Hoy, día lunes, primer día de la semana, estaba dispuesta a comenzar de cero. No más James Maslow, no más revolcones, no más aventura. Solo sería su empleada. Me dediqué a hacer compras necesarias para la casa y cuando terminé eran las diez de la mañana. Me pasé por un café que había cerca e hice la fila. El chico de adelante se volteó y me sonrió alegre.
-¡Hey! -Me saludó.- ¿Qué tal?
-Hola, bien ¿Y tú?
-Bien. -Me sonrió, su sonrisa era deslumbrante.- ¿Te acuerdas de mí verdad?
-Erick. -Le asentí, él volvió a sonreír. ¡Basta! Me derretiría con esa sonrisa.
-¿Cuál es tu nombre? No me lo dijiste.
-____.
-Hermoso, como tú. Te invito a un café, de todos modos a eso vienes. -Se rió y no pude evitar reír.
-Am...
-Di que sí.
-Bueno. -Le sonreí amable. Era el turno de Erick en la fila.
-¿Qué vas a tomar?
-Cappuccino.
-Dos cappuccinos. -Pronto estuvieron nuestros cappuccinos en nuestras manos.- Vamos a esa mesa. -Era una mesa para dos que daba a la ventana. Había una linda vista desde ahí.
-¿Y qué haces por aquí? -Le pregunté.
-Paso cada mañana antes de ir a trabajar. -Asentí y bebí.- ¿Y tú?
-Estaba de compras y pasé por aquí. -Le sonreí.
-Me encanta tu sonrisa. -Oh, yo decía lo mismo. Me reí y sonrojé.- Eres hermosa.
-¿Me estás coqueteando? -Le dije con una sonrisa de costado mientras lo miraba divertida.
-Sí, lo hago. -Me sonrió.
-Bueno a mí también me encanta tu sonrisa. -Se rio y bebió de su café.
-¿Qué harás ahora?
-Volver al trabajo. -Él asintió.
-Podríamos juntarnos otro día, eh...
-Claro. -Respondí al verlo nervioso de continuar. Era tierno, me divertía.
-Bueno cuéntame más de ti. Te vez interesante. -Me reí. ¿Interesante?
-A ver... Me llamo ___, soy de California, tengo veinte... Am... Trabajo para James Maslow en su casa. -Él se atoró con su café.
-¿Es en serio? -Asentí.- Wow... Siempre quise ser parte de algo con él, es muy poderoso. -Y mentiroso, dije para mis adentros.- ¿No sabes si tiene algún cupo para algo?
-La verdad es que no. Yo entré hace un tiempo porque mi mejor amiga le habló de mí.
-Sé hacer de todo, así que si sabes de algo me dices. -Le asentí.- ¿Y qué más hay de ti?
-Eh... No lo sé, no me preguntan sobre mí normalmente. ¿Y tú?
-Soy de California también, y tengo veintiuno. Y ya sabes, trabajo en la tienda de zapatos. -Me reí.
-Me encanta esa tienda.
-Cuando quieras vas, te puedo hacer un descuento. -Me guiñó el ojo.
-Oh, no quiero meterte en problemas por cobrar menos.
-No, no los harías. -Me sonrió otra vez. Mi celular vibró y era el número de James. Bufé apenas audible.
-¿Hola?... Sí, de compras... Le digo que estoy de compras, ya iré. -Erick me miraba atento.- Sí, señor... Adiós. -Colgué y guardé mi celular en mi cartera.
-¿Debes irte?
-Sí, lo siento. Estaba divertida aquí, pero ya sabes... Maslow manda. -Él asintió.
-¿Te veo pronto?
-La verdad es que trabajo a tiempo completo sin día libre. No sé cuándo podríamos vernos.
-Me llamas cuando vayas a hacer una compra, antes de las once, y te acompaño.
-Está bien. -Me entregó una servilleta con su número y nombre escrito y lo guardé en mi cartera.- Nos vemos, Erick.
-Hasta luego, hermosa.
Salí del café sonriendo, al menos él era un hombre que no me obligaba a nada ni me sobornaba. Tal vez él me haría olvidar a James.
Una vez que llegué a mi casa, me di cuenta que James estaba ahí. Estaba en el sillón viendo algún programa de televisión. Fui a la cocina y guardé las compras en sus respectivos lugares y luego comencé a limpiar.
