Capitulo 3
Flashback
Me encontraba en mi habitación, me había dado una ducha y terminaba de peinar mi pelo, bajé a la cocina por un vaso de agua, cuando subía las escaleras y me dirigía a mi cuarto, una mano se posó en mi hombro, giré y vi a James a través de la oscuridad.
-¿Aún no duermes?
-No. -Respondí, él estaba muy cerca de mí.
-____... -Se acercó aún más. Yo aguantaba la respiración.- Eres hermosa.
-Gracias. -Le sonreí coqueta, aunque estaba nerviosa. ¿Y si era una trampa? Tal vez...
-Esas piernas me encantan. -Puso sus manos en mis piernas y las recorrió hasta arriba hasta mi cadera, mordí mi labio.- Tres días aquí y me tienes loco con ese trasero y esos pechos. -Jadeé. El apretó mi trasero y me apegó más a él todavía. Estaba duro.
-Desde que supe de tu existencia quise esto. -Le dije sin vergüenza, aunque luego me arrepentí.
-¿Esto? -Nos señaló a ambos.- ¿O esto? -Me apretó contra su creciente erección, oh Dios... -Jadeé.
-La segunda. -Dije casi sin aliento.
-Mmm... Desde que te vi, me imaginé follándote en todos los lugares que hay aquí. -Oh Dios, él me deseaba, ¡Me deseaba!
-Hazlo. -Solté, luego mordí mi labio, tenía que evitar hablar tanto.
-Oh, claro que lo haré Dawson. -Miré sus labios al decir mi apellido, sonaba tan sexy... Todo él era sexy. Se acercó a mí rápido y me besó, sí, me besó. Su lengua entrando en mi boca y nuestros labios juntos, sin despegarse.- Ven. -Me tomó de las piernas y me subió a horcajadas arriba de él, caminó hasta su habitación y al entrar cerró la puerta con el seguro.- Que caliente tenerte así.
-Mmm... -Se sentó en la cama y yo quede sobre él con mis piernas abiertas, una en cada lado de él. Me apretó contra él nuevamente y me besó, ardiente, con deseo.
-¿Me deseas, ____?
-Sí, señor.
-Oh, como me encanta que digas eso. -Devoró mis labios, mis manos se enredaban en su cabello mientras que nuestro beso no alcanzaba a terminar para que comenzara otro.
-¿Tú me deseas?
-Como ni te imaginas. -¡Oh, sí! Mordió mi labio inferior y tomó el final de mi corto vestido de pijama para levantarlo rápido. Oh, él tenía prisa.
-¿Esto no está contra las leyes? ¿Acostarse con el jefe?
-No me importaría, y si lo fuera... -Terminó de quitar mi pijama.- Me encanta ir contra las leyes. -Abrí la boca para hablar, pero él me cayó con un beso.
Yo puse mis manos en su camisa para quitársela, pero era complicado cuando él no dejaba de besarme el cuello. Cuando lo logré sonreí coqueta y no aguanté tocar su pecho, oh mi Dios, estaba tan marcado, tan duro, tan... Él comenzó a acariciar mi trasero levemente, y yo le desaté su cinturón para desabrochar su pantalón. Metí mi mano dentro y tomé su miembro, él gruñó bajo.
-Oh, nena... -Pasó una mano por delante nuestro y acarició mi sexo, gemí al sentir como me acariciaba.- Estás lista. -Se lamió los labios y estiró su mano hasta un cajón de un mueble, sacó un envoltorio y lo abrió con los dientes, se lo quité de las manos y lo deslicé en su miembro y me levantó con sus manos para luego dejarme caer sobre él. Ambos gemimos, oh Dios, era tan grande, me llenaba completa.- Muévete, _____...
Y así lo hice, comencé a moverme, primero lento y profundo, amaba sentir la sensación de él llenándome completamente. Vi sus ojos, estaban abiertos mirándome y yo me sonrojé, se lanzó a mis labios besándolos al ritmo de mis movimientos de cadera, lento.
-Fóllame fuerte.
Susurró contra mis labios y jadeé ante sus palabras. Me empecé a mover más rápido, sus manos me sostenían del trasero ayudándome con la velocidad, él gruñó, mis pechos revotaban y en una oportunidad él agarró uno con su boca, gemí al sentir su lengua chupando mis senos. La sensación era increíble, excitante. Estaba llegando, me apretaba contra él, y cuando estaba a punto él se detuvo. ¡No!
-Como me gustaría sentirte correr, ____. -Me besó el cuello.- Pero, no todavía.
Me levantó y me recostó en la cama, que cómoda. Me dejó a orillas de la cama y se puso de rodillas frente a mí, su cabeza entre mis piernas. Oh, sí. Colocó sobre sus hombros mis piernas para tener mejor acceso y cuando estaba tan cerca de mi sexo, susurró.
-Te vez preciosa. No te corras.
Y dicho esto, ¡Bam! Su lengua comenzó a chuparme, con sus dientes mordía mis pliegues y yo gemía de placer y del pequeño dolor de sus mordeduras. Una de sus manos comenzó a acariciarme también y sentí como un dedo se introdujo, su lengua no se detenía, era indescriptible la sensación y yo en lo único que pensaba era en que era la mujer con más suerte del planeta. Sí, estaba teniendo sexo con James Maslow. Cuando mi cuerpo comenzó a convulsionar y sentía que el orgasmo ya venía, él se detuvo. No otra vez. Me miró desde abajo y me sonrió.
-Si no paraba te correrías, ____. -Me dio un golpe en mi sexo, gemí.- Y aún no quiero que lo hagas.
-¿Qué quieres que haga? -Me atreví a preguntar. Él sonrió perversamente, su sonrisa me excito aún más, quería liberarme así que le hice un movimiento de caderas como invite.
-Qué propuesta, pero yo quiero hacerte una.
Oh este hombre era más excitante de lo que alguna vez pude imaginarme, se puso de pie y me tomó una mano para enderezarme de la cama, su miembro estaba en frente de mi rostro, sonreí coqueta mientras con mi mano la tomaba, él gimió cuando comencé a masajearlo, oh este sería mi turno. Cuando ya llevaba un rato sólo usando mi mano, lo acerqué a mi boca y le pasé la lengua por la punta, mmm... Su condón sabía a uva y a mí, reí mentalmente. Lo metí por completo mientras chupaba y masajeaba, levanté mi vista y lo miré directo a los ojos, al parecer eso le excito aún más porque se tensó, completo. Con sus manos tomó mi pelo en una coleta y sujetaba mi cabeza empujándola más contra él, y él movía sus caderas contra mí. Sentí que se venía.
-Basta. -Dijo duro. Se alejó de mí y me tomó la mano para ponerme de pie. Me besó ardiente, pero yo quería más. Tomé su miembro de nuevo y la masajeé, la llevé a mi sexo y me froté con él.
-¿Ahora puedo correrme? -Pregunté, aunque por dentro yo sabía que era una súplica. Me sonrió con aquella sonrisa que me derrite.
-Ven aquí.
Me tomó en sus brazos y me recostó en la cama de nuevo, se colocó sobre mí y me embistió con fuerza. Si no fuera porque me besó, hubiese gritado. Comenzó a moverse, ahora a su ritmo y a su manera, era fuerte, rápido y profundo. Mis flujos comenzaron a aparecer mientras me apretaba completamente, él dio un gruñido profundo y se tensó dentro de mí. Era nuestro orgasmo. Enterré mis uñas en su espalda y mordí su hombro para evitar gritar, él me embistió por última vez y se liberó.
Nuestras respiraciones agitadas, mi pecho subía y bajaba con rapidez y mi corazón latía más rápido que nunca. Ambos estábamos recostados en la cama, yo me había acomodado en su pecho y él mantenía sus ojos pegados al techo. ¿Qué pasaba ahora?
Fin Flashback