Narra _____:
Las amigas de América llevaban días molestándome y la verdad es que ni siquiera entendía la razón. Se supone que eso ya había quedado en el pasado, además eso era un tema en el que ellas no deberían de meterse, solo eran unas habladoras.
Ayer en receso me habían estado lanzando indirectas y todas nos molestamos, hasta Vianey les hizo mala cara, y eso que ella nos odia.
Más de una vez reconsideré el levantarme y darle su merecido a cada una, pero no iba a demostrar que me molestaba lo que decían, así que simplemente las ignoraba. Claro que si pensaba decirle a América que le dijera a sus tontas amigas que se calmaran o iba a ser peor, pero yo no quería hablar con América ni mucho menos, así que mejor que ellas hablaran hasta que les quedara claro que solo hacían el ridículo; después se cansarían de tanto insultar.
~*~*~
Alan no había estado viniendo a la escuela, y eso para las amigas de América era una gran ventaja. No había momento en el que no me molestaran.
Estaba en clase de Español, y de hecho en esta clase se encontraba la abeja reina de las amigas de América. Llevaba toda la clase mirándome feo y no es que me importara, pero si me incomodaba. Estaba dos bancas al lado de mí y de alguna manera se las había arreglado para que nadie le estorbara cuando me estuviera mirando feo. Estaba estresándome mucho y tenía unas ganas de pararme y gritarle mientras la golpeaba, pero por ahora eso solo eran fantasías. Además a mi no me gustaba ser así.
Al fin la clase finalizó y tomé mis cosas lo más rápido posible para quitarme su mirada de encima. Fui una de las primeras en salir de la clase y, desgraciadamente, detrás de mí venía ella. No es que me diera miedo ni mucho menos, sino que no quería tener que seguir lidiando con ella, porque enserio me hartaba el simple hecho de que me mirara feo.
Me dirigí a mi casillero para dirigirme a la siguiente clase, que gracias al cielo no tenía con ella ni con ninguna de las demás amigas de América.
Cerré mi casillero y la chica estaba parada frente a mi con las manos sobre la cintura y mirándome con una ceja alzada.
-Así que... ¿Hoy no vino tu noviecito?- Se rió en forma de burla.
-Alan no es mi "noviecito"- La miré incrédula- Solo estamos saliendo.
-Uy, lo siento, no era mi intención ofenderte- Alzó ambas manos, pero yo sabía perfectamente que se estaba burlando.
-¿Sabes? Me encantaría que te quitaras de mi vista y me dejaras pasar, a fin de cuentas no me importa nada de lo que me digas- Me encogí de hombros.
-Esta vez no está aquí Alan para "defenderte"- Se cruzó de brazos.
-¿Defenderme de qué? Jenn, esto no es una novela ni mucho menos, no vamos a iniciar una pelea porque ni tu quieres ni yo quiero, así que por favor, ya para- Le dije en suspiro cansado.
-Yo inicio una pelea si quiero- Alzó una ceja.
-Ya, por favor, solo déjame irme a mi siguiente clase, porque yo no voy a pelear contigo- Me pasé una mano por la cara, desesperada porque me dejara ir.
-No hasta que te arrepientas de quitarle el novio a América- Me miró seriamente.
-Jenn, no tengo porque arrepentirme, ¡yo no le quité nada! En todo caso es su culpa, porque ella se hizo pasar por mí- Me crucé de brazos- Y no voy a iniciar una pelea tonta, yo no me arrepiento de nada, porque amo a Alan y no le hice nada a América.
Y así di por terminada la conversación. Pasé por a un lado de ella y caminé hasta mi siguiente clase, sin siquiera mirarla, porque si ella creía que le tomaba importancia, entonces todo se tornaría peor y yo no quería problemas con ninguna de ellas. Estaba harta de ellas y sus tontas amenazas.
~*~*~
En receso, América había estado muy rara y al parecer desde que se acercó a sus amigas, ellas ya no me dijeron nada, aunque si me seguían mirando feo.