El día pasó rápido, y sin darme cuenta ya era de noche. Todos cenábamos, pero esta vez James no hablaba como cada noche. Nosotros compartíamos lo que habíamos hecho durante el día.
-¿Y _____, pasaste a algún lado cuando fuiste por las compras? -Me preguntó Scarlett. Ella de seguro se dio cuenta que demoré más de lo normal.
-Oh, me encontré con un amigo y tomamos un café. -James levantó la vista y me miró.
-¿Thomás? -Me preguntó Camille emocionada. Él era un gran amigo nuestro.
-No, se llama Erick. A propósito, señor Maslow. Él me preguntó si usted tenía algún cupo de trabajo.
-No. -Dijo rápido y cortante. Siguió comiendo.
-Oh. De acuerdo. -Camille me miró y me sonrió tratando de borrar la tensión de la respuesta de James.
-Yo por mi parte ayer compartí con mi familia. Hace mucho no nos reuníamos todos. -Comentó Camille.La semana pasó rápida, y yo me había encontrado con Erick dos veces más, el miércoles y el sábado. Realmente era muy divertido y me caía bien. Él seguía coqueteándome y yo le seguía su juego. Al menos pensar en él durante unas horas me mantenía ocupada de no pensar en James.
Era día domingo, Camille no estaba. Se había ido ayer por la noche. Era el cumpleaños de su prima y había prometido asistir. Yo me encontraba en mi dormitorio utilizando mi laptop mientras escuchaba música. La puerta de mi habitación se abrió y vi a James de pie bajo el marco. Puse en pausa la canción y lo miré, él se acercó a mí.
-No quiero que te veas con él. -Me dijo entre dientes mientras su cuerpo se quedaba frente al mío.
-¿A quién?
-Erick. -Escupió de mala gana.
-¿Por?
-No quiero.
-Escucha, soy tu empleada, pero no tu esclava. Yo hago lo que quiera.
-¡No! ¡Mierda, no! -Gritó furioso. Nadie podía oírle, Scarlett tampoco estaba y Richard con Kenny habían sido mandados a alguna otra parte.
-No me grites. -Le dije calmada.
-Escucha, _____. Tú eres mía, de nadie más. No te le acerques.
-No, escúchame tú a mí. Yo soy libre de hacer lo que quiera, y no soy tuya.
Él me tomó con sus manos mi cara y se acercó a mí lo poco que faltaba para besarme, no me dejaba soltarme. Mis manos empujaban su pecho, pero él no se detenía.
-Suéltame.
-¿Por qué con él sí?
-¿A qué te refieres?
-Lo besaste.Flashback.
Había dicho que iba por unas compras, pero realmente me iba a juntar con Erick en un parque. Cuando llegué él estaba sentado en una banca mirando hacia abajo. Me acerqué y lo saludé.
-Hola.
-Hey.
-Siento llegar tarde. -Él sonrió.
-No te preocupes. ¿Caminamos? -Asentí.- ¿Qué cuentas de nuevo?
-Am... No mucho, ya sabes, lo de siempre. -Él asintió, pasamos frente a un señor que vendía flores. Erick se detuvo y compró un gran ramo.
-Toma. -Me sonrió y yo le sonreí de vuelta, él era muy tierno.
-Gracias. -Me reí, él besó mi frente.- Son hermosas.
-Como tú. -Seguimos caminando y luego de un rato de conversar nos sentamos en una banca. - ___...
-¿Sí?
-Sé que nos hemos visto solo 4 días, pero... Me atraes mucho. -Yo lo miré, ¿Era en serio? Oh, él a mí también me atraía, era muy dulce conmigo.
-¿Sí? -Quería estar segura si escuché bien.
-Mucho. -Se acercó más a mí, nosotros estábamos tan cerca que apenas un milímetro separaba nuestros labios.- ¿Me dejas?
Y esa fue la gota que derramo el vaso. De seguro cualquier otro -James, por ejemplo- Me hubiera besado aunque no quisiera, pero él. Ow, él me había preguntado. Realmente era muy dulce. Asentí y nuestros labios se unieron. Besaba lento, sin apuros ni lujuria. Era un beso tierno y para nada bruto. Sonreí en medio del beso y él mordió mi labio inferior al finalizar.Fin Flashback.