Maratón 3|3
Nota: en este capitulo las cosas se ponen INTENSISIMAS!!!..odiaran a james -.-
Capítulo 21.
Pasamos por unas calles bastante alejadas de donde yo acostumbraba a andar, los árboles rodeando las calles hacían que se viera todo más oscuro aunque fueran las once de la mañana. El auto se detuvo en un semáforo y James me miró nervioso, yo le sonreí. Unas cuantas cuadras más y entramos a una zona un poco peligrosa, había gente tirada en el suelo y parecían borrachos, los perros iban en manada ladrando de un lado a otro ahuyentando a la gente que pasaba, las paredes de las casas estaban rayadas con mensajes ordinarios y había edificios de tres pisos en pésimas condiciones. James se detuvo frente a una casa de aspecto pequeño, estaba pintada de color blanco aunque estaba muy desgastada. Una ventana estaba rota y tenía cinta adhesiva para que no se salieran los pedazos de vidrio. El "jardín" estaba lleno de tierra y solo había un árbol al costado derecho. Habían muchos niños en la casa de en frente y unas señoras en la casa de al lado conversaban apoyadas en sus escobas. James hizo una mueca y suspiró, luego me miró y abrió su puerta para bajarse, yo hice lo mismo y él caminó hasta la puerta de la casa blanca.
-No me esperaba que fuera así.
-¿Nunca habías venido?
-No. -Tocó el timbre y se oyeron unos pasos dentro de la casa, Victoria apareció tras la puerta.- Hola.
-Pensé que era una broma que vendrías.
-No lo era. -Dijo serio. Ella asintió y se hizo a un costado para que pasáramos.
-Pensé que vendrías solo.
-No piensas bien entonces. -Codeé disimuladamente a James y él me miró con una ceja levantada.- ¿Y bien?
-Bryan está terminando de vestirse. Eh, siéntense. -Ambos lo hicimos en un sillón grande y ella se sentó en uno individual. Se oyeron pasos en el pasillo.
-¿Has visto mi camiseta de...? Hola. -Saludó al vernos.
James se quedó mirándolo, vi brillo en sus ojos. Miré a Bryan, el niño era castaño como James, tenía el pelo corto y sus ojos eran celestes como los de Victoria y era de piel blanca como James. Sus ojos eran grandes y sus labios se parecían mucho a los de James, su expresión al fruncir el ceño fue ver a un pequeño James, y cuando le sonrió a su madre vi que eran realmente casi iguales.
-¿Quiénes son? -Le preguntó.
-Oh, eh...
-Soy James y ella es ______. -Él habló de lo más normal.
-Soy Bryan. -James le sonrió sin mostrar sus dientes.- ¿Has visto mi camiseta? -Volvió a preguntarle a Victoria.
-Bryan... Hay algo que tengo que decirte.
-¿Aún no le hablaste de mí? -Le preguntó James con el ceño fruncido.- Te dije hace tres días.
-No encontré el momento. -Le interrumpió Victoria.- Bryan... ¿Recuerdas que me preguntabas por tu papi?
-Sí. -Dijo el niño confundido.
-Bueno... James... -¿Realmente se lo iba a decir así como así?- Él es tu papi, Bryan.
-¿Tú eres mi papi? -Le preguntó el niño incrédulo a James, él asintió despacio.- ¡Te odio! -Le gritó y yo no pude evitar abrir mis ojos increíblemente grandes, Victoria me imitó y James lo miró con una ceja levantada.
-Me vale mierda. -Le respondió James y se puso de pie.- Vámonos.
-¿Qué? -Lo miré con los ojos bien abiertos. Me volteé a Bryan, él miraba con resentimiento a James.
-Bryan, ¿Qué te dije de odiar a la gente sin conocerla? -Le reprochó Victoria.- Discúlpate.
-No. -Dijo el niño decidido.- Tú no eres mi papi, mi papi viviría conmigo y me llevaría a comer a Mc Donald's y... -Sus ojos se pusieron llorosos. James cambió su expresión enojada a una culpable.
-Yo... -Comenzó.- Lo siento, podemos empezar de cero.
-¿De cero? -James asintió.
-Mira yo sé que no he sido el mejor pa... Papi del mundo. -Me reí mentalmente al saber que le costaba decir eso.- Pero... ¿Me dejas intentar?
El niño asintió y sentí como mi pecho se inflaba, Victoria sonrió y sentí lástima por ella, de seguro fue difícil para ella estar sola en su embarazo y durante lo que su hijo iba creciendo. Me negué a pensar en la opinión que James tenía de ella.
-Sí. -Le respondió el niño.- Lo siento... -Esta vez sí se disculpó.
-Bien, yo tengo que irme a trabajar así que ve tú que harás. -Le dijo Victoria.
-¿Y con quién se queda él cuando trabajas?