Me acerqué por un jugo y América se puso al lado mío. Suspiré frustrada y tomé el jugo antes de que empezara a insultarme como Jenn.
-_____- Comenzó a decir, pero empecé a caminar más rápido- Espera- Me detuvo por el brazo. Suspiré y me giré- A ti y a Alan se les da bastante bien evitarme.
-¿Qué es lo que quieres, América?- Me pasé una mano por el cabello.
-Quisiera... Quisiera disculparme por como se han portado mis amigas con Alan y contigo. Créeme que yo no sabía que ellas los estaban molestando y no quiero que piensen mal, solo están molestas, pero ya se les pasará- Se mordió el labio- Y me vengo a disculpar yo porque sé perfectamente que ellas no van a disculparse con ustedes, así que... Lo siento.
Me sorprendí completamente, porque sinceramente no me esperaba que América fuera a disculparse o algo por el estilo. No sabía si confiar en sus palabras, pero tenía que hacerme una pequeña ilusión de que no intentaba sabotear la pequeña relación que tenía con Alan.
No sabía que hacer ni que decirle ni mucho menos, así que opté por la única opción que tenía.
-Eh... Gracias- Le dije rascándome la cabeza.
-No quiero problemas con ustedes- Suspiró.
-Sí, ni yo contigo- Alcé ambas cejas.
-Entonces... ¿estamos bien?- Me preguntó con una media sonrisa.
-Eh... sí, claro, ¿por qué no?- Le sonreí.
Ella también sonrió, se despidió y después yo me fui con las chicas algo confundida por lo que acababa de pasar con América. Me parecía muy extraño que se haya disculpado, pero quien sabe y a lo mejor solo quería cambiar su forma de ser con nosotros.
~*~*~
Salí de la escuela y vi a Alan afuera, por lo que me pareció muy extraño, pues se suponía que estaba enfermo y en cama.
Me acerqué a él con una sonrisa, aunque estaba muy confundida igual.
-Alan ¿Qué haces aquí?- Le pregunté una vez que me acerqué a él.
-Vine por...- Tosió- por ti.
No pude evitar sonreír como tonta y sonrojarme demasiado. Esto debía ser un sueño, sin duda, pero si lo era, era un sueño del que no quería despertar jamás.
-Emm... Bueno, entonces vámonos- Le sonreí y él me devolvió el gesto, solo que tomó mi mano.
En todo el camino no pude dejar de mi mano entrelazada con la suya. Me parecía algo increíble que Alan y yo estuviéramos saliendo. Es como si todo fuera producto de mi imaginación y entonces me dieron ganas de llorar.
Lo había logrado. Había logrado que Alan se fijara en mí y que me viera no como una amiga, sino como algo más. Todo gracias a una carta; una simple carta que simplemente se me ocurrió mandarle en mis momentos de loquera.
Y enserio que no me arrepiento de haberlo hecho, porque si nunca le hubiera mandado esa carta, es posible que nunca se hubiera dado cuenta de que yo existía. Tal vez sí, tal vez no, pero si antes no se había fijado en mí... ¿por qué en ese momento cuando ni siquiera sabía quien era yo?
Aunque eso ya era pasado y estaba bastante feliz de que hubiera pasado esto.
Miré a Alan y él también me miró. Me sonrió y soltó mi mano para abrazarme por los hombros y besarme la frente.
¿Es que esto enserio era de verdad?
-Esto es de verdad, _____- Me dijo como si hubiera leído mi mente- Esto está pasando de verdad y todo es gracias a ti- Me susurró al oído- Ya entiendo por qué es que llamaste mi atención, y no por el hecho de que seas mi anónima- Cuando dijo eso, sentí como si mi corazón se detuviera.
Y por primera vez, me digné a darle yo primero un beso en la mejilla a Alan.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
ESTÁS LEYENDO
•Lα cαrtα• ||Alan Navarro •CD9•||
أدب الهواةÉl buscó hasta debajo de las piedras con tal de encontrar a la chica de la carta. Ella nunca creyó que él fuera a hacerlo... Hasta que lo vio con sus propios ojos.