Capitulo 6(...)
Una última embestida y terminó, se salió de mí mientras yo trataba de recuperarme del fuerte orgasmo. Me desató el amarre en mi boca y nos quedamos recostados. Nuestros pechos subían y bajaban rápido y mi cuerpo estaba pesado y con cansancio. Él me abrazó y me acurrucó en su pecho entonces yo sonreí.
-¿Qué me estás haciendo, ____? -Suspiró pesado y me besó la frente.- ¿Así que era verdad lo que hablabas con Camille?
-Ah... Yo...
-¿Por qué, _____? -Pensé en poner su misma excusa.
-Ella sabía de esto, es mi mejor amiga y... Nos ha escuchado. -Él asintió. Su agarre se hizo un poco más fuerte.
-Sabes que lo nuestro... No puede saberse, ______.
-¿Por qué? -Solté sin pensar.
-¿Por qué quieres saber tanto de Victoria? -¿Qué, me había escuchado preguntar cosas sobre ella a las chicas?
-Qué cambio de tema, James.
-Responde.
-Creo que me veo en el derecho de decirte lo mismo. -Se le escapó una sonrisa.
-Si nos vieran... Soy tu jefe, va mal. Responde. -Sentí que esta era mi oportunidad.
-Dudas. ¿Quién es ella? -Él me miró a los ojos fijamente.
-Una ex empleada.
-¿Y a qué te referías que yo la reemplazaba en todo?
-Es lo que haces, ______. Por algo te contraté. -Asentí.
-¿De qué pasado habla? -Él negó con la cabeza.
-Basta de preguntas, ______. -Se tensó.- Confidencia. -Me recordó y bufé. Me enderecé para levantarme, pero él tomó mi mano.- Oye.
-¿Qué? -Sentí un poco de celos a esa mujer, y eso que aún no sabía nada de ella.
-Ella no es importante. -Asentí y me levanté esta vez, él me miraba. Apagué el televisor, los gemidos de esas putas eran algo repugnante en estos momentos.- Ven aquí, _____.
-¿Para? -Y él no respondió.- Ve a tu habitación, James. El sexo se acabó por esta noche. -Soné más como una madre o jefa, pero realmente no quería verlo más por ahora. Porque sabía que él solo me miraba con un propósito, uno que yo también vi, pero ahora quería superar.
-No hables de nosotros con nadie, ____. -Asentí y él se puso de pie para colocarse su boxer y luego marcharse.
El día llego rápido, me levanté y duché y escogí un atuendo cómodo para limpiar. Bajé y el desayuno estaba servido, pero esta vez solo estábamos Scarlette, Camille y yo.
-James fue a la empresa. -Mencionó Camille cuando llegué a su lado.- Acaba de irse.
-¿Y? -Soné indiferente.
-¿Y? -Estaba desentendida.
-Y... Camille me estoy rompiendo. -Hablé bajo, realmente dudaba de mi privacidad al hablar con Camille. Tal vez James se enteraba de esta conversación.
-Richard y Kenny no están, ellos son los que abren la boca a James. -Habló respondiendo a mis pensamientos.- ¿Qué te pasa, ____?
-Cada noche y día me enamoro más de él.
-¿Del señor Maslow? -Se oyó la voz de Scarlette. Me puse nerviosa.- Tranquila, _____. ¿Crees que no me doy cuenta? -Río.- Eres predecible.
-Oh.
-Es buen hombre, solo ten cuidado. -Y ahí iba otra vez esa frase, ahora de parte de Scarlette.
-Sí. -Scarlette se retiró para darme espacio con Camille.- Cada noche cuando lo hacemos... Él simplemente lo ve como eso y ya.
-_____... Paciencia.
-¿Crees que algún día se enamore de mí? -Se puso incómoda.
-Tal vez, pero siempre tienes que estar preparada a su respuesta, no siempre las cosas salen como queremos. -Me sonrió y se sentó a comer una tostada, yo la acompañé y Scarlette apareció a los minutos a acompañarnos.
Me dediqué a limpiar durante todo el día la gran casa de James Maslow, y ahora solo me faltaba su oficina. Entré y comencé con el limpia vidrios y luego seguí con el lustra muebles. Cuando fui a limpiar la estantería en donde se ubicaban todos nuestros archivos -De las empleadas y los guardaespaldas- se asomó una duda en mi cabeza. Tal vez, si tenía mis archivos y los del resto, quizás también estaban los de Victoria. Vi la hora y sonreí al ver que a James le faltaba una hora más para regresar así que me puse a buscarlo. Encontré el de Samanta así que el de Victoria debería estar aquí. Unos cuantos segundos más y tenía el gran archivo de la mujer. Sonreí victoriosa.
-Victoria Marie Henrie, dieciocho años, London - Inglaterra. Nació el 23 de Enero de 1992 en el hospital... -Osea que ahora tiene veintiún años. Esta información era básica, mordí el interior de mi mejilla.- Líder de porristas, trabajó en la cafetería de... -Seguí buscando de reojo. Pasé varias páginas llenas de texto, unas cinco o seis, hasta que del gran archivador cayó una fotografía.- ¿Uh? -La miré, era la misma mujer pero más chica. La volteé y en la parte trasera había un escrito.- Victoria Henrie, la mujer que jamás olvidarás.
-¿En serio crees eso? -Escuché la voz de James desde atrás mío y el archivador junto a la fotografía se cayeron al suelo.
-Señor Maslow... -Me agaché a recoger lo que tiré y cuando lo dejé en su sitio él me miraba serio.
-¿No confías en lo que te digo? -Me preguntó, estaba nerviosa.- Ella no es importante. Nosotros...
-¿Nosotros? -Le interrumpí- Señor Maslow entre usted y yo no hay un nosotros. -Bien, estos eran mis ataques de bipolaridad. Realmente no sé por qué ahora estaba enojada. Si porque me descubrió intruseando o porque esa foto tenía esas palabras. Su rostro se endureció.
-¿Por qué revisabas mis cosas? -Estaba enojado. Mierda.
-Yo... Lo siento. -Me iba a despedir y no iba a aceptarlo.- Mire, señor Maslow, sé que he sido una pésima empleada, yo... No cumplo bien sus órdenes, intruseo, le hago enojar. -Estaba nerviosísima.- Entendería perfectamente que usted no quisiera más mis servicios.
-Cállate, ___. -Habló duro.- No te despediré. -Gruñó y se acercó a mí.- Solo no vuelvas a meterte donde no te llaman. -Asentí y en menos de un segundo sus labios se posaban en los míos. Bien, esto no me lo esperaba.
-Señor Maslow... -Me alejé y él me acercó nuevamente mientras gruñía.
-No te alejes. -Y volvió a besarme.- Me encantas, ____.