Capitulo 26

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Sebastián

- ¿estás seguro que sabía que veníamos?

-Sí, hablamos en la semana y quedamos en que pasaba el fin de semana

- ¿y no se lo volviste a recordar? -Camila se estaba poniendo impaciente, comenzó a revisar en su cartera hasta que saco unas llaves -siempre tenes que confirmar con ella o al menos traer las llaves de emergencia sino corres el riesgo de quedarte parado por horas en la calle.

-para, probemos de nuevo con el timbre -Camila no me hace caso y abre la puerta de entrada sin pensarlo.

- ¿tenes miedo de encontrarla enfiestada con tres negros? -mi cara es de horror ante la imagen que se me acaba de instalar en la mente -Sebastián, ¡por favor! nuestra madre ni siquiera sale hacer las compras mucho menos va estar teniendo una orgia en su casa.

- you are the worst (sos de lo peor) -comenzamos a subir las escaleras. Mi madre vive en el barrio de San Telmo, en el primer piso de un PH demasiado grande para ella sola. Tan grande que es posible que por eso no haya escuchado el timbre.

- ¿Por qué esta todo a oscuras? -me acerco a una ventana para poder abrir las persianas y dejar que se ventile el ambiente.

-cuando Micaela se queda sola esta es su hábitat natural, como los fines de semana no tiene empleadas domésticas se hunde en su depresión. Vayamos a su cuarto que seguro la encontramos durmiendo.

Desde hace unos tres años Camila dejo de llamarla mamá para comenzar a usar su nombre. El mismo tiempo que se fue a vivir sola lo más alejada posible del barrio de mi madre.

Avanzamos hasta el dormitorio abriendo ventanas en nuestro camino, Camila es la primera en entrar, y efectivamente mi madre se encuentra durmiendo. Mi idea era despertarla tranquilamente pero mi hermana enojada con la situación se acercó a la ventana y con menor delicadeza del mundo levanto la persiana con todas sus fuerzas lo que hizo exaltar a mi madre.

-Micaela son las 11 de la mañana estabas avisada que íbamos a venir ¿Qué haces en la cama todavía?

-Camila, se acaba de despertar dale un minuto -no me hace caso sale enojada de la habitación, me acerco a mi madre para saludarla.

-buen día mamá, ¿te quedaste dormida?

-Sí, lo siento. Dame unos minutos para que me despierte -alcanzo su bata y la ayudo a levantarse de la cama. Esta demasiado delgada, demasiado pálida, demasiado... triste. Ella me agradece con una sonrisa y salgo de la habitación en busca de mi hermana.

La encuentro en la cocina sirviéndose una copa de vino blanco - ¿no es temprano para eso?

-cuando se trata de esa mujer nunca es temprano para comenzar a tomar, tenes que dejar de tratarla como un ser indefenso al que hay que proteger

- It's a helpless being! (¡es un ser indefenso!) ¡no la ves! ¡el divorcio termino de acabar lo que había de ella! Y soy al único en la familia al que le importa.

- ¡no Sebastián! Sos el único que no se pregunta cuáles fueron las causas del divorcio, o porque papá termino con ella. ¡te aseguro que ella se lo busco!

- ¡basta! Sea cual sea la razón, ella es nuestra madre y tenemos que ayudarla -Camila deja la copa sobre la mesa y camina enojada hacia la habitación comienza a revisar entre sus cosas. Hasta que encuentra frascos y frascos de píldoras

- ¡ella no quiere ayuda! ¡ella quiere andar dormida por la vida! ¡se quiere morir Sebastián! ¡morirse es lo que quiere! -con los ojos llenos de lágrimas se va de la habitación y luego escucho la puerta de entrada cerrarse.

conflictos de interesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora