Capitulo 4
Cuando amaneció no vi a James en la cama, de seguro ya se había ido a la empresa. Vi el reloj y eran las 9 de la mañana. Me levanté y me coloqué mi vestido de pijama y salí de la habitación de James con cuidado de no ser vista.
-____. -Di un salto del susto, me volteé y vi a Kenny mirándome con una ceja levantada. Mierda.
-Hola. -Me sonrojé completamente al ver que estaba con mi vestido cortito saliendo de la habitación del jefe, no había excusa que valga.- Yo... Eh...
-Sé sobre tu aventura. -Dijo de lo más normal. ¿Mi aventura? ¿Era una aventura? Asentí nerviosa.- El señor Maslow me tiene una gran confianza. Los he visto en la cocina y en el living. -Mi cara no podía estar más roja. Gracias Kenny, has logrado hacer esta la mañana más vergonzosa.
-Basta, Kenny. -Susurré.- Nadie más puede saberlo.
-Es un hecho que no. El señor Maslow hoy no irá a la empresa, almorzará aquí.
-De acuerdo. ¿Camille está despierta?
-Abajo, preparando el desayuno para el señor Maslow.
-Sí, el señor Maslow. -Dije distraída.- Iré a bañarme, y por favor Kenny, no te me vuelvas a aparecer así de la nada que me dará un infarto. -El rio negando con la cabeza y luego caminó hasta su habitación. Sí, él también tenía habitación.
Luego de una ducha bajé hasta el comedor, Camille terminaba de colocar todo en una bandeja, había tres. La ayudé con una, Scarlette al parecer aún no bajaba porque no la vi en ningún lado y en el jardín trasero no estaba. Al llegar al comedor la vi entrar por la puerta de ingreso con unos sobres. Los dejó en una mesilla y nos ayudó a servir lo que faltaba. James leía atento el periódico mientras Kenny tecleaba unas cosas en su celular. Richard bajaba las escaleras para sentarse en la mesa.
Al terminar cada una de nosotras comenzó con sus actividades, fui a limpiar el cuarto de James y entré sin golpear la puerta, estaba acostumbrada a que él nunca estaba. Me tapé la boca para evitar un grito al verlo desnudo completamente mientras veía televisión. No esperaba verlo aquí.
-Disculpe, señor. No acostumbro a que esté aquí de día.
-No te preocupes. -Oh ****, estaba erecto.
Él siguió viendo la televisión como si nada y yo comencé por acomodar la ropa limpia y luego la ropa sucia meterla a un cesto. Cuando volví de la lavandería para pasar el lustra mueble por todos los muebles de su habitación, escuché los gemidos a través del televisor. Estaba viendo una película porno. Mis bragas se mojaron ante eso.
-Se parecen a los tuyos. -Dijo de la nada, me volteé a verlo.- Ella. -Apuntó con el control remoto la pantalla. Una rubia gemía mientras le daban por atrás. Mierda, mierda, mierda.
-Señor Maslow, estamos en horario de trabajo. Usted mismo dijo que no se podía hablar sobre eso.
Flashback
Ambos estábamos recostados en la cama, yo me había acomodado en su pecho y él mantenía sus ojos pegados al techo. ¿Qué pasaba ahora? Lo miré de reojo por un rato y él volteó a verme. Abrí la boca para hablar, pero la cerré al segundo. Él volvió a mirar hacia el techo.
-¿Y ahora? -Pregunté al fin.
-¿Ahora qué?
-¿Qué pasa ahora?
-Nada. -Dijo indiferente.- ¿Qué va a pasar?
-Haremos como si esto no hubiese pasado. -Afirmé, él asintió. Eso en parte me decepcionó un poco.
-Exacto. -Yo asentí y me enderecé de la cama, él me siguió y me tomó la mano para atraerme a él.- Pero eso no significa que esto no volverá a pasar. -Me besó los labios y se puso de pie.- Solo fíjate de que nadie lo sepa. Lo nuestro es solo de noche, y de día no se habla del tema, completamente confidencial. -Oh, sí, el contrato confidencial.
Fin Flashback
-Yo hice la regla, yo puedo romperla. -Levanté una ceja. Él se puso de pie y no pude evitar mirar hacia abajo, se acercó a mí y me besó. Con sus manos me acercó a él y me apretó contra su erección. Gemí por lo bajo.
-Señor Maslow...
-Oh, como me excita eso... Dilo, ____. -Dios, este hombre me iba a matar.
-Señor Maslow...
-¿Qué quiere señorita Dawson? -Oh, él sabía lo que quería.- Dilo.
-Quiero que me folle, señor Maslow. -Así que este era su juego. Excitante, pensando que en cualquier momento Kenny, Richard, Camille o Scarlette podrían entrar por esa puerta.
-Con gusto, señorita Dawson.
Me recostó en la cama y me bajó el pantalón de chandal que utilizaba, me subió la blusa hasta la parte de arriba de mis pechos y desabrochó mi brasier, el cual tenía su broche adelante. Besó mis pechos y con su mano acarició mi sexo. Tomé su miembro entre mis manos y lo masajeé, gruñó en mi oído, los gemidos de la película aún se oían y eso me calentaba más.
-¡Señor Maslow! -Se oyó la voz de Richard del otro lado de la puerta.
-Maldición. -Gruñó él.- ¡Ya voy! -Me besó por última vez y se levantó, se puso rápido un bóxer y un pantalón junto con una camiseta, yo acomodé mi ropa.- Métete al baño, que Richard no sepa que estuviste aquí.
-Sí, señor. -Y ahí entré y él apagó el televisor y salió. Al cabo de un minuto y un poco más salí del lugar y bajé las escaleras para ir a la cocina.
-¿Y tú? -Me preguntó Camille cuando llegué hasta ella.
-Arriba. ¿Qué cocinas?
-El señor Maslow quiere pasta. -Levantó los hombros.
-¿Quién es la mujer que está en el living? -Pregunté curiosa, Camille se tensó y su nerviosismo fue notorio.
-Una ex empleada. -Asentí.- Era buena en casa, no sé por qué la despidió.
-Quien sabe.
-¡_____ trae un café y un té! -Me puse a prepararlo y luego lo llevé, no sé por qué tengo que hacer esto yo, si yo limpio, no cocino. Tal vez le guste mi café.
-Aquí tiene, señor Maslow. -Él me señaló a la muchacha blanca de pelo castaño y ojos celestes.- Señorita.
-Gracias. ¿Nueva empleada?
-Sí. Tenía que reemplazarte. -Okey, eso sonó feo. Soy un reemplazo, qué más da. Eso era obvio.
-¿Reemplazarme? -Yo comencé a alejarme, pero realmente quería escuchar.
-Reemplazarte.
-¿En todo sentido?
-En todo el sentido que le veas a la palabra reemplazarte. -Ella gruñó.
-James deja el pasado. -¿Pasado? Oh, esto se ponía bueno. Quería escuchar más, pero Camille me tomó del brazo y me llevó al segundo piso.
-Escucha Dawson, tú estás aquí para limpiar, no para chismear. Si James se entera que estás metiéndote en su vida privada se enojará. Y creme no es bueno verlo enojado. -Asentí.- Eres mi amiga, no quiero que se comporte mal contigo.
-Sí...
-Además Kenny siempre ronda por todas partes junto a Richard, y le cuentan todo a él. Ten cuidado. -Y ahí iba de nuevo esa típica frase de Camille.
-Sí, Camille. Ve a cocinar. Yo seguiré limpiando.
¿Quién era esa mujer y cuál era aquel pasado?