capitulo 3

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-¿entonces aun tenes trabajo? –le quito a Diana el vaso de cerveza de sus manos y hago un fondo blanco. Como el día estaba algo caluros habían preferido ir a un bar en Plaza serrano que encerrarse en el after. Habían elegido una mesa de afuera y ya se encontraba cada una con un trago en la mano

-eso parece, lo que no se es para quien voy a trabajar ahora que no tengo jefa –le hago señas a una de las camareras para que se acerque a la mesa –tal vez y me quedo como secretaria de Tortonese padre.

-¿es agradable? –Melisa saca un cigarrillo y me le quedo mirando -¿demasiada tentación? –asiento y lo vuelve a guardar –odio que hayan dejado de fumar, me van obligar hacerlo y no tengo ganas de dejarlo.

-me quedo solo una hora más, hoy me toca cena con papá. Y respondiendo a tu pregunta, si, es agradable, pero no creo que pueda aprender mucho trabajando con él, es más un hombre de números que de creatividad.

-por eso deja a su hijo a cargo –comenta Andy mientras nos enseña la pantalla de su teléfono –lo estuve googleando, tiene títulos y posgrados como para decorar toda una pared, editor, redactor, publicista, una maestría en dirección y organización, todas realizados en el extranjero.

-déjame ver –Melisa le saca el teléfono pero está más interesada en la fotos que en sus títulos –no pude conocerlo hoy, tiene pinta de que te agarra y te parte en cuatro

-¿y eso es importante? –la regaña Andy

-para vos que tenes novio puede que no, pero para mí que estoy soltera, si

-sigue siendo tu jefe

-cállate, a ver Ámbar decime como es. Fuiste la que mas trato tuvo.

-no sé, tiene un poco de cara de forro

-¿forro? Hacete ver de la vista, mira la sonrisa que tiene –me muestra la pantalla de su celular, en la imagen esta Sebastián con unas gafas de sol riendo mientras conduce un barco.

-cuando sonríe se ve lindo –la camarera llega a la mesa y le pido un Campari –me voy al baño

-te acompaño –dice Diana y sé que se me viene el interrogatorio, espero hasta que nos alejamos un poco para hablar –a mi decime la verdad de lo que paso.

Entramos al baño, yo me meto en uno de los cubículos y ella se queda afuera –no te creas que no me di cuenta que el hijo te miraba con ganas de sacarte lo ojos. ¿Qué paso? ¿No te quiere como hermana?

-piensa que me curto al viejo

-para, para, para. Creo que me perdí de algo. ¿Por qué piensa eso?

-en la hora del almuerzo me cruce con Mateo en el ascensor

-¿Mateo?

-Tortonese padre, se llama Mateo, todavía no sabía quién era el, pensaba que mi vieja lo mando para que se disculpe, la verdad no lo quise escuchar y no lo deje hablar, la cuestión es que se me cayo la cartera, me agache para juntar todo y cuando me levante mi pelo se agacho en su cinturón. Cuando las puertas del ascensor se abrieron su hijo me encontró arrodillada como si le estuviera haciendo un pete.

-¡Noooo! –Escucho que se ríe a carcajada, me arreglo la ropa y cuando salgo la encuentro doblada de la risa -¡solo a vos te pasan esas cosas!

-para mí no es nada gracioso, encima Mateo no quiere decirle que sale con mi mamá, le pedí que al menos le aclarara lo del ascensor pero por lo hostil que estaba durante en la reunión me di cuenta que no le dijo nada.

-¿hostil?

-no te miento, cuando empezó la reunión el estaba seguro que la plata que faltaba me la había robado yo, por suerte apareció Mateo hizo las pregunta correctas y ambos se dieron cuenta que fue ella y no yo.

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