•Lα cαrtα• ||Alan Navarro •CD9•||

54→ "Hoy era el día"

Narra _____:

Era Viernes y tenía una gran sonrisa en el rostro. Hoy era el día.

Hoy saldría con Alan.

Después de preguntárselo hace una semana y aceptara, toda mi vida se había vuelto, literalmente, de color rosa. Bueno, no tan dramático como para decir que se volvió así, pero enserio estaba bastante feliz. No podía creer que después de tanto tiempo, por fin Alan y yo fuéramos a salir juntos. Por un momento creí que lloraría de la emoción.

También hace una semana había llegado mi tía y llegó en el momento en el que Marian estaba aquí, así que ella no se pudo contener más y le contó a mi tía que había un chico en la escuela que "quería conmigo" y cosas así. Hasta mis primas de ocho años estaban emocionadas y yo moría de vergüenza en ese momento.

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Cuando mi tía se enteró de que saldría con Alan, me llevó a casi todas las tiendas de la ciudad a comprar ropa y Dulce y Marian me acompañaron. Las tres iban bastante emocionadas y yo estaba que me moría de los nervios. No sabía que iba a hacer allá y sinceramente cuando me dijo que él se encargaría del lugar y así, se lo agradecí muchísimo en el fondo. Además de que Gus me había dicho que Alan tenía pensado invitarme, así que por eso se había ofrecido a escoger el lugar y todo eso.

Cuando por fin entramos a una tienda que lucía más mi estilo, pude escoger un atuendo bonito. A las tres también les encantó como a mí e hicieron que me lo llevara. Era un vestido muy lindo color azul cielo que me llegaba abajo de la rodilla.

Llegamos a casa y Dulce y Marian subieron a mi habitación a toda prisa para prepararme para mi cita con Alan y yo enserio estaba que me moría de nervios.

Mis primas de ocho años también habían quedado encantadas con el vestido y decidieron ayudar también con mi atuendo para mi cita. Solo porque mi madre no estaba, sino también andaría con ellas.

Mi tía también se unió, pero primero hicieron que me bañara. Eso era genial, porque con todo lo que estaban haciendo enserio comenzaba a ponerme muy nerviosa.

Adentro del agua me relajé bastante y pude pensar con claridad las cosas. Y entonces me di cuenta.

Estaba a punto de ir a una cita con Alan.

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Mientras me arreglaban y cosas así, todas nos la pasamos riendo y bromeando.

Cuando se salieron para que me vistiera, no me dejaron mirarme al espejo, por lo que tuve que resistir la tentación de mirarme en el tocador que estaba enfrente de mí.

Me puse el vestido y las zapatillas doradas que nunca había usado y me entró el pánico cuando ya estuve vestida.

¿Qué haría? Alan siempre fue mi crush y apenas y podía mirarlo a la cara sin sonrojarme. Esta noche iba a ser bastante larga.

«Una vez que estés con él, todo va a valer la pena, créeme»

Sonreí y caminé hasta la puerta y entonces la abrí. Cuando todas me miraron, se sorprendieron y las gemelas soltaron un sonido de sorpresa, por lo cual me volvió a entrar el pánico. ¿Qué? ¿Acaso me veía muy mal?

-¿Qué? ¿Acaso me veo muy mal?- Pregunté con miedo.

-¿Qué? ¡Estás preciosa, _____!- Me dijo mi tía con una amplia sonrisa.

-Sí, concuerdo con tu tía- Me dijo Marian con una amplia sonrisa.

Todas me dijeron lo mismo y me sentí bastante halagada. Solo esperaba que Alan pensara igual que ellas, sino enserio me volvería loca, porque no fui de tienda en tienda buscando un atuendo lindo y que me gustara para ponerme.

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Ya eran las siete y media y se suponía que Alan ya debería de estar aquí. Algo dentro de mí comenzaba a decirme que no vendría y que me había dejado plantada, pero Dulce y Marian me daban ánimos para que no perdiera la fé.

La verdad es que ya me estaba hartando de estarlo esperando. Se supone que debería haber llegado por mí desde las siete.

Un nudo en el estómago se me comenzó a formar y las ganas de llorar eran demasiadas, pero no podía ni quería llorar. Alan vendría; Alan vendría.

Entonces sonó mi teléfono y vi que era el número de un desconocido.

Tomé el teléfono y después leí el mensaje.

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