-Aquí, solo. No tengo para pagar niñeras ni empleadas. -Le dijo seria.
-¿Solo? ¡Es un niño! ¿Cuántos años tiene, eh?
-Dos. -Le dijo como si nada.- Cumplirá tres en un mes.
-Me lo llevaré, no puede vivir contigo si lo dejas solo. -La cara de Victoria se desfiguró.
-¿Qué estás diciendo? -Le miró sin poder creer lo que acaba de escuchar, yo me limitaba a solo mirar.- Brayan ve a tu cuarto.
-Sí, mami.
-¿Me estás diciendo que te lo vas a llevar? -Preguntó cuándo el niño ya no estaba con nosotros.
-Sí. No puede vivir con alguien que lo deja solo toda la tarde.
-Hay muchas mujeres que tienen que hacer eso para trabajar, James. Se llama sobrevivir, ¿Lo sabías? No todos tenemos el dinero suficiente para pagar niñera.
-No me importa, es mi hijo y no voy a dejar que lo dejes solo en una casa donde puede pasar cualquier cosa. -Victoria se rio.
-Escucha James, hagas lo que hagas tú no podrás quedarte con él. ¿Sabes por qué? -James no respondió.- Porque soy su madre y fui la que lo cuidó desde que nació y tú, tú no te apareciste luego de casi tres años. Eso, eso significa que tú no tienes ningún derecho. -James la fulminó con la mirada, Victoria tenía razón en lo que decía.
-¿Sí? Pero conmigo tendrá una buena vida.
-¡Conmigo también la tiene! ¡No le ha faltado nada nunca y no gracias a ti, porque tú nunca has estado para él! -Le gritó, estaba histérica. James iba a replicarle, pero yo le detuve poniendo mi mano en su brazo tirando de él para que me mirara.
-Creo que tenemos que irnos. -Le dije despacio, no quería que se enojara conmigo.
-Jódete tú y tu hijo.
-James. -Le miré seria, Victoria fue hasta la puerta y la abrió.
-Vete. Mi hijo no te ha necesitado nunca y hoy no será el día en que empiece a hacerlo.
Ambos salimos de la casa y nos subimos al auto, James lo arrancó y pegó su vista al frente. Su semblante serio, sus manos apretando el volante, sus nudillos blancos por la fuerza que ejercía. Pasó por alto un semáforo en rojo y casi chocamos con una camioneta, chillé.
-¡James! -Pero él no me hizo caso, se adelantó un auto y casi nos chocó por detrás.- ¡James para el auto! ¡Qué pares el auto! -Él lo detuvo en seco en medio de la calle, las llantas del auto sonaron y las del auto que venía atrás nuestro también. Miré asustada hacia atrás y el auto alcanzó a rodearnos.
-¡Hijo de puta! -Le gritó el conductor del auto.- ¡Puto cabrón! -James apretó el acelerador en forma de amenaza.
-¡Detente! -Abrí la puerta y me bajé, él me miró con los ojos bien abiertos y se bajó, los autos pasaban por nuestro lado de una forma peligrosa, la calle era transitada. Vi a unas señoras mirar nuestra escena.
-¡Vuelve al auto! -Me gritó furioso. Las señoras comentaban entre ellas, par de metiches. Las miré enojada.
-¡¿Qué no tienen nada mejor que hacer?! -Ellas me miraron ofendidas y se entraron a una casa.
-¡Vuelve al maldito auto! -Me gritó James de nuevo mientras se acercaba a mí.
¡No! -Le dije y él me tomó del brazo y me apretó.- Me estás lastimando.
-¿Qué mierda te pasa, eh?
-Escucha, no es mi culpa la mierda que te pasa a ti. Tú no puedes llegar y decirle que te llevarás a su hijo. ¡No puedes! -Me enojé.- Y ese niño no tiene la culpa que ella no tenga dinero, y no tiene la culpa de tener a un padre como tú. -Sentí su mano en mi mejilla y el ardor comenzó a aparecer. Lo miré con ojos llorosos y me sacudí para soltarme de su agarre.- Suéltame.
-______... -Vi sus ojos abrirse impactado, pero ya era tarde.- Mi amor perdóname.
-Te dije que me soltaras. -Volví a sacudirme, las bocinas de los autos sonaban cuando pasaban por nuestro lado.
-No. -Dijo, en su voz se notaba que estaba alarmado.- Yo... Nunca le había pegado a una mujer.
-Lo hiciste. ¡Lo acabas de hacer, suéltame!
-¡No! -Me miraba con ojos suplicantes.- Tú... No tenías la culpa.
-¡Suéltame! -Le volví a gritar y esta vez sí me soltó. Crucé la calle y tomé un taxi que para mi suerte pasó y venía vació.
-¡No, ____! -Me gritó cuando me subí.- ¡_______!