Me quité mis lentes de sol y entré al gran edificio. Las mujeres en sus trajes de ejecutivas iban de aquí para allá. Jessica venía a mi lado y corrió cuando vio a James aparecer por uno de los ascensores. Él la recibió en un abrazo y yo caminé hasta ellos.
-Hola, amor. -Lo besé en los labios.
-Hola. -Me sonrió y caminó en dirección a un gran escritorio del Hall. Nosotras lo seguimos. -Ana, cuando llegue Nicholas dile que suba a conferencia. Vuelvo en media hora.
-Sí, señor Maslow. -Le respondió la morena.
-Tengo media hora libre para un café, ¿Quieren ir a la cafetería de en frente?
-Bueno. Quiero una malteada de chocolate. -Dijo Jessica y James asintió.
-¿Y Bryan?
-Se fue con Victoria. -Le respondí y James me miró. -Es raro... sabes?.
-Te entiendo. -Colocó una mano en mi hombro mientras cruzábamos hacia la vereda de en frente. -Para mí también es raro. -Entramos a la cafetería y cuando fuimos a hacer la fila nos encontramos con Bryany Victoria.
-Hey. -Nos saludó él. -Mamá quería pasar a hablar contigo luego.
-Hola. -Saludó ella.- Es sobre un dinero, lo conseguí y es para los estudios de Bryan.
-De acuerdo, en un rato tengo una reunión, podemos hablarlo en casa.
-Bien. -Bryan pidió su orden.- Yo quiero un cappuccino, Bryan.
-Sí, ma.
-¿Y cómo te ha ido en los exámenes? -Le pregunté a Victoria, ella sonrió.
-Bien, no encontraron ningún daño ni nada. -Nos cedieron el lugar y James pidió por mí y Jessica
-Y tú, Jessi. ¿Ya empezaste las clases?
-Hace una semana.
-Enana, ven aquí. -La llamó su hermano, ella corrió hasta Bryan.
-Es raro verte aquí, ya sabes...
-Sí, ¿No me odias, verdad?
-Ya te lo dije, nunca te odié. -Me reí.- Ambas tuvimos una idea igual, las cosas no salieron iguales.
-Todas queríamos estar en su cama. -Dijo ella y James se volteó.
-Siento que ____ haya ganado ese lugar. -Victoria se rio. Bryan volvió a nosotros.
-Mamá tiene que contarles como sobrevivió. -Dijo él abriendo grande sus ojos.
-Se los contaré.
-Tengo... veinticinco minutos. -Nos dirigimos a una mesa para seis y nos sentamos, Jessica prestó atención cuando Victoria comenzó a hablar.
-Cuando el avión se estrelló en el suelo, unas ventanas estallaron. Muchos salimos por esta, pero todos corrieron al cerro para huir del fuego, yo me dirigí a una cueva a cubrirme del frío. Cuando llegaron por ayuda ellos no me vieron y yo no alcanzaría a llegar al cerro de ninguna manera. Un helicóptero bajó unos días después.
-¿Qué comiste? -Interrumpió Jessi.
-Había frutas, caímos en una isla. No era muy poblada. -Hizo una mueca.
-Ese helicóptero me rescató y me llevaron a Polonia, decidí tratarme ahí el tumor ya que temía volver a subir a un avión y volver a Estados Unidos. Luego de catorce años me decidí a que era hora de volver, allá tuve un novio, pero no hubo más... Quería ver a Bryan. Con todos mis ahorros y un cheque por trabajar durante más de once años en una tienda de ropa, logré pagarme un pasaje en un barco, y aquí estoy...
-Es bueno saber que estás viva, yo... Siento por lo de hace años. -Victoria asintió.
-Ya es pasado, desde aquel día aprendí a valorar las cosas de una forma distinta. -Mi celular sonó.
-¿Hola, April?
-Mujer, ¡Estoy en África con canguros y leones! -Me dijo ella emocionada, ambas éramos periodistas y ella luego de muchos años había conseguido su sueño, viajar a África y estar entre animales salvajes.
-¿En serio? Eso es genial.
-Sí, llamaba para contarte, eres la primera en saber. Debo irme, hay que comenzar a grabar.
-Cuídate, saca muchas fotos.
-Lo haré. -Colgué y guardé mi teléfono.
-April está en África. -Les comenté al ver que me miraban.
-¡Y no me llevó! -Dijo Bryan y todos reímos.
-Lo hubieras dicho antes, apenas salgas de vacaciones nos iremos a África.
-¿Y Egipto? -Preguntó Jessi. -Papá, prometiste que iríamos en vacaciones y sería Cleopatra. -Yo me reí.
-Bueno, entonces iremos a África en las próximas vacaciones.
-Eh, eh. -Intervine yo. -En las siguientes a esas, tenemos que ir a Londres.
-Bueno. -James rodeó los ojos junto a Byan y nosotras tres reímos.
-Eso te pasa por prometer tantas vacaciones. -Le dijo Victoria y él hizo un chistoso puchero.
-Yo creo que sería más fácil tener profesores particulares como todo maldito rico e irnos de vacaciones todo el tiempo.
-Claro que no, Bryan. Tienes que estudiar para después saber manejar tu empresa, y yo no puedo ir de aquí para allá. De algún lado tiene que salir dinero. -Le respondió James. -Además ____ tiene trabajo.
-Buen punto. -Bryan tomó un sorbo de su malteada. -Cuando yo también sea millonario de mi dinero, tendré vacaciones todo el tiempo.
-Lo que tú digas.
-¿Me compran otra malteada? -Pidió Jessi.
-Debo irme a la empresa.
-¿Ya paso la media hora? -Hice un puchero y James sonrió para luego besar mis labios.
-Te veo en la noche, amor. -Susurró en mi oreja. - ¿Conoces a un tal James Maslow y que una tal ____ Dawson quería meterse en su cama? -Murmuró apenas audible, asentí.
-¿Qué hay con ellos?
-Extraño cuando interrumpía en tu habitación o tú en la mía, amor. -Me besó el cuello.- ¿Quieres ser mi sexy empleada por una noche?
-¿Y meterme en su cama, señor Maslow? -Miré al resto y vi que ninguno nos veía. Respondí con esa frase que a él tanto le... ¿Descontrolaba? ¿Excitaba? La que siempre me decía que le encantaba, oh sí. -Sí, señor.Fin.
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