CAPITULO 30

449 48 7
                                    


Una de las sensaciones más placenteras en la vida, es cuando llegas a tu casa te sacas el corpiño y te pones tu mejor ropa de ciruja. Por suerte no tuve que responder ninguna pregunta sobre Sebastián durante la cena ya que Paula se encargó de monopolizarla contando lo mucho que le gusta Tincho.

Comimos tanto que todavía siento que no me puedo acostar, comienzo a buscar en todos mis escondites algún cigarrillo de emergencia, pero no encuentro nada

La luz de mi teléfono indica que llego un mensaje, miro la hora, solo hay una persona que últimamente se dedica a escribirme a estas horas. Sebastián Tortonese

>>quiero sexo de reconciliación

Directo y conciso nada de palabras románticas, vuelvo a ser su Booty call.

<<son las dos de la mañana ¿qué clase de mujer pensas que soy?

>> The ones that i like (de las que me gustan), y te encanta mis proposiciones

Contesta rápido, eso suma muchos puntos.

<<te dije que Diana pasa a buscarme temprano.

>>si no hubieras ido a cenar con tu papá...mándale un mensaje y decile que vas directo, yo te llevo.

<<Sebastián es tarde, ya estoy en pijama.

>>y yo estoy justo en la puerta de tu edificio

Me cubro con las sabanas pensando que me está viendo en este momento en los peores harapos que tengo por ropa.

- ¡boba, no te puede ver! -me destapo y le respondo.

<<me estas jodiendo?

>>si, pero puedo estar en 5 minutos what you say? (¿qué decís?)

¿Qué le respondo? ¿Qué le respondo? Está actuando como siempre, como si la charla que tuvimos por la tarda no hubiera pasado

>> Fear o sex? (¿miedo o sexo?) - ¡maldito! No puedo acobardarme cuando me trata de miedosa.

<<vas a tener que prepararme el desayuno también, y no te hagas ilusiones en que me vas a encontrar con un babydoll rojo

>>negro?? Find you is enough (encontrarte es suficiente) En cinco minutos estoy ahí

¡Sebastián porque tenías que cagarla con cursilerías! Al menos las dice en ingles haciéndolo sonar menos empalagoso.

Salgo de la cama y comienzo con la revisión de daños. El departamento esta ordenado, mi cuarto es un desastre, junto toda la ropa y la meto como puedo dentro del ropero, lo que no entra va parar debajo de la cama. Me cepillo los dientes, me lavo la cara y trato de que mi pelo se vea medianamente decente.

El timbre suena, corro hacia la cocina para atender y en el camino me doy el dedo chiquito del pie contra el marco de la puerta, grito como si fuera el fin del mundo mientras atiendo el portero - ¡hija de puta! -le grito a la puerta.

-Ámbar, ¿estás bien?

-si, si. Decime que esta el de seguridad

-si, ya le hice señas y me esta abriendo, subo.

Camino rengueando hacia la puerta y la dejo entreabierta para que pueda pasar mientras yo me siento en el sillón y me lamento por mi golpe. No tarda mucho en entrar por la puerta sosteniendo una bolsa en una mano y flores en la otra. Son esos ramitos de Jazmines que suelen vender en la parada de los semáforos.

conflictos de interesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora