Capitulo 5

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Capítulo 5

Pero yo era testaruda y bastante porfiada y quería seguir escuchando, así que tomé el lustra mueble y el limpia vidrio con la excusa de limpiar la sala. Tomé un paño y fui hasta el lugar, allí estaba ella llorando y él la miraba de brazos cruzados.
-Deja de hacerte la víctima, Victoria. -Oh, así que ese era su nombre.
-James, entiende que fue injusto para mí.
-No, no lo fue. Tú no seguiste instrucciones.
-¡Era una maldita inyección! -¿Qué tenía que ver una inyección en todo esto? Seguí limpiando un gran mueble mientras disimulaba, James gruñó ante mi presencia.
-_____, ve a limpiar a otro lado. -Levanté mi mirada hasta él.
-Sí, señor. ¿Puedo acabar con este mueble primero? -El gruñó otra vez, pero asintió.
-Así que ella es mi reemplazo. -Habló con disgusto la mujer.- ¿Es mejor que yo?
-En todo sentido. -¿Se refería a eso porque yo me acostaba con él, o porque era mejor empleada?
-Bueno, creo que hablar contigo es como hablarle a una pared. No llegaremos a un acuerdo.
-Exacto, vas entendiendo Victoria. -Se puso de pie a lo que ella también lo hizo. ¿Se iban porque yo estaba aquí?
-Bryan aún pregunta por ti. -James gruñó.- Está bien, adiós.
-¡Richard! -El hombre apareció en la sala.- Llévala afuera. -Yo seguía limpiando el gran mueble, cuando la sala estuvo vacía, James se acercó peligrosamente cerca.- ¿Era necesario limpiar esta habitación?
Un escalofrío me recorrió el cuerpo.
-Sí, señor. -Vi como Camille atravesaba la cocina para subir las escaleras.- Eh, tengo que seguir limpiando.
-Puedes ir y acabar mi habitación. -Lo miré tratando de entender sus palabras, ¿No lo decía por lo de hace un rato, verdad? Dios este hombre me congelaba las neuronas y no pensaba bien.
-Está acabada. -Terminé este lío, en cualquier momento alguien nos podría ver y no quería problemas.
-Bien. -Se alejó de mí y se fue a su oficina, cerró la puerta fuerte.
-_____. -Me habló Richard cuando entró de nuevo a la casa. Me volteé a él.- Creo que Scarlette necesita ayuda allá adelante.
Asentí y fui a donde estaba ella, sentada de rodillas mientras arreglaba unas flores rotas. ¿Quién las rompió? Tenía que ser un idiota para romper tantas flores hermosas.
-¿Ayudo? -Pregunté y ella asintió de inmediato.- ¿Quién las habrá roto?
-Fue Victoria, la mujer que estaba adentro. -Asentí.
-¿Quién era ella?
-Fue una empleada durante dos años. Siempre estuvo enamorada de él. -Me tensé.
-¿Pasó algo entre ellos dos?
-Lo siento, _____. Es confidencial. Ya sabes, cualquier cosa que haya pasado en esta casa antes de que tú entraras es... Confidencial. Recuerda, el contrato. -Fruncí el ceño.
-Entiendo.
Decidí preguntar sobre otra cosa, a ver si me la respondía. Si lo hacía, entonces solo el tema de esa mujer era confidencial, y si no, ella estaba diciendo la verdad. No es que yo no sepa de ese contrato, yo igual firmé. Pero, vamos, estábamos solamente nosotras dos ahí, nadie más podría escuchar.
-¿Es cierto que James era alcohólico?
-Confidencial, ____. -Bien, por parte de ellas no obtendría respuestas.
-¿Todo es confidencial?
-La mayoría, solo cosas sin mayor importancia se pueden decir.
-¿Cómo qué?
-Am... Como que James compró esta casa hace dos años, las empleadas que entraron y salieron, y la fiesta de cumpleaños con más de 200 invitados, en cierto punto.
-¿Qué empleadas han estado aquí? -Tenía una gran duda sobre Victoria. ¿Quién era ella?
-Bueno primero entré yo, Kenny y Samanta, pero ella tuvo que irse a otro país a estudiar y dejó el cargo. Luego entró Camille y Victoria, y más adelante entró Richard. Luego Victoria fue despedida y ahora estás tú.
-Ah. ¿En serio no puedes decirme nada de Victoria?
-Nada. Solo él puede darte respuestas. -Asentí.
Cuando el día ya estaba por acabar y yo terminaba de darme una ducha, sentí el golpe leve de mi puerta. Fui a ver quién era y me encontré con James en ropa interior. Mordí mi labio instantáneamente y él sonrió mientras entraba a mi cuarto.
-¿Quieres sexo? -Pregunté al ver que se recostaba en mi cama y se apoyaba en sus brazos para estar semi-sentado.
-Que directa, señorita Dawson. -Me ruboricé.- Y sí, quiero sexo.
-¿Con una película porno de fondo? -Pregunté al ver que encendía el televisor. Recordé lo de esta mañana-.
-Sí. ¿Vas a venir o voy a buscarte? -Me acerqué a él con piernas temblorosas. Me sentí un poco ofendida, más bien puta. Yo lo amaba, o al menos quería, y él solo se interesaba en mí por sexo.
-Sí, señor. -Me senté sobre él y me froté contra su pelvis. Los gemidos del televisor comenzaron a sonar, oh sí, el canal Playboy.
-Mmm... -Me apretó las nalgas y gemí al sentir como su miembro crecía. Recordé la conversación con Kenny hoy en la mañana, me ruboricé.
-¿Por qué Kenny sabe de lo nuestro? -Él gruñó mientras besaba mi cuello, susurró muy cerca de mi oído.
-Nos vio en el living y no pude negarlo. -Me apretó una nalga.
-¿Cómo sabías que hablaba de nosotros con Camille? -Sí, una total mata pasiones, pero quería saber.
-Si tengo que taparte la boca créeme que lo haré. -Me advirtió y gemí. Sus labios volvieron a atrapar los míos.
-Eso sería excitante. -Me miró con sus ojos ardientes, oscuros, llenos de lujuria y sonrió. Me levantó y se dirigió a mi armario, abrió las puertas y buscó entre mis prendas algo que sirviera.- Tal vez en el cajón de abajo. -Le sugerí.
-¿Qué guardas aquí? -Abrió y sentí su sonrisa al ver mis tangas limpias. Sacó dos y las anudó, luego me la cruzó por la boca y la cabeza y las ató.- Que sexy te ves. -No podía responder, solo gemí.

~En su camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora