capitulo 1

1.8K 91 4
                                    

Levantarme temprano definitivamente no es lo mío - ¡Mamá! ¿Dónde está mi ropa? -ella no responde, ¿Por qué no me responde? Salgo de mi cuarto con media cara maquillada, intentado sacarme mi pantalón de pijama

-¡oh por dios! ¡Estas garchando en mi sillón! -el sujeto que esta sobre ella se cae del sillón, intenta subirse sus pantalones pero al hacerlo vuelve a caer al suelo.

-¿Por qué traes hombres a mi departamento? ¡Lo que me faltaba! -me di media vuelta y volví a mi habitación. ¡Mierda! Todavía no sé donde esta mi ropa -vuelvo a salir y veo al tipo saliendo de mi departamento.

-solo quiero saber donde esta mi ropa, estoy llegando tarde al trabajo.

-la deje colgada detrás de la puerta de tu cuarto -intentó decir algo más y se lo impedí. No estaba de humor para que escuchar sobre su nueva conquista. Volví a mi cuarto, odiaba salir sin darme una ducha pero hoy iba ser uno de esos días.

Termino de quitarme m pijama y busco detrás de la puerta mi pollera negra y camisa blanca. La empresa en la que trabajo obliga todas las secretaria lucir igual, algo así como para recordarnos el lugar que ocupamos y que solo hablamos cuando se nos pide.

-¿seguís enojada? -Mamá me alcanza mi tarro térmico con café -pensé que ya te habías ido, por lo general a esta hora ya estás en camino.

-¿es lo que haces cuando me voy? ¿Traer tipos y cogértelos en mi sillón? -su mano tembló y por primera vez pensé que me iba a pegar una cachetada, respiro profundo antes de responderme.

-no me hables así, y no, no es lo que hago cuando no estás. Es la primera vez que...

-se me hace tarde. Sé que estas pasando por una crisis de mediana edad o lo que sea, y por mi podes hacer lo que se te dé la gana, pero no quiero levantarme y empezar a encontrar tipos semis desnudos en mi departamento.

Odio tener que hablarle así, pero a veces siento que ella es mi hija y yo soy la madre quejosa. Amo volver a tener ropa limpia cuando lo necesito o un plato de comida casera cuando vuelvo, pero ya no aguanto más esta situación, tiene que buscarse un lugar donde vivir. Tal vez pueda hablar con papá par que le dé una mano. Una vez más.

Prácticamente corrí para poder llegar a tiempo. Vivir a diez cuadras del trabajo tiene sus ventajas. Mi papá no lo ve así. Según el desperdicio mis estudios trabajando como secretaria cuando podría estar en cualquiera de sus empresas dirigiendo proyectos, cerrando tratos y haciéndome un nombre tan respetable como el de. Masoquista, así es como el me llama, porque siempre tengo que hacer todo de la manera más difícil

"Ámbar, cuantas chicas como tu mueren por que un padre pague su educación y vos elegís ir a una universidad pública"

"Ámbar, cuantas chicas como tu quieren un padre que les compre un auto y tu prefieres viajar en hora pico en colectivo"

"Ámbar, ¿Por qué trabajas como secretaria cuando acá tengo una oficina con tu nombre?

La respuesta a todo eso es: independencia. Nada en esta vida viene gratis, y si hay algo que odio es tener que depender de alguien. Por ejemplo mi vieja que se caso muy joven. Lo único que sabe hacer de su vida es ser una Susanita. Una mujer que vive por y para su familia, una mujer que con cuarenta 44 años, dos hijos crecidos y un nieto por venir se dio cuenta que no quería la vida que tenia, se divorció y ahora tiene que aprender a vivir de nuevo.

-hola Andrés -saludo al encargado del edificio, me entrega unos sobres y luego me señala su reloj

-ya se, es tarde. Decime que mi jefa no llego

conflictos de interesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora