«Tal vez pienses que es algo estúpido, pues nunca te hablé y te estoy confesando todo esto por medio de una carta, pero ambos sabemos que si te lo estoy diciendo por aquí, es porque nunca me animaré a confesarte lo que siento...- Y entonces... Alan la besó.

Y mi corazón no pudo romperse más.

Una lágrima resbaló por mi mejilla y salí corriendo antes de que las demás salieran.

Llegué al patio y me tiré al césped a llorar. Me coloqué en posición fetal y me solté en llanto.

¿Por qué? ¿Por qué me pasaba esto a mí? ¿Por qué todo tenía que ser tan injusto? ¡Yo era su anónima, no ella!

«Tu tienes la culpa. No quisiste decirle a Alan que tu eras su anónima. Acéptalo»

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