Maratón 2|4
Capitulo 13-Más adelante. Ahora necesito un nuevo trabajo.
-Puedes ser mi secretaria.
-No tengo título en secretariado.
-¿De qué falleció tu padre? -No quería hablar del tema, ¿No se daba cuenta?
-Un accidente en la carretera. -Él asintió.- Es mi turno de preguntar.
-¿Qué cosa?
-¿Estás seguro que me contaste todo sobre Victoria? -Su mandíbula se tensó.
-Sí.
-No lo creo.
-¿Qué más quieres saber?
-¿Por qué la despediste?
-Ya te lo dije, ______. Y entiende que a ti no te despedí por lo mismo. -Sabía que había más, lo presentía.
-Cuéntame de ti. -Quería saber más de este hombre, aquellas cosas que no aparecían en internet y en los diarios.
-¿Qué quieres saber?
-¿Alguna vez fuiste alcohólico?
-Sí. -Dijo como si fuera algo de lo más normal.
-¿Por qué?
-Me gustaba el vodka y el ron. No hay mayor explicación.
-Ah. -Mordí el interior de mi mejilla.
-¿Qué es para ti más? -Esa pregunta era buena.
-Bueno, eh... No quiero solo sexo, quiero más eh... Romanticismo, tal vez.
-¿Esto es romántico? -Asentí.- Eso creí. Continúa.
-Quiero... Amor. Tú no me amas, James.
-¿Cómo estás tan segura de eso?
-No lo demuestras.
-No todas las personas son iguales al demostrar. -¿Qué, él me amaba?- No te amo todavía. No significa que nunca lo haré.
-No esperaba esa respuesta.
-No soy un adicto al sexo. Lo que pasa es que tú me calientas. -Y ahí estaba el típico James.
-Eso no es romántico.
-¿Y no te gusta lo sucio y obsceno, lo erótico y a veces vulgar?
-Sí, es una buena mezcla cuando eres romántico. Es... diferente.
-Yo puedo ser así. ¿Crees que Erick lo sea? -Reí mentalmente, ¿Se iba a comparar con Erick?
-No. Él es tierno y romántico, para nada grosero y caliente. -James se recostó en su silla, un hombre se acercó a nosotros.
-¿Tienen listo lo que van a ordenar?
-No, en un momento. -Ambos habíamos olvidado el menú. El hombre asintió y se marchó.- ¿Qué vas a querer?
-Lo que tú pidas está bien. -La verdad no tenía ganas de leer ese menú lleno de comidas con nombres raros y largos, y ver nombres de tragos que no entendía. Estoy segura que James sabe de esto.
-¿Te gusta Erick?
-No.
-¿Por qué lo besaste?
-Estoy soltera, puedo hacerlo.
-O sea que yo puedo ir y revolcarme con cualquiera. -Esa idea me revolvió el estómago.
-Sí.
-Pero no lo haré. -Lo miré por unos segundos.
-¿Por?
-Porque ninguna me interesa como tú.
Bien, él me había hecho sentir una suelta. Una que amaba a uno, pero de todas formas besaba a otro.
-No creo volver a verlo.
-Eso me gusta. -Me sonrió.- ¿Esta noche me dejarás hacerte el amor? -Mi cuerpo tembló.
-Sí.
-Extraño tu cuerpo. -Me recorrió con su mirada desde mis pechos hasta mi cara.- Sobre todo tus besos.
-Yo también. -Confesé, James me estaba poniendo los pelos de punta. Me gustaba este James. Este que no ocultaba nada y hablaba de mí frente a otras personas que estaban cerca de nosotros.
-Te follaría en esta mesa. -Me tensé.
-Claro que no, me gusta la intimidad y no exponerme. -Él me sonrió.
-Tampoco me gustaría compartirte y que toda esta manga de hombres te vean desnuda. Solo yo puedo hacerlo.
-No soy tuya.
-Todavía. -Claro que era suya, desde el momento en que me enamoré de él.