CAPITULO 23

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Sebastián

-tus zapatos, no te los olvides -los agarro de la parte de atrás y se los paso, ella los agarra, pero en vez de ponérselos los lleva en la mano y baja del auto.

-no me mires así, me duelen mucho los pies, además tu edificio esta ahí -me señala y comienza a caminar.

-espera, tengo unas zapatillas deportivas en el baúl -intento buscarlas, pero ella me detiene.

-Sebastián no seas pesado -me saca las llaves de las manos y retoma la marcha hacia mi edificio demasiado coqueta, varios de los encargados que se encontraban limpiando la vereda se le quedan viendo.

Corro hasta alcanzarla y le saco suavemente las llaves de la mano, ella se ríe y no me discute. En la entrada de mi edificio una señora está saliendo a pasear a su perro, Ámbar no deja de jugar con el pequeño caniche mientras mi vecina la mira debatiendo si es mi novia o mi conquista paga de la noche.

- Come on doll, i thought you were hungry (vamos muñeca, pensé que tenías hambre) -coloco mi mano en su espalda, prefiero que crea que ando con una pendeja a que se corra el rumor de que es una puta, pongo mi mejor tono meloso -tengo unas crepes de nutella que te van a encantar -Ámbar se despide del perro y me mira raro, como si sospechara lo que acabo de hacer.

-tu vecina va pensar que somos parejas -llama el ascenso y se me queda viendo.

-She can think whatever she wants (que piense lo que quiera) -las puertas se abren y nos subimos, marco mi piso y cada uno se queda de su lado del ascensor.

Llegamos a mi piso, salgo primero y ella me sigue. Mi departamento sigue vacío como lo vio hace unos días. No tuve ni ganas ni tiempo de ir a comprar muebles.

-espero que al menos tengas una cama -dice mientras camina hacia el balcón y abre la ventana para salir -la vista de esta calle es simplemente hermosa -levanta las manos para estirarse en poco y respira profundo.

-Your view is not so bad either. (tu vista tampoco está nada mal) -uso mi tono de voz ronco mientras me acerco, ella tiene las mejillas algo coloradas -los dos sabemos que no me réferi a la vista de su balcón.

-¿te molesta si me doy una ducha? Siento que apesto a sudor, cigarrillo y alguna mezcla de tragos que me tiraron en algún momento de la noche.

-la última puerta de la derecha, voy a buscarte una toalla -camina hacia donde le indiqué y al segundo se empieza a escuchar el agua de la ducha caer.

Podía acompañarla o prepara el desayuno, el desayuno es algo que haría un novio. Nosotros somos simplemente sexo. Busco una toalla para cada uno, no llamo a la puerta, simplemente abro y dejo las toallas en el perchero, me desnudo y me meto en la ducha

-te estabas tardando -fue ella la que inicio el beso, fue ella la que se colgó de mi cuello y comenzó a refregar su cuerpo contra el mío, fui yo el que la levanto y apoyo su espalda contra la pared, fue ella quien agarro mi pene y me guio hacia adentro. Fue ella quien llego al orgasmo primero, fui yo quien en un momento de cordura me salí antes de acabar adentro, fue ella la que tuvo la iniciativa de arrodillarse y dejarme terminar en su boca.

- that was fucking amazing (eso fue increíble) -la ayudé a pararse sentí el deseo de besarla, no sé porque, no es que estaba agradecido por lo que acaba de hacer, pero tampoco se sentía como un beso más. Pero sentía que si no la hacía iba a perder algo. Se sorprende un poco pero no se aleja, al menos no del todo.

-Sebastián el agua se está poniendo fría -interrumpió el beso y cerro las canillas, yo salí de la ducha tome una de las toallas y le pase la otra. Envolví la mía en mi cintura mientras ella se secaba su cuerpo.

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