•Lα cαrtα• ||Alan Navarro •CD9•||

48→ "Tiene que saber"

Narra _____:

Desde lo que pasó ya no volví a hablar con Kevin. En los pasillos ni siquiera lo miraba y en receso no lo saludaba y él ya no se sentaba con nosotros.

No voy a negar que sigo mal por lo que pasó, pero tenía que seguir adelante. La vida no se iba a detener por un chico.

Dulce me preguntó toda la semana que qué era lo que pasaba, y cuando Marian le dijo, por fin cerró la boca. Creo que comprendió que yo no quería hablar de eso.

Alan estaba algo raro desde esa vez y ahora me miraba bastante. Ya no hablábamos nada y volví a lo mismo de antes. Alan era mi crush de nuevo.

Al parecer eso no era tan malo... Pero tampoco tan bueno. Resulta que así no tenía que preocuparme por si la persona con la que estaba saliendo si era feliz conmigo. Pero el problema es que de nuevo me preocupaba bastante por Alan.

Las chicas se enteraron que de nuevo tenía un crush con Alan y se pusieron algo difíciles con ellas, pues cuando les dije, empezaron a decirme que ya era tiempo de que lo supiera, pero claro que no. Alan no iba a enterarse de nada.

Y por eso... Se molestaron bastante conmigo.

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Al parecer los chicos se pusieron en el mismo plan, porque ninguno dejaba de molestar con lo mismo, en especial Gus.

-¡Vamos _____! ¡Es momento de que lo sepa!- Insistió.

-¡No Gus!- Le volví a decir por décima vez- Ya te dije que no voy a romper el corazón de Alan. Además de que él nunca saldría conmigo, eso lo tengo bastante claro.

-Si supiera que tu eres su anónima, ten por seguro que Alan estaría enamorado de ti- Me miró alzando ambas cejas.

-Claro, y eso es posible- Rodé los ojos- Vamos Gus, conoces a Alan.

-Y porque lo conozco es porque te lo digo- Dijo desesperado- ¡Él estaría a tus pies si tú le hubieras dicho desde un principio que eras su anónima!

-Tú lo dijiste. Si le hubiera dicho- Suspiré- Alan y yo nunca vamos a estar juntos, y tu no le dirás nada.

-_____...- Quiso volver a protestar, pero me marché.

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Alan estaba al otro lado del patio.

Y estaba mirándome.

Y aquí estaba de nuevo ese nerviosismo incontrolable.

Estaba sola en esta clase. Sola literal, pues ninguna de mis amigas estaba en esta clase.

Yo ya no hablaba con Alan desde lo que dijo, y si antes no hablábamos casi nada, ahora si era nada absoluto. En los proyectos nunca nos tocaba juntos, en el pasillo apenas y me miraba y en clase... bueno... él estaba dos bancas adelante de mí, por lo cual él no me miraba.

La prefecta nos había dejado salir al patio porque no había llegado el maestro. La verdad odiaba que el maestro no llegara en esta clase, porque cuando nos sacaban, no había nadie con quien hablar y solo me quedaba sentada en el cesped, mirando a la nada y escuchando música.

Divisé a Kevin a unos metros dirigiéndose al baño, pero al pasar por el patio, volteó a verme. Era la primera vez en un buen tiempo en el que hacíamos contacto visual y se sentía algo incómodo. Kevin hizo una seña con la mano, como saludándome, pero lo ignoré y desvié la vista a otro lado. Y del otro lado estaba Alan, también mirándome.

Grandioso. Uno ya no podía voltear a cualquier lado porque su crush y el tipo que le rompió el corazón la miraban.

Me levanté y decidí irme a las gradas. Allí no había tanto ruido, podía estar sola y podía pensar.

Subí hasta lo más alto y me senté en el ultimo sitio. Una vez que llegué, apoyé mi barbilla en mis rodillas y cubrí mi cara con mis manos.

Bueno, creo que enserio era una mierda tener un crush, y también era una mierda haber salido con alguien que vería a diario en la escuela.

Alan me dejaba pensando en tanto.

A veces me ponía a pensar en que hubiera pasado si nunca lo hubiera conocido, y entonces me di cuenta de que si nunca lo hubiera conocido, no hubiera estado así. Puede que no hubiera tenido un crush y tal vez hubiera mantenido mi relación con Kevin.

Pero mi vida no sería tan arriesgada como lo es ahora. Sé que en este momento me duele todo lo que ya estado pasando, pero dentro de unos años me estaré riendo de esto. Me reiré de como amaba a Alan Navarro y entonces todo habrá sido solo una etapa de mi vida.

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Caminaba hasta casa. Hoy nos habían dejado salir temprano. Gus venía conmigo y se había puesto a hablar de la anónima desde que dejamos a Marian en su casa.

Comenzaba a hartarme, pero igual no le decía nada. Si peleaba con él, más complicado sería.

-Tiene que saber- Dijo de repente y entonces eso me hizo salir del trance.

-¿Qué? ¡No! ¿Qué demonios piensas? ¡Alan tiene novia, es feliz! ... ¿Y de la nada voy a decirle que soy su anónima? No, Gus, eso si no- Reí sin ánimos.

-Si no se lo dices tu, se lo voy a decir yo- Me miró seriamente.

-¿Por qué? ¡Gus, eso es mi decisión!- Exclamé molesta- Si se lo dices te odiaré, porque te lo dije con la intención de que guardaras el secreto.

-Lo siento... Pero tiene que saberlo- Y dicho eso caminó más rápido, dejándome atrás.

¿Qué mierda? Intenté alcanzarlo, pero me fue imposible, porque tan solo el distraerme un poco hizo que lo perdiera de vista.

Me entró el pánico. ¿Enserio Gus le diría? No... No lo creo, Gus no es así... ¿O si? No, claro que no. Gus nunca contaría un secreto que él juró no contar.

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Llegué a casa y no había nadie. Subí las escaleras y al llegar mi habitación, aventé la mochila a cualquier lado de la habitación.

Justo cuando me tiré en la cama, mi teléfono comenzó a sonar. No iba a contestar, pues era un número desconocido, pero terminé contestando.

-¿Hola?

-¿_____?

-¿Karen?- Fruncí el ceño- ¿Qué pasa? ¿Cómo conseguiste mi número?

-Eh... Una de tus amigas me lo dio, además de que... bueno, Gus está aquí y le dijo a Alan que tiene algo importante que decirle sobre su anónima- Y cuando dijo eso, la respiración se me cortó.

-No dejes que le diga nada, en un momento estaré allí- Colgué y salí disparada a casa de Alan.

Tomé mi bicicleta y pedaleé demasiado rápido hasta la casa de Alan. No podía permitir que Gus le dijera algo a Alan.

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Cuando llegué, aventé la bicicleta y corrí a la puerta. Pude notar que estaba abierta, así que no pensé en nada y solo la abrí.

Logré llamar la atención de Alan, Gus y Karen, y una vez que vi a Gus, los ojos se me llenaron de lágrimas.

Alan miró confundido a Gus y yo lo miré suplicando que no dijera nada.

-Gus, por favor, no hagas esto- Susurré logrando que alcanzara a leer mis labios.

